Alertan por estrés calórico luego de la muerte de dos vacunos en Salto

A raíz de las altas temperaturas de los últimos días registradas en la zona litoral norte del país, el ganado ha sufrido las consecuencias de un fuerte estrés calórico, lo que determinó que se produjera la muerte de dos novillos en un establecimiento del departamento de Salto.

La situación ocurrió el miércoles pasado y se recomendaron medidas especiales de manejo para los predios de la zona. No se trata de muchos casos, sino de hechos puntuales que generan un alerta, explicó a El Observador el técnico de la Regional Litoral Norte del Instituto Plan Agropecuario (IPA), Danilo Bartaburu.

Las altas temperaturas han afectado la disponibilidad de agua en el suelo ante la falta de lluvias en los últimos 20 días, provocando el desecamiento de la tierra, en tanto que similar impacto ha tenido en las pasturas en los campos más superficiales, que son los que abundan en la zona de influencia del departamento de Salto.

Esta situación no significa que haya falta de pasturas. Por el contrario, esos campos vienen de una primavera que, aunque se inició tarde, luego ha sido lluviosa hasta principios de diciembre y por lo tanto hay muy buena oferta de pasto, dijo el técnico del IPA.

Remarcó que las muy altas temperaturas de las últimas tres semanas, de alrededor de 40 °C, provocó el desecamiento de los suelos (pérdida de humedad) y se ha afectado también el bienestar animal. En los días de mucho calor, con temperaturas muy altas, el ganado lo siente mucho, el consumo animal baja y también produce menos.

Bartaburu dijo tener referencia de que en un establecimiento se produjo la muerte de dos novillos que eran arreados en horas de la tarde. Por ello alertó a los productores a no mover los ganados en las horas de sol fuerte, asignar potreros con buena sombra y agua para los animales y, en aquellos casos que haya que trabajar con los ganados, que los hagan en las primeras horas del día, que es el período donde el animal no tiene todavía toda la carga de estrés calórico del día.

La situación afecta con más fuerza al ganado lechero porque tiene un metabolismo más exigente y porque también la raza mayoritaria es la Holando, originaria de zonas frías.

Además es un ganado que hay que ordeñar y por lo tanto hay que llevarlo al campo, traerlo nuevamente para el ordeñe y ello no siempre coincide con las horas más frescas. Por esas razones el ganado lechero tiene condiciones de estrés calórico que son mayores a los ganados de carne, explicó el técnico del IPA.

Al ser consultado sobre el estado de los ganados en materia reproductiva, Bartaburu señaló que los campos en general tienen buena disponibilidad de pasturas y los ganados están en buen estado corporal. A su vez algunos datos sobre las actividades ováricas que se han realizado en algunos establecimientos indican que los entores vienen muy bien, por lo que habrá que seguir de cerca la evolución del ciclo reproductivo de los animales que fueron entorados.

Precisamente, el IPA recomienda a los productores que realicen diagnósticos de actividad ovárica para saber cómo evolucionan los entores para según esos resultados adoptar medidas correctivas en caso que sean necesarias. La buena situación observada responde a la buena producción forrajera observada y del estado de los ganados, concluyó Bartaburu.

En 11 rodeos que sumaron 8.287 vacas con cría al pie evaluadas se encontró un promedio de 33,8% de vacas en anestro, incluyendo variaciones entre predios de 9,5% a 90%, informó a El Observador el especialista en temas reproductivos, Guillermo de Navas. Como recomendación general, insistió en que aquellos productores que quieran lograr altas tasas de preñez en el entore procedan a contactar al veterinario para monitorearlo y determinar las vacas que aún no han ovulado, aplicándoles, una vez identificadas, las tecnologías de control del amamantamiento correspondientes.