Al ritmo de los gigantes

Este fue uno de los temas que el grupo trabajó junto al beatmaker Maiksoul. "Es de Paso de los Toros, es primo mío y se fue metiendo en el mundo del hip hop", cuenta Barragán. "Tuvo la suerte de venirse a Montevideo y rápidamente se vinculó con casi todos. Fue muy bien recibido, tiene mucho potencial. Debutó con nosotros en Nómades con el intro que se llama Nubes en el cielo. Ese fue su primer beat. Arrancó con la puerta grande", bromea.

"El imaginario científico siempre está en la vuelta", afirma Mattioli. "Nos gusta jugar con los teóricos de la epistemología hasta la ciencia ficción. El concepto del viaje empezó a aparecer desde hace varios discos, con la idea de los migrantes y de las fronteras. Y esta es su versión más radical: el cosmonauta que viaja hacia un lugar que nadie conoce. Pero relata algo que sí conocemos, nuestra ciudad. Es redescubrir los lugares que ya conocemos". Aquí la guitarra de Esteban Stopelli es protagonista. "Está haciendo algo que le gusta mucho, que es funkear. Es la versión más funkera que hemos grabado hasta el momento", agrega Mattioli. En las voces los acompaña Santi Mostaffa y hacia el final aparece el trompetista de 4 Pesos de Propina, Miguel Leal.

Arranca con la mandolina de Tatán Arocena, de Tatango, que se transforma en un ritmo "abrasilerado", según Mattioli. "Aparece un sample de C+C Music Factory (el famoso 'everybody dance now'), porque somos viejos y quería homenajear a esa época. Tiene un beat medio abrasilerado que no tiene nada que ver, pero sí con el tema de fondo: que todo el mundo baile".

El tema más electrónico del disco. "Es lo que decía Luca Prodan: "El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos", afirma entre risas Mattioli. "Nosotros no nos ponemos tecnos pero sí nos ponemos clubbers". Barragán agrega: "Últimamente me está gustando mucho el bass music, que es música electrónica más moderna, como trap, dubstep y glitch hop. Nos adaptamos y lo adquirimos como algo propio. Hay mucho bajo, sintetizadores lentos, voces suaves".

Los vientos de 4 Pesos de Propina hacen una nueva aparición en esta canción que también se sitúa en Montevideo. "Es el escenario donde nos movemos diariamente y no buscamos evitarlo. No puedo concebir la música sin imaginarme cosas; tal vez tiene que ver con la forma en que empezamos a componer: desde la computadora lo primero que ves son las ondas. Como dice la letra: 'saliste por la ventana / y las luces de la mañana / no ayudan a caminar / cuando el cuerpo pide calma'. Las descripciones gráficas son siempre muy fuertes", afirma Mattioli.

Iba a ser un interludio realizado por Mattioli, pero la cantante Lorena Nader tuvo una mejor idea. "Se iba a llamar Arquitectura circular. Había conseguido unos samples de una comunidad, los nenets, que son como inuits pero en Siberia. Ellos no construyen nada recto, sino que es todo circular. Y Cuando Lorena lo escucha, nos pide para escribir algo", cuenta Mattioli. "Cuando presentó el tema fue salado", agrega Barragán. "¡Lorena, nos volvemos a sacar el sombrero!"

"Sobre el final del tema aparece una canción de la guerra civil española y fue totalmente un accidente", cuenta Mattioli. "Instalamos el estudio en la casa de mi tía en Santiago Vázquez. El Barra estaba grabando en un cuarto y yo estaba en la pieza de al lado, arreglando una bandeja de vinilo de mi tía. Enchufo todo y pongo un vinilo que tenía, estaba medio rayado y lo puse. En el piso de abajo se escuchaba la música y la voz a la vez. Sube Edgardo corriendo a ver qué estábamos haciendo porque estaba buenísimo. Al final lo sampleamos y quedó".

"Esta es para apretar", bromea Mattioli. "Es culpa de Edgardo este tema. Lo que hizo fue presentar la base y la letra ya pronta. Y acá entra el Sapo de Contra las Cuerdas, que hizo un texto súper sentido. Es el tema que tiene más compromiso sentimental con lo que dice. En su rap me hace acordar a unos temas de Tupac. En este y en algún tema más hay un juego muy progresivo, la canción va in crescendo. Parece que termina el tema y aparece un sinte. Y otro. Y otro. Y un tema que era chiquito termina como una torre", cuenta.

Aquí participa el guitarrista Daniel Noble, cuyo estilo se diferencia al de Stopelli. "Esteban es más funkero y Daniel más melancólico", afirma Barragán. El MC, por su parte, explotó en este tema una veta de cantante. "Porque me costaba escribir para rap; entonces cantaba", se ríe. "Busqué esa alternativa y en este disco lo exploté más", agrega.

En el décimo track, Latejapride apuesta a una cumbia. "Vamos a fiestas que se escucha esto, la Subtropical, la Bal Cumbia y otras más. Nos parece genial que haya una resignificación de los ritmos latinoamericanos", afirma Mattioli. "Esta es una suerte de experimento, de salir de nuestra zona de confort y jugar en otra cancha", dice Barragán. Y agrega: "De eso se trata, de generar un pequeño crecimiento y romper barreras. ¡Yo hace 10 años pensaba que ni en pedo grabaría una cumbia!".

Otro de los nuevos géneros que aparece en este disco es el trap. Mattioli explica: "La bass music es una corriente dentro de la música electrónica y su fuerte son los bajos. Hace 15 años empezó en Bristol el dubstep, que era una versión electrónica mucho más sucia. Eso de a poco se fue mezclando con otras cosas y cuando el dubstep se junta con el rap sale el trap". El resultado es un ritmo muy bailable que combina la base electrónica, el glitch y los sonidos distorsionados, con una intención agresiva y directa del hip hop.

En este tema que remite al old school figura la MC Eli Almic como invitada. "Nos gusta jugar a ser Massive Attack e invitar a gente. Nos encanta. Somos los que construimos el disco y la voz principal, pero nos gusta llenarlo de otros colores. En el disco nos podemos permitir estas locuras", cuenta Mattioli.

"Me gusta mucho el bajo de esta canción, es muy funkero. También me gustan las referencias literarias de Edgardo: Gulliver, Sandokán", cuenta Mattioli.

Es el único interludio del disco, compuesto por Mattioli. "Cuando lo construí me imaginaba algo más oscuro: mariposas desapareciendo en un bosque sombrío. Por suerte no quedó tan oscuro porque lo agarró Anselmi y le dio un par de vueltas. Pero quería hablar de la extinción de algo hermoso", afirma el DJ.

"Viene de una ruptura amorosa, denota un poco esa tristeza. Y el sentimiento de querer volver a ser uno, juntar las piezas y seguir hacia adelante", cuenta Barragán. "Traté de trabajarlo más a nivel metafórico, sobre lo que la gente siente ante una adversidad".