Economía y Empresas > TRABAJO

A lo que nunca debemos aspirar en un nuevo trabajo

Expectativas exageradas pueden hacer de un nuevo empleo el caldo de cultivo ideal para la frustración profesional
Tiempo de lectura: -'
30 de diciembre de 2015 a las 15:35

El desencanto profesional que puede causar un nuevo empleo tiene que ver muchas veces con una mala gestión de las expectativas.

Es época de cambios. Año nuevo, vida nueva y todas esas cosas... uno de los grandes acontecimientos es llegar a un nuevo trabajo. Cuidado con las expectativas. No se trata de anular la motivación, ni las ganas de empezar, pero hay cosas que no se deben esperar para evitar la frustración profesional.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que por mucho que haya costado encontrar un empleo, y por dura que haya sido la búsqueda, acceder a un puesto no es el final del camino. Podría decirse que en ese punto es donde empiezan los desafíos que se tendrán que superar para mantener el puesto y para no estancarse.

Expectativas

No idealizar. Cualquier empleo tiene una cara amable y una cruz mucho más tediosa. Es clave no diseñar el puesto haciendo una composición de lugar que difiera de la realidad.

En un proceso de cambio se suele hacer una interpretación demasiado positiva del nuevo trabajo. Al cambiar o empezar en uno distinto, no se debe cometer el error de contar sólo con información asimétrica y no conocer todo sobre la nueva empresa.

Quién da la felicidad...

Suele decirse que no es la compañía la que debe buscar la felicidad de los empleados. Ninguna organización que trate de hacer feliz a sus empleados lo puede conseguir de forma efectiva. Se trata de una misión casi imposible y que apenas logra un impacto limitado.

No se puede esperar por lo tanto que la satisfacción en el trabajo dependa exclusivamente de la empresa a la que se llega.

Es una tarea de cada uno que ha de trasladarse al entorno de trabajo. Es necesario tener en cuenta que la organización debe poner los medios para que los profesionales que allí trabajan puedan poner lo mejor de sí.

No hay trabajo ideal...

Hay que olvidarse del trabajo perfecto. El puesto ideal no existe, y tampoco la empresa perfecta. La frustración llega si se crea una obsesión por vivir en un paraíso profesional irreal. Para comprobar la conformidad con el nuevo puesto se debe analizar si en la nueva empresa respetan a los empleados y si se sienten valorados. Comprobar que se sigue aprendiendo. Y revisar que lo que se haga en el actual trabajo está alineado con el sentido de la vida que se tiene. Si la respuesta es “si” a todo, irse no es una opción.

...Ni jefe perfecto

Lo primero es aprender cómo soportar a quien te hace la vida imposible o es tóxico para la organización.

Es necesario tener presente que, a corto plazo, un mando tóxico lleva a salir fortalecido de una situación complicada, y cuando se haya aprendido a sobrevivir se podrá encontrar otros alicientes en la relación diaria con ese superior que les hace la vida un poco más difícil cada día.

Un mando tóxico puede hacer que alguien replantee su vida, porque invita a la introspección y a descubrir fortalezas y debilidades. Además, reafirma valores.

El éxito caduca

El éxito profesional en una organización no es eterno. Algunos ponen un límite temporal al intervalo de un proyecto en el que te puedes mantener motivado y en alza: entre tres, cinco y siete años. Por eso, es necesario saber cuánto tiempo uno será capaz de estirar la época de triunfos y grandes logros profesionales que te convierten en un profesional de alto rendimiento.

Nadie es imprescindible

Otra obsesión peligrosa, que te llevará directo a la frustración profesional, es empeñarte en la idea de qué debes hacer para dejar de ser prescindible. No eres insustituible. Y debes superarlo. Quienes no terminan de aceptar que todo puede funcionar, incluso cuando ellos no están, suelen sufrir mucho.

Calcula el cociente entre los problemas que te llegan y los que resuelves. El tipo de profesional que siempre está desbordado prospera en organizaciones que consideran rentable el presentismo y crean falsos imprescindibles que tienden a estar, antes que a hacer algo productivo.

Integración

Quizá la frustración venga de la evidencia de que la compañía pretende una disponibilidad de 24 horas y porque su injerencia en la esfera privada va en aumento.

Es importante recordar que en un nuevo escenario laboral que implica exigencias de tiempo y dedicación casi absolutas, hace falta una gestión específica por parte del empleado que no tiene que ver con los presupuestos tradicionales de conciliación habituales en muchas empresas. Todo eso está obsoleto, y frente al equilibrio entre vida profesional y personal, hay quien habla de la necesidad de integración. Cada uno decide sobre esa disponibilidad permanente como una elección de trabajo, nunca como una obligación. (Expansión-Ripe)

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...