El escritor italiano Antonio Manzini<br>

Estilo de vida > LITERATURA

Antonio Manzini: "El personaje siempre debe estar incómodo"

El escritor italiano, creador del detective Rocco Schiavone, pasó por Uruguay
Tiempo de lectura: -'
19 de octubre de 2017 a las 05:00
Con una sólida formación como actor y director de teatro, Antonio Manzini, de 53 años, dio el salto a la televisión y a la fama en las décadas de 1990 y 2000, cuando participó en una veintena de exitosas series. Sin embargo, este romano de pura cepa, sin aires de divo, lo dejó todo para dedicarse a escribir novelas policiales. Casado y con dos hijos, amante de la fritura de pescado y el buen vino, lector apasionado de Dostoievski, Dickens y Balzac, Manzini se define como un escritor serio pero irónico. La serie de novelas policiales protagonizadas por su detective, Rocco Schiavone, es un éxito de ventas en todo el mundo.

¿Por qué se decantó por escribir novelas policiales?

Bueno, uno siempre hace las cosas que le salen más fáciles. Y a mí, escribir novelas policiales me surge de forma natural. También porque me gustan los personajes contradictorios, los olvidados, los últimos de la sociedad. Y me gusta hablar de mi país. Y todo eso creo que se puede lograr a través del género policial.

Su detective, Rocco Schiavone, es un tipo rudo, con un pasado oscuro, casi un delincuente. ¿Por qué?

Porque no creo en las personas rectas, inmaculadas. Me interesa más el lado oscuro de la gente, que es lo que generalmente no se muestra. No creo en la figura del caballero policía que salva princesas todos los días. Creo más en el hombre normal, con defectos, que está vivo porque se equivoca.

Una de las realidades de Schiavone es que, como castigo, sus superiores lo destierran de Roma y lo envían al helado Valle de Aosta. ¿A qué atribuye esa decisión?

Yo pienso que el personaje siempre debe estar incómodo. Por eso lo puse en dificultades, en una situación de infelicidad no solo existencial sino también física. El clima pesa mucho en mis novelas. El frío le hace daño a Rocco, acostumbrado al calor de Roma. También la distancia, la lejanía de su hogar. Es una estrategia narrativa.

Pero no todo es sufrimiento, también hay espacio para la comedia...


Sí, porque no puedo renunciar nunca a la ironía cuando escribo. Es más fuerte que yo. Y me sirve para tomar distancia de la historia que estoy contando. Esos momentos vienen generalmente de las situaciones en las que se meten los ayudantes de Rocco, sus subalternos. Son casi bufones, supongo que son cosas que me quedaron de mi etapa teatral. Son shakespeareanos, de ese tipo de personajes que él siempre ponía en sus obras. Y como hay que tomar inspiración de los más grandes, yo intento seguir su ejemplo.

¿Considera que Rocco es el arquetipo del policía italiano?

No, es solo un policía. Lo hay peores y los hay mejores. Recuerdo una cumbre del G8, en Génova, donde la policía reprimió ferozmente a los manifestantes pacíficos que estaban en las calles y hubo un muerto por un balazo. Eso me parece peor que cualquier cosa que haya hecho Rocco.

Su serie policial fue llevada a la televisión y usted mismo ofició como guionista. ¿Cómo es trabajar con material propio para adecuarlo a un formato que no es el original?

A mí me resultó fácil, creo que porque conozco la materia y el medio. A la hora de adaptar las novelas me gusta cortar. Y me gusta iluminar cosas que quizás parecían menores en los libros, pero que adquieren otra dimensión en la pantalla chica. De la experiencia, lo que más me gustó, fue el tema de la fotografía, de verlo todo en imágenes. En los libros pongo en palabras lo que piensa Rocco de Aosta. En la serie, esas palabras se vuelven imágenes. El resultado es espectacular.

¿Qué le da la literatura que no le da la televisión?

La literatura es la libertad absoluta comparada con la televisión o el cine, no tiene condicionamientos. Además, considero que, sobre todo la televisión italiana, es un mundo analfabeto. En el sentido emocional y también cultural. Trabajar en esos medios me cansó, me abrumó. Y por eso lo dejé. Por otra parte, la literatura te permite una relación especial con el lector. A través del libro es como si le susurrara al oído. En cambio, en los otros medios siento como si le gritaran a las personas. También es importante que la literatura presupone lectura, y por tanto la relación es activa. La televisión, en cambio, me parece que genera una relación pasiva.

En su caso, como en el de la mayoría de los escritores modernos de novelas policiales, no hay nunca un crimen perfecto o un detective genial que lo deduce todo ¿A qué se debe?

A que a mí no me interesa buscar algo genial, porque no crea que exista. No me parece verosímil. Busco ser creíble y considero que un crimen se hace en un momento de rabia o de pasión, no creo que exista un asesino que busque la perfección. Por otra parte, no veo muchos detectives brillantes en Italia. Hoy de cada 100 homicidios se resuelven 12. Me parece que el único aspecto genial que puede llegar a tener un policía es el instinto animal.

¿Cómo se lleva con su colega Andrea Camilleri?


Me llevo de maravilla. Fue mi profesor en la Academia Nacional de Arte Dramático. Después hicimos cinco espectáculos de teatro juntos, con él de director y yo como actor. Es un honor para mí decir que somos amigos y que me ha enseñado muchísimo. Sobre todo, a reír.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...