A 100 años del nacimiento de la inspiración sonora de Fellini

Si el éxito de una banda sonora depende de su capacidad de lograr una identificación total con la película que musicaliza, seguramente Nino Rota no solo habría ganado un Oscar por El padrino 2 sino que hubiera arrasado con todos los premios de la Academia. Porque resulta inimaginable rememorar el universo onírico, extravagante y costumbrista de Federico Fellini sin la melodía traviesa y nostálgica del compositor italiano.

El pasado 3 de diciembre se cumplieron 100 años del nacimiento del músico milanés, motivo por el cual la Cinemateca lo homenajea en la sala Pocitos con un ciclo de seis de sus filmes más representativos (ver programación).

Nieto del pianista y compositor Giovanni Rinaldi, Rota comenzó a estudiar piano con su madre y se convirtió en un niño prodigio. A los 11 años compuso un oratorio y a los 13 una comedia lírica en tres actos.

Creador de más de 170 partituras para el cine, además de trabajar durante casi tres décadas con Fellini, Rota colaboró con otros grandes del séptimo arte como Luchino Visconti, Franco Zefirelli y Francis Ford Coppola.

Aunque fue candidato al Oscar en 1971 por la partitura de El padrino, su candidatura fue retirada cuando se supo que la música del mítico filme Rota la había compuesto reciclando la banda sonora de su película Fortunella, de 1958. Sin embargo, la Academia lo resarció años después cuando lo premiaron por El Padrino 2.

Además de su labor como realizador en el cine, Rota se desenvolvió como compositor de música clásica, de cámara y sinfónica.

Sin embargo, fue con Federico Fellini con quien Rota logró su papel estelar. El genial director italiano lo describió como “su mejor colaborador” y poseedor de una “aproximación musical digna de esferas celestiales”. La amistad que los unió trascendió incluso la muerte. En el funeral de Fellini, su esposa, Giullietta Massina, solicitó que se tocara el Improvviso dell’Angelo, de Nino Rota, quien había fallecido en 1979