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AUF demandó a Full Play para recuperar derechos televisivos
La televisación del partido contra Bolivia el 8 de octubre sigue en duda
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17 de septiembre de 2015 a las 05:00
La selección uruguaya de fútbol debutará en la Paz contra Bolivia dentro de tres semanas, el jueves 8 de octubre a la hora 17.30, por las Eliminatorias para el mundial de 2018 que se jugará en Rusia. El director técnico Óscar Tábarez no podrá contar con Luis Suárez ni con Edinson Cavani, ambos suspendidos, y los uruguayos no saben aún si podrán verlo por televisión.
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) presentó ayer una demanda civil para que la Justicia declare "resuelto" el contrato firmado con la empresa Full Play, encargada de la televisación de los nueve partidos de Uruguay en el extranjero y de los 72 partidos de las demás selecciones entre sí. En caso de que la Justicia declare nulo el contrato, la AUF recuperará los derechos televisivos de los nueve partidos que Uruguay como local por las Eliminatorias, pero no resuelve la situación de los partidos de visitante de la celeste ni de aquellos los que jueguen las otras selecciones entre sí, que son propiedad de Full Play en exclusividad.
Esta historia se remonta al 27 de mayo, cuando estalló un escándalo mundial en FIFA que puede llevar a que los uruguayos deban prenderse a la radio el 8 de octubre o mirar el partido contra Bolivia por internet. Ese día, a pedido del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la Policía detuvo en Suiza a siete ejecutivos de FIFA sospechosos de corrupción y lavado de dinero. Entre los detenidos está el uruguayo Eugenio Figueredo.
La Justicia estadounidense solicitó la extradición de esos directivos de FIFA por el supuesto cobro de coimas a empresas que televisaban torneos o trabajaban en marketing deportivo. Una de las compañías señaladas por pago de coimas es Full Play Group SA, la empresa argentina que tiene los derechos de televisación de la mayoría de las selecciones de Sudamérica y que logró contrato para transmitir las Eliminatorias Sudamericanas para el mundial de 2018. Después de estar tres semanas prófugos, los dueños de la empresa Full Play, Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo se entregaron en Buenos Aires.
Por contrato, Full Play se comprometió a pagarle US$ 6 millones en cuotas a la AUF y a cederle los nueve partidos de la selección en el extranjero y los restantes 72 de las demás selecciones, que luego la AUF vendió a Tenfield. En febrero, Full Play pagó US$ 1 millón a AUF, pero la segunda cuota, de US$ 500 mil, fue retenida por orden judicial.
La jueza de Crimen Organizado Adriana de los Santos embargó las cuentas bancarias de Hugo y Mariano Jinkis y del abogado argentino Fabián Rinaldi, representante de Full Play en Uruguay, por existir sospechas de lavado de dinero. Ante esta situación, la AUF rescindió el viernes pasado de forma unilateral el contrato con Full Play, bajo el argumento de que, al estar embargada, la empresa no podrá pagar las restantes cuotas.
Full Play respondió el domingo a través de una solicitada en el diario El País en la que asegura que "no se ha verificado incumplimiento alguno de las obligaciones contractuales" y que la AUF, con esta resolución, se expone a una "responsabilidad (...) cuantificable en varios millones". Full Play agrega que "de aceptarse la resolutoria de la AUF el público televidente uruguayo vería únicamente los partidos que juegue como local y no el resto de los 81 partidos del torneo clasificatorio que se disputan en el exterior, entre los cuales se encuentran los partidos que la selección uruguaya disputará como visitante ante el resto de las selecciones, derechos que pertenecen a Full Play Group SA en exclusividad".
La empresa exige que se cumpla el contrato para "poder transmitir pacíficamente todos los partidos". Pero la AUF tomó otro camino: la rescisión del contrato y la demanda.
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) presentó ayer una demanda civil para que la Justicia declare "resuelto" el contrato firmado con la empresa Full Play, encargada de la televisación de los nueve partidos de Uruguay en el extranjero y de los 72 partidos de las demás selecciones entre sí. En caso de que la Justicia declare nulo el contrato, la AUF recuperará los derechos televisivos de los nueve partidos que Uruguay como local por las Eliminatorias, pero no resuelve la situación de los partidos de visitante de la celeste ni de aquellos los que jueguen las otras selecciones entre sí, que son propiedad de Full Play en exclusividad.
Esta historia se remonta al 27 de mayo, cuando estalló un escándalo mundial en FIFA que puede llevar a que los uruguayos deban prenderse a la radio el 8 de octubre o mirar el partido contra Bolivia por internet. Ese día, a pedido del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la Policía detuvo en Suiza a siete ejecutivos de FIFA sospechosos de corrupción y lavado de dinero. Entre los detenidos está el uruguayo Eugenio Figueredo.
La Justicia estadounidense solicitó la extradición de esos directivos de FIFA por el supuesto cobro de coimas a empresas que televisaban torneos o trabajaban en marketing deportivo. Una de las compañías señaladas por pago de coimas es Full Play Group SA, la empresa argentina que tiene los derechos de televisación de la mayoría de las selecciones de Sudamérica y que logró contrato para transmitir las Eliminatorias Sudamericanas para el mundial de 2018. Después de estar tres semanas prófugos, los dueños de la empresa Full Play, Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo se entregaron en Buenos Aires.
Por contrato, Full Play se comprometió a pagarle US$ 6 millones en cuotas a la AUF y a cederle los nueve partidos de la selección en el extranjero y los restantes 72 de las demás selecciones, que luego la AUF vendió a Tenfield. En febrero, Full Play pagó US$ 1 millón a AUF, pero la segunda cuota, de US$ 500 mil, fue retenida por orden judicial.
La jueza de Crimen Organizado Adriana de los Santos embargó las cuentas bancarias de Hugo y Mariano Jinkis y del abogado argentino Fabián Rinaldi, representante de Full Play en Uruguay, por existir sospechas de lavado de dinero. Ante esta situación, la AUF rescindió el viernes pasado de forma unilateral el contrato con Full Play, bajo el argumento de que, al estar embargada, la empresa no podrá pagar las restantes cuotas.
Full Play respondió el domingo a través de una solicitada en el diario El País en la que asegura que "no se ha verificado incumplimiento alguno de las obligaciones contractuales" y que la AUF, con esta resolución, se expone a una "responsabilidad (...) cuantificable en varios millones". Full Play agrega que "de aceptarse la resolutoria de la AUF el público televidente uruguayo vería únicamente los partidos que juegue como local y no el resto de los 81 partidos del torneo clasificatorio que se disputan en el exterior, entre los cuales se encuentran los partidos que la selección uruguaya disputará como visitante ante el resto de las selecciones, derechos que pertenecen a Full Play Group SA en exclusividad".
La empresa exige que se cumpla el contrato para "poder transmitir pacíficamente todos los partidos". Pero la AUF tomó otro camino: la rescisión del contrato y la demanda.
