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Angry Birds, ¿no será ya tarde para el cine?

Hoy se estrena la película de un videojuego que fue furor en 2010 pero cuya empresa creadora hoy reduce costos y despide empleados
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12 de mayo de 2016 a las 05:00
Todo comenzó como un proyecto pequeño de un fanático de los videojuegos que trabajaba en una pequeña empresa de tecnología y desarrollo informático llamada Rovio. El hombre se encontró una noche solo en su casa sin nada que hacer y comenzó a gestar la idea de crear su propio videojuego. A la mañana siguiente llegó a la oficina y comenzó a bocetar en Photoshop a varios pájaros, sin patas, con dos grandes ojos y un par de cejas negras, tupidas y fruncidas que formaban una caricatura atractiva y divertida. Jaakko Iisalo presentó los dibujos y el impreciso concepto de un juego a sus jefes en Rovio, y la idea los fascinó. "Tan pronto como vi esos personajes, me gustaron. Tuve una urgente necesidad de querer jugar el juego", explicó Niklas Hed, cofundador de Rovio en una entrevista con The Telegraph en 2011.

Corría el año 2009 cuando la empresa se puso a trabajar en el proyecto de Angry Birds, un juego diseñado para teléfonos inteligentes (que luego se expandió a otras plataformas) y que hoy, siete años después, estrena su película con el sello de Sony Pictures. Pero, ¿siete años no es demasiado tarde?, ¿acaso alguien sigue jugando Angry Birds en su celular luego de todas las nuevas propuestas que han surgido en este tiempo? O ¿se trata esto de una estrategia de marketing de Rovio y Sony para reactivar una franquicia que supo ser de las más taquilleras, con potencial para competir codo a codo con el ratón Mickey Mouse?

Simpleza desafiante

En 2010 el juego llegó a su apogeo mientras se mantenía como la aplicación más descargada en las tiendas de aplicaciones durante casi un año, con lo que superó en pocos meses los 50 millones de usuarios activos; una cifra récord al tratarse de un juego para uso exclusivo en dispositivos móviles. Para ese mismo año, los jugadores dedicaban 200 millones de minutos de sus vidas a jugar. La premisa de Angry Birds es bastante sencilla: ir lanzando pájaros enojados con diferentes personalidades que se desprenden en sus propiedades y características técnicas para destruir el castillo de los cerdos verdes y recuperar huevos que les han sido robados por estos villanos.
Gracias a esa simpleza desafiante –que la crítica especializada comparó en su momento con la del cubo Rubik– el juego se popularizó y comenzó a causar furor tanto en niños como en adolescentes y adultos; fui allí que Rovio comenzó a expandir la franquicia. El juego se podía utilizar ahora también en computadoras, y rápidamente se desarrolló su versión para PlayStation, Wii y Xbox. La multinacional fábrica y distribuidora de juguetes Mattel creó su propia línea de pájaros y aquellos plumíferos rostros de ceño fruncido comenzaron a aparecer en remeras, afiches, tazas, llaveros, libros, revistas, un parque de diversiones y hasta en paquetes de galletitas. Se lanzaron cortos en YouTube con fragmentos del histórico enfrentamiento entre cerdos y pájaros y lo que en principio fue una sola aplicación pronto se transformó en 15 aplicaciones (contando únicamente las desarrolladas oficialmente por Rovio Entertainment): Angry Birds, Angry Birds 2, Angry Birds Go!, Angry Birds Star Wars y Bad Piggies son algunas de ellas.

Solo faltaba la película.


Película y salvavidas

Anunciada desde 2012, The Angry Birds Movie busca rescatar del pozo a la popular franquicia. Un pozo que se ha manifestado en los números y que en el año pasado bajó a Rovio del podio de desarrollador estrella. La empresa despidió en octubre del 2015 a 213 empleados, un recorte del 25% del personal total de la compañía en aquel entonces, debido a que de a poco el público iba perdiendo interés por el videojuego y comenzaba a prestar más atención a otras propuestas, como Minecraft o Five Nights at Freddy´s. Desde ese momento todos sus esfuerzos humanos y económicos –se han invertido US$ 80 millones para la producción y otros US$ 100 millones para marketing y promoción, según The Guardian– se han puesto en la realización del filme.

La historia se desarrolla en una isla poblada por pájaros felices. Allí las tres aves protagonistas –Red (en la voz del actor Jason Sudeikis), Chuck (Josh Gad) y Bomba (Danny McBride)– nunca se han sentido parte de esa felicidad inocente. Todo cambia cuando unos cerdos verdes y regordetes visitan la isla y roban todos los huevos que las aves están empollando. Los tres compañeros deben salir a su rescate e infiltrarse en los castillos de los cerdos, ¿cómo hacen para llegar a ellos? Se lanzan por catapultas al igual que en el juego.

Hasta el momento la crítica hacia la película no logra ponerse de acuerdo en si la espera ha valido la pena. Medios como Variety y The Hollywood Reporter la consideran un filme "energético" y "divertido", mientras que otros tantos, como The Guardian o Indiewire, lo catalogaron como "agresivamente poco graciosa". Lo cierto es que son pocos los videojuegos para celular que pueden decir que han fundado un verdadero imperio del transmedia. A pesar de los años, Angry Birds se encuentra aún dentro del top 20 de las aplicaciones más descargadas semana a semana. Un mérito que a una película mala le será difícil de opacar, aunque eso signifique llevar la marca a la ruina comercial.

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