Los incendios de los bosques en Alberta, en el oeste de Canadá, continúan avanzando y han forzado a las autoridades a realizar nuevas evacuaciones en la región de Fort McMurray donde se hallan grandes instalaciones petroleras, algo que genera inquietud en las autoridades del lugar.
Unos veinte campamentos de empresas petroleras, enormes urbanizaciones de viviendas prefabricadas y cerca de 8 mil personas, se encuentran siendo evacuados desde la noche del lunes en un radio de 50 km al norte de Fort McMurray.
En total, cerca de 100 mil personas han abandonado la región alrededor de la ciudad, y la gran mayoría de los empleados de las compañías petroleras no han regresado a los campamentos incluidos en la nueva orden de evacuación.
En su último informe, el servicio de incendios de Alberta contabiliza 19 focos activos en toda la provincia, de los cuales cuatro están fuera de control aunque están siendo combatidos por unos 2 mil bomberos.
El más impresionante por su virulencia y la rapidez de su avance sigue siendo el de la mencionada localidad de Fort McMurray, en el que están trabajando más de la mitad de los efectivos de bomberos para, al menos, mantener las llamas al margen de las instalaciones y campos petroleros.
Tras avanzar hacia al este, el incendio que comenzó el 1 de mayo en la frontera de Fort McMurray se ubica ahora a escasos 10 kilómetros de la frontera de la vecina provincia de Saskatchewan.
El gigantesco incendio ha devastado cerca de 2.900 km2 de bosques alimentado por el clima caliente y seco y vientos del entorno de los 40 km/h.
La primera ministra de Alberta, Rachel Notley, se refirió el lunes a las difíciles y peligrosas condiciones que se viven en toda la zona, con fuegos intensos que producen densos humos los cuales recubren toda la ciudad. Esto estaba causando el retraso de los trabajos de reparación de redes y de infraestructura en Fort McMurray, evacuado desde hace dos semanas.
Debido a ese retraso, el centro de crisis del gobierno debió modificar el calendario del retorno de los evacuados estimando que se llevará a cabo "en los próximos días", pero su cumplimiento depende, advirtió, de que "el fuego no represente más un peligro inmediato" para la población.
El agravamiento de la situación ha tenido consecuencias significativas en la actividad económica. Según las previsiones del Conference Board, la producción petrolera se ha visto reducida de 1,2 millones de barriles por día en promedio, lo que ha redundado en un baja del PIB de la provincia de mil millones de dólares.
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