Amor en los tiempos de MSN

No obstante, es probable que Abzurdah sea más recordada por su recaudación que por el resultado final de la obra. Pero al tratarse de un éxito de ventas, como Cincuenta sombras de Grey o Los Vengadores, la película merece toda la atención que un fenómeno masivo de consumo cultural logra en la audiencia. Porque además de popular en Argentina, es probable que sea una de las películas más esperadas para el público uruguayo que fue preadolescente y adolescente durante mediados de la década de 2000.

Abzurdah es una adaptación del bestseller homónimo escrito por la autora argentina Cielo Latini. El libro es una autobiografía que la autora publicó en 2006 a sus 22 años. En él, narra su adolescencia problemática en la que mantuvo una relación amorosa con un hombre nueve años mayor que conoció por internet. El conflictivo vínculo disparó en la autora todo tipo de problemas psicológicos, desde la bulimia y anorexia, hasta la autolesión. La descripción desde un punto de vista íntimo y en primera persona de una vida bajo esos trastornos en una joven de clase media alta de Buenos Aires la convirtió en un éxito literario en varios países de Latinoamérica.

Ahora a Latini le llega el turno de trasladar su historia a la gran pantalla. Con la dirección de la cineasta Daniela Goggi, Abzurdah se hace de los actores Eugenia "China" Suárez y Esteban Lamothe para narrar el romance entre Cielo, una colegiala aburrida por los pormenores de la gente de su edad, y Alejo, un adulto joven de La Plata que comienza a seducirla a través de foros de conversaciones anónimas en internet. Durante esa primera parte de la película, la del enamoramiento, se la podría comparar con una versión rioplatense de cualquier filme adolescente de Estados Unidos como Bajo la misma estrella, salvando las distancias temáticas. Incluso hay un plano idéntico, con la protagonista tirada en el pasto de noche rememorando su primer encuentro con su interés romántico, con la cámara filmándola desde arriba.

Pero a diferencia de la historia concebida por John Green, en Abzurdah el romance se convierte en algo diferente. Cielo se obsesiona con obtener a toda costa la devoción total de Alejo, un manipulador de manual. El relato es testigo de esa obsesión que lentamente la consumirá no solo a nivel psicológico y social, sino también físico. Aunque en el libro el testimonio personal de los problemas alimenticios fue uno de los principales "atractivos" de la historia, aquí la atención de la protagonista en alterar su cuerpo es una consecuencia más de un amor no correspondido.

Fortalezas y debilidades

Suárez es la responsable de cargar con ese protagónico transformativo, que desluce su imagen de adolescente virginal salida de la fábrica de Cris Morena y la lleva cuadro a cuadro a la autodestrucción de su belleza, aunque de todas formas el rol nunca logra llevarlo a lo realmente grotesco. La actriz y cantante que estableció su carisma en la serie Casi ángeles de Telefe, demuestra que tiene los recursos suficientes para cargar con un drama por sí sola.

A diferencia de su contraparte femenina, Lamonthe, en su papel de príncipe azul falso, tiene poca cosa para construir en Alejo un personaje interesante. El actor de El estudiante y de El cinco de talleres siempre se ha lucido como un ser introvertido y en Abzurdah se mantiene en ese molde, solo que el desarrollo de las motivaciones románticas de Alejo hacia Cielo y sus repentinos cambios de interés lo terminan convirtiendo en un elemento orbital que va y viene según la historia lo necesite.

Aunque el más escéptico de los cinéfilos pueda sentirse poco atraído por una historia de origen adolescente que puede resultar superficial, la realidad es que no hay demasiado que reprocharle a Abzurdah del punto de vista técnico. El trabajo de cámara es más que prolijo, el elenco (que incluye a Gloria Carrá y Rafael Spregelburd como los padres de Suárez) cumple con sus tareas y la narración avanza en un ritmo general que hace de la película una experiencia llevadera. Además, en una historia donde internet cumple un rol muy relevante, la directora también se las arregla de manera impecable. El filme está situado en la década de 2000, sin ningún teléfono inteligente a la vista. En cambio, los personajes lidian con los correos de voz, los mensajes de texto y una conexión que no permite utilizar el teléfono del hogar al mismo tiempo que internet. Goggi se vale de diferentes recursos estéticos para convertir conversaciones en chat en escenas igual de interesantes que sus contrapartes en persona.

Son esas fortalezas que en realidad hacen que, tras terminar la película, uno quede insatisfecho con el resultado. Porque Abzurdah nunca llega a generar la tensión dramática que merece, lo que hace que el conflicto amoroso se prolongue hasta el hartazgo y provoca que el punto emocionalmente más doloroso para la protagonista no logre el efecto que debería.

Sobre el final de la película, un mensaje de los realizadores sobre la realidad de los trastornos alimenticios en las adolescentes argentinas –apenas uno de los problemas que sufre Cielo a lo largo del filme– es la prueba de que a Absurdah le faltan unos últimos toques para lograr concentrarse en sobresalir y no termine siendo lo que es: una oportunidad desaprovechada.