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Al Frank Underwood brasileño le llegó su último capítulo

La Cámara de Diputados designó como presidente a un aliado de Temer
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14 de julio de 2016 a las 05:00
No en vano lo llaman el Frank Underwood brasileño, en referencia al inescrupuloso personaje de la serie House of Cards. Frank Underwood "es ladrón, homosexual y asesino. Yo no", replicó una vez Eduardo Cunha, consciente de que era constantemente comparado con el personaje protagónico de la serie de Netflix –que transcurre en la capital estadounidense–, por lo frío, calculador y traicionero. Cunha tejió y destejió en los corredores de la política brasileña para llegar al sillón presidencial en Planalto. Pero algo al final le salió mal.

Cunha siempre fue un hábil equilibrista en el agudo filo de la política brasileña. Al frente de una Cámara de Diputados que conocía al dedillo, se apuntó victorias como la apertura del impeachment a Dilma Rousseff, y como presidente de ese cuerpo legislativo era el próximo en la fila después del presidente interino Michel Temer para ser el jefe de Estado. Pero las acusaciones de corrupción acabaron empujándolo al vacío.

Con los ojos húmedos y enrojecidos y la voz quebrada, Cunha renunció el jueves pasado a la presidencia de la Cámara, dos meses después de que la Corte Suprema le apartara cautelarmente del cargo por manipular los reglamentos en su beneficio. Para el alto tribunal, este hábil y maquiavélico político de 57 años trató de obstruir las investigaciones que le involucran en el escándalo de sobornos y contratos amañados en Petrobras y que finalmente le forzaron a dimitir.

La suspensión –que le impidió observar desde primera línea cómo su íntima enemiga Rousseff corría la misma suerte en el Senado– le congeló la autoridad y sus aliados comenzaron a bajarse de un bólido al que se le había quemado el motor en su explosiva carrera por el poder.

El gobierno de Rousseff vio en su decisión de iniciar el proceso de destitución un acto de "venganza" contra la mandataria, por no haber impedido que su Partido de los Trabajadores (PT) apoyara el proceso que la Comisión de Ética de la Cámara le había abierto a Cunha por ocultar cuentas en Suiza. Cunha supo moverse para dilatar ese procedimiento que corría en paralelo al pedido de la fiscalía para que fuese apartado de su cargo.

Ayer le llegó el último capítulo en la serie. La Cámara de Diputados de Brasil eligió anoche a su sustituto.Un aliado del jefe de Estado interino de Brasil, Michel Temer, el diputado derechista Rodrigo Maia, fue elegido nuevo presidente de la Cámara baja, en una victoria importante para el gobierno provisional.

Tras una larga jornada, la cámara baja eligió a su presidente de entre 14 candidatos. Los postulantes se dividían, según medios brasileños, entre dos bandos: aliados o no de Cunha, quien, por su parte, continuará manteniendo su banca.

El nuevo presidente de la Cámara de Diputados debía obtener la mayoría absoluta de los 257 votos para ser electo en primera instancia. Maia, de Demócratas obtuvo 120 votos en la ronda inicial y no le alcanzaron para ser electo. Rogério Rosso, del Partido Social Democrático, quedó en segundo lugar con 106.

Maia se impuso en la segunda votación por 285 votos a Rosso, quien era considerado el delfín del polémico e influyente Cunha.

Buscando al candidato

Desde que anunció su renuncia a la presidencia, el jueves 7, los partidos del arco político articularon apoyos a contrarreloj, especialmente el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer y al que también pertenece Cunha.

En un clima de campaña electoral, los emisarios del presidente interino negociaron un candidato de consenso que evite fracturas en la base aliada que sustenta al gobierno de Temer, quien asumió el pasado 12 de mayo después de que Rousseff fuera suspendida para el inicio de un juicio político.

En lo que fue considerada una derrota para Temer, quien no quería un candidato propio, el PMDB escogió como postulante a jefe de Diputados al exministro de Salud Marcelo Castro. Pero quedó tercero en la elección con 70 votos.

El Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, también negoció apoyos e incluso trató hasta último momento con Demócratas para respaldar a su candidato Rodrigo Maia. Sin embargo, algunos sectores del PT, que no contaba con candidato propio, se oponían radicalmente a que el partido apoyara a legisladores que hubieran amparado el proceso de destitución contra Rousseff.

El nuevo presidente dirigirá la Cámara de Diputados hasta el próximo 1° de febrero, sin posibilidad de ser reelegido.

Mientras tanto, queda la incógnita de si para Cunha este fue el fin de la serie, o solo el final de la temporada.

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