Agesic busca mejorar sitios web públicos por dificultades en uso

En épocas en las que la inclusión financiera está en boga y las transacciones electrónicas ganan cada vez más espacio en las compraventas diarias, el Estudio CAP de Ciudadanía Digital, presentado ayer por la Agencia del Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic) en un taller de economía digital, muestra importantes falencias en en uso de buena parte de la población a la hora de realizar transacciones electrónicas.

Tal como explicó a El Observador el coordinador de Ciudadanía Digital de Agesic, Juan Berton: “Se universalizaron un montón de cosas importantes. Hay que empezar a trabajar en generar confianza con esa gente que tiene tarjeta y tiene internet para que sea usuaria de ese nuevo mundo”. En referencia a la ley de inclusión financiera, hizo hincapié en lograr que el público que ingresa ahora sea usuario de las plataformas digitales.

Para ello, se trabajando en la mejora de los sitios web para mejorar su experiencia con el usuario. “Hay que pensar muchísimo en el usuario a la hora de diseñar la oferta de posibilidades que vamos a dar (...) Ahora hay gente dedicada a usabilidad, accesibilidad de los sitios de los organismos (públicos)”.

El nuevo estudio, que está listo desde comienzos de año pero no se había hecho público, destaca que unos 250.000 uruguayos mayores de 18 años (15%) han hecho pagos online con tarjeta de crédito o transferencia bancaria. De ellos 2% tiene educación primaria, 15% secundaria y 33% terciaria. Esta tendencia, de a menos educación menor interacción con la vida digital, se repite en varios otros valores presentados en el estudio, como la tenencia de tarjeta de crédito, el uso de cajeros automáticos, autoconfianza en trámites y pagos por internet. En este sentido, Uruguay tiene un promedio de 36% de personas que sienten bastante o mucha autoconfianza para realizar pagos o hacer transacciones por internet y 64% que tiene poco o nada. Los valores de la media europea son mejores, dan 71% y 29%.

En la parte final del estudio, dividen a los usuarios en Transaccionales –aquellos utilizan internet con frecuencia y han hecho pagos por internet–, Actitudinales –utilizan internet con frecuencia pero no han realizado pagos–, desconfiados –usan internet con frecuencia pero nunca hicieron pago por desconfianza– y No usuarios –no usan internet o con frecuencia menor a la normal–. De estos, el 10% son transaccionales, 16% son actitudinales, 42% son desconfiados y 32% son “no usuarios”. En esta división se da que por ejemplo los transaccionales y actitudinales tiene cantidades mayores de personas que envían emails diariamente, que buscan noticias o información y que han hecho trámites online alguna vez.

Sin embargo, esta gráfica se empareja cuando se los consulta a los usuarios sobre el uso de redes sociales; dándose que tanto desconfiados como el resto las usan por igual.

En esto, explicó Berton, está la clave. Lograr, comunicarse de forma “simple, intuitiva, para que no sea un desafío para una mujer de 70 años estar frente a una página del ministerio o el BPS haciendo un trámite”. A modo de anécdota contó: “Un amigo mío que no sabe una palabra de inglés me decía: ‘a mí me cuesta mucho menos comprar en Carter’s en EEUU, en una página que está toda en inglés, que hacer un trámite con el BPS por internet. Porque en realidad desde el idioma hasta la forma como se comunica todo, cómo están dispuestas las cosas en la página web, generan una distancia que hay que eliminar”.