ANCAP terminó acuerdo con Pdvsa y complica trueque por alimentos

El acuerdo para la compra de petróleo que ANCAP ha renovado anual e ininterrumpidamente con Pdvsa no está en condiciones de continuar por un nuevo período por primera vez en una década como consecuencia de las dificultades del país caribeño para "organizar" su oferta exportable de petróleo.

"Esa es la razón por la cual no hemos podido renovar el acuerdo comercial como todos los años", explicó ayer a El Observador el presidente de ANCAP, José Coya. El convenio caducó en junio pasado. En los últimos dos años, el contrato se ha firmado por unos 4,2 millones de barriles –seis cargamentos anuales–, volumen que equivale a un tercio de las importaciones de crudo que realiza ANCAP.

El Poder Ejecutivo tenía la expectativa de utilizar la importación de crudo con Venezuela como un instrumento de "trueque" y garantía de cobro para los exportadores de varios rubros que tienen una elevada dependencia de este mercado como los lácteos o la producción avícola, cuyas ventas se derrumbaron en lo que va de este año. La caída del acuerdo representa una dificultad para la implementación del intercambio.

El convenio petrolero entre ANCAP y Pdvsa, le permite a la primera abonar 75% del volumen adquirido de crudo a 90 días y el 25% restante lo financia a 15 años con dos años de gracia, con una tasa de interés anual del 2%. Las autoridades de la empresa local han defendido el uso de esta herramienta por las ventajas financieras respecto a otras opciones y por el papel que tuvo para financiar inversiones. Sin embargo, su renovación para el período 2015-2016 parece muy complicada.

Venezuela interrumpió la exportación de crudo a Uruguay desde su último envió en mayo y enfrenta dificultades para renovar su contrato con ANCAP. Uruguay integra el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, creado por el expresidente Hugo Chávez para vender crudo y productos refinados a América del Sur bajo una modalidad de pago flexible.

ANCAP ha estado incrementando sus compras a Brasil y África mediante oferta públicas cada unos 20 días. En enero, ejecutivos de ANCAP dijeron a Reuters que la petrolera aumentaría un 10% sus importaciones de crudo este año para atender una creciente demanda doméstica de combustibles y que los proveedores podrían diversificarse. Desde entonces, el petróleo descargado en la boya petrolera de José Ignacio, para ser procesado en la refinería de La Teja, ha arribado principalmente desde Brasil, Angola y Nigeria.

En julio inclusive, ANCAP recibió un embarque de 980 mil barriles crudo súper liviano Efofisk del Mar del Norte (similar al que importa a Pdvsa). ANCAP ve cada vez con mejores ojos a sus proveedores en el mercado de ofertas públicas, donde compiten por precio y calidad.

"Los precios hoy son de oferta pública y hay para elegir, así que tampoco es que estemos perdiendo dinero ni producto, a no ser para casos puntuales de asfalto que requiere de crudo más pesado", explicó una fuente del ente a Reuters. Las exportaciones de crudo venezolano a otros clientes bajo acuerdos petroleros, como Jamaica o República Dominicana, también están debilitándose mientras PDVSA intenta utilizar la mayor parte de su limitada producción de crudo liviano para diluir su petróleo extrapesado.

Cambio de viento

La relación político-comercial del gobierno uruguayo con su par de Venezuela parece estar atravesando una de sus etapas de mayor distanciamiento en la última década. La sintonía que se creó durante la primera administración de Tabaré Váquez (2005-2010) con el extinto líder bolivariano Hugo Chávez, ya no es la misma con el actual presidente Nicolás Maduro, lo que se refleja en las cifras de intercambio comercial entre ambos países en lo que va de este año. En el acumulado enero-setiembre las colaciones de bienes uruguayos a ese destino cayeron 65% y Venezuela desapareció del ránking de los principales destinos.

De hecho, los escollos burocráticos que deben sortear las empresas uruguaya que exporta al país caribeño ya no se solucionan con una simple llamada telefónica de un jerarca Ejecutivo. Prueba de ello es el último acuerdo bilateral que los presidentes Vázquez y Maduro sellaron en la última cumbre del Mercosur en Brasilia a mediados de julio, por el cual se pactó el pago de una deuda anticipada de ANCAP con Pdvsa por la compra de petróleo financiado a largo plazo por US$ 262 millones con una quita del 38%. A cambio, el gobierno venezolano se comprometía a crear un fideicomiso en Bandes Uruguay por US$ 300 millones que le iba a permitir a Uruguay en los últimos cinco meses de este año exportar 265 mil toneladas de alimentos y cobrar un pasivo de unos US$ 38 millones que Venezuela mantenía con las empresas Conaprole y Tres Arroyos.

Sin embargo, lo concreto es que pasaron cuatro meses y el gobierno de Venezuela no confirmó la creación del fideicomiso, que es la garantía de cobro que tienen los exportadores locales. ANCAP giró a Pdvsa los US$ 262 millones, pero el gobierno venezolano sigue sin confirmar la herramienta financiera para habilitar el intercambio de bienes. Solamente Conaprole se arriesgó a iniciar el pasado mes una secuencia de embarques de 4.000 toneladas de leche en polvo por semana (de las 44 mil que tiene previsto embarcar) con la esperanza que el tema pueda solucionarse a la brevedad. De hecho, la empresa avícola Tres Arroyos anunció ayer a El Observador que deberá evaluar otras alternativas comerciales si este mecanismo no se instrumenta en el corto plazo (ver página 17).

Cuando el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, arribó al aeropuerto de Carrasco con su par de la Cancillería, Rodolfo Nin Novoa, tras la última cumbre del Mercosur en julio pasado, el tema saliente de la conferencia fue el pacto comercial sellado con Venezuela. "Vázquez le propuso que el acuerdo en 2016 sea por US$ 1.000 millones y el presidente (Nicolás) Maduro recibió con muy buen agrado esta propuesta", comentó Astori en esa instancia.