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Australia

Columna de opinión publicada en El Observador Agropecuario
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30 de septiembre de 2016 a las 05:01

Por Ruy Gil, especial para El Observador

Nicole Kidman y Hugh Jackman protagonizaron en 2008 la película Australia con un presupuesto de más de 120 millones de dólares. La película se sitúa en 1939 previo a la segunda guerra mundial y la trama transcurre alrededor de las vicisitudes de una dama de la aristocracia inglesa que intenta conservar una extensa propiedad ganadera en las cercanías de Darwin, en el norte de Australia. La película se convirtió en una suerte de epopeya y drama que presentaba muy inteligentemente a Australia: país de profundas raíces ganaderas, tanto en lo cultural como en lo económico.

En grandes números, Australia hoy en día llega a casi 30 millones de cabezas de stock bovino, con una producción de carne vacuna de más de 2,2 millones de toneladas peso canal, de las cuales el 70% se coloca en el exterior. Por otro lado, en términos de stock ovino presenta un rodeo de 73 millones de cabezas, con una producción de carne ovina de más de 650 mil toneladas peso canal, también alcanzando el 70% en exportaciones.

Durante el mes de setiembre del presente año Uruguay recibió la visita del Dr. Peter Barnard, especialista en acceso a mercados y marketing que supo prestar sus servicios al Meat & Livestock Australia (MLA) por más de 25 años (la traducción al español sería Carne y Ganado de Australia).

En el imaginario podría suponerse que el MLA, en cierta forma, se asemeja al Instituto Nacional de Carnes (INAC) de Uruguay. Esto es, una pieza de articulación del interés público-privado con un rol bien definido dentro del marco de la política nacional de carnes. Si bien esta equivalencia podría calificarse de natural, también es cierto que el arreglo o estructuración de los sectores cárnicos de los países es de lo más heterogéneo, al final de cuentas el arreglo particular de cada país representa la forma más eficaz que encontraron los actores del sector para definir y canalizar las tensiones propias del negocio.

El Dr. Barnard desarrolló pormenorizadamente cómo Australia, país ganadero y exportador, fue diseñando y poniendo en práctica la actual estructura de su sector cárnico. Lo primero que llama la atención es el énfasis explícito entre organizaciones voluntarias emanadas de la iniciativa privada y las obligatorias impuestas por vía legal. ¿Qué tiene de novedoso? Las primeras no sólo tienen dentro de sus funciones la defensa de los intereses particulares de sus miembros, sino además la responsabilidad de liderar los procesos de planificación estratégica del sector cárnico. Los resultados de estos procesos son insumos clave para las organizaciones de curso legal. Sin embargo, éstas son gobernadas exclusivamente por el sector privado y sólo pueden desarrollar funciones de investigación y desarrollo, marketing y apoyo técnico al proceso de planificación estratégica. El papel del gobierno respecto a las organizaciones obligatorias es hacer de agente recaudador de los impuestos que las financian, cuya magnitud las propias organizaciones voluntarias están facultadas a definir.

Dentro del universo de las organizaciones voluntarias, o de iniciativa privada, están la de los productores, las cuales se dividen por especie: una de los productores de ganado bovino, otra de los ovinos y otra de los caprinos. Asimismo, existe una asociación de engordadores en encierro, otra que responde a los intereses de los exportadores de ganado en pie y finalmente una que representa a los frigoríficos. Estas seis asociaciones voluntarias se nuclean en una organización de nivel superior: el Consejo Asesor de la Carne Roja (RMAC, por su sigla en inglés). Esta es la organización que lidera los distintos procesos de planificación estratégica sectorial.

Desde el lado de las organizaciones obligatorias, carentes de toda función política y concebidas como brazos ejecutores de los planes estratégicos sectoriales, tenemos al propio MLA gobernado por productores, otra enfocada a la actividad de exportación de ganado en pie también gobernada por productores y finalmente una con foco en la actividad industrial gobernada por los frigoríficos. Sólo como referencia, el presupuesto que maneja el MLA anualmente asciende a US$ 140 millones, mientras que sus pares industriales sólo manejan US$ 16 millones y los exportadores de ganado en pie US$ 4 millones. El cuerpo de directores encargado de presidir y tomar las decisiones en cada una de estas organizaciones es elegido por comités de representantes privados.

No podría juzgar a priori cuán eficaz resulta esta estructura, sólo sé que podría decirse que Nicole Kidman y Hugh Jackman trabajaron en una película que costó menos que el presupuesto anual del MLA con el fin de desarrollar la marca Australia.

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