Por Aris Messinis de la agencia AFP
Atención: las imágenes que se publican en esta nota pueden herir la sensibilidad de los lectores.
El horror, el terror y también la alegría fueron los instantes capturados en impactantes imágenes divulgadas este miércoles por la AFP durante el rescate de varios barcos de migrantes en el Mediterráneo, un crudo testimonio del fenómeno que divide a Europa.
"Hubo pánico a bordo, gente que saltaba al agua", contó Aris Messinis, fotógrafo de la AFP, testigo directo del drama de los migrantes desde el barco "Astral", la embarcación de la ONG española ProActiva Open Arms.
Las imágenes de Messinis resultan un testimonio sobrecogedor, con cientos de personas, entre ellas niños y mujeres, apretujadas y aterrorizadas hasta más no poder en un barco de madera y en lanchas neumáticas, donde contó y fotografió varios de los 22 cadáveres aplastados en el fondo de la embarcación.
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El "Astral" es un pequeño velero, su función es identificar a los barcos cargados de migrantes, distribuir chalecos salvavidas, dar ayuda a los más vulnerables y enfermos, y mantener la calma para garantizar que el traslado a los botes de rescate más grandes sea segura.
Las fotos de Messinis muestran cómo las largas horas de espera a la deriva generaron el pánico: los migrantes agotados, con los ojos enrojecidos, se arrojaban al agua para tratar de aferrarse a los pocos botes de salvataje.
Los cuerpos de dos hombres y una mujer flotaban tras morir ahogados.
William Lacy Swing, director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), volvió a pedir este miércoles a las autoridades de Europa que cambien su actitud ante el fenómeno de la migración.
"De repente 200 personas se arrojaron al agua, el barco estaba a punto de volcarse", aseguró.
Fotogalería: Atrapados en tránsito
Las imágenes de Messinis revelan que había muchos niños pequeños a bordo de los barcos, uno lloraba, un bebé aparece con la mirada perdida, como adormecido, en otra un padre iza al niño para que no sea aplastado por la masa de gente hacinada en la barcaza.
"Había como 1.000 personas a bordo del barco más grande, estaban repartidos en tres niveles", señaló Messinis.
Sin embargo, los migrantes siguen muriendo, y el Mediterráneo sigue siendo un cementerio.
También mueren por asfixia, por los gases del combustible, que suele mezclarse con el agua de mar y quema la piel, por la deshidratación, inclusive después de unas pocas horas de navegación.
Otro fenómeno cada vez más común es el temor de dar a luz en Libia. Por ello, numerosas mujeres embarazadas se embarcan a pesar de los riesgos que corren. Tres bebés nacieron en las últimas horas en el barco "Dattilo" de la guardia costera, otro en el "Argos" de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
Con las operaciones de los últimos días, Italia registró la llegada de 142.000 migrantes desde el comienzo de este año, cifras similares a las totales en 2014 y en 2015.
Sin embargo, con el cierre de las fronteras del norte, las autoridades italianas se ven obligadas a buscar nuevos espacios para alojarlos en la península. En Italia cerca 160.000 personas han solicitado este año asilo, contra 66.000 a finales de 2014 y 103.000 en 2015.
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