Boomerang quiere aprobar su segundo año con buena nota

Sus fundadores, con la experiencia a cuestas de lo que vivían con sus propios hijos cuando iban a comprar uniformes, percibieron que el modelo de comercialización de esta categoría distaba del modelo de shopping center al que los padres y niños estaban acostumbrados para otras categorías.

Dispuestos a ofrecer un concepto novedoso, en enero de 2013 abrieron su primera tienda en Punta Carretas. Un año después, le siguió otro local en Carrasco, sobre la calle Costa Rica.

“El modelo de negocios de Boomerang era modificar la calidad, el diseño, las materias primas y la experiencia de compra”, sintetizó uno de los directores de la empresa, Santiago Aldabalde.

La apuesta tuvo resultado. El primer año 14 colegios incorporaron a Boomerang como proveedor. Un año después, ese número trepó a 28. Más instituciones quieren sumarse, dijeron sus responsables, pero seguramente este año no añadan más porque quieren “terminar de ajustar el modelo”.

Desde Boomerang estiman que en estos 28 colegios –de algunos son proveedores exclusivos, en otros trabajan junto a otras empresas- tienen una participación de mercado “algo abajo” del 60%.

El cambio que propone Boomerang también pasa por dejar de ver al uniforme como el paria del ropero. “Los padres tenían una connotación bastante negativa en cuanto a calidad y precio de los uniformes para una prenda que se usa ocho a diez horas al día, cinco días a la semana y 40 semanas al año”, sostuvo otro de los directores de la firma, Ignacio Mayone.

De acuerdo a cálculos de Boomerang, entre modelos y talles cada colegio tiene 180 artículos. Si se multiplica esta cantidad por 28 colegios, da un total de más de 5.000 ítems diferentes.

La empresa está trabajando con alrededor de 15 proveedores de uniformes, cada uno de ellos especializado en el desarrollo de una prenda en particular. “La fábrica que hace las t-shirts y las polo, por ejemplo, fabrica para las mejores marcas del mundo, como Ralph Lauren y Abercrombie”, dijo Aldabalde.

Si bien la mayoría de las prendas se importan de China y Bolivia, algunas sí se confeccionan en Uruguay.

Los fundadores de la empresa sostuvieron que hacen especial hincapié en la calidad de las prendas. Por ejemplo, que las remeras sean 100% de algodón y que las camperas resistan la lluvia. “La gente compra con más ganas y quiere tres remeras en vez de una. Son cambios en el comportamiento que no teníamos previstos”, señaló la gerenta comercial, Patricia Martínez.

Big Bang , la pata web
Boomerang también decidió incursionar en la concreción de alianzas con bancos. Así, realiza puntuales períodos de descuentos con Itaú, durante los cuales los compradores obtienen un 25 % de reducción en su factura. “Estamos dándoles a los padres un descuento en un producto que históricamente se pagó full price. Tuvimos días en la tienda de Punta Carretas de un ticket cada 90 segundos”, comentó Aldabalde.

Para no quedar fuera del canal online, Boomerang lanzó dos semanas atrás un proyecto en conjunto con woOw: la plataforma Big Bang. Boomerang se encarga de proveer los uniformes, pero hay otras empresas involucradas, como Bookshop y Santillana. El plan es que en los próximos 180 días Big Bang alcance los 100 proveedores.

“Cuando vimos lo complejo que es el mundo del canal online, que implica coordinar un stock con una página web con un medio de pago y con la entrega de la mercadería, nos pareció más natural hablar con quien supiera más de eso en Uruguay, que es la gente de woOw”, explicó Mayone.

Actualmente, las compras a través de Big Bang gozan del 25% de descuento con tarjetas de crédito de Santander, además de envío gratis.

Falta de stocks y “ruidos”
La respuesta positiva hacia la propuesta de Boomerang –durante 2014 la empresa espera triplicar su facturación de 2013– tuvo como efecto colateral algunos “ruidos”, según sus responsables. Puntualmente, ausencia de stock de prendas. “Hubo faltantes puntuales, pero no es que no haya productos”, dijo Aldabalde.

“Somos conscientes (de la existencia de algunos problemas de stock). ¿Qué es lo que tiene que procesar Boomerang? Un ajuste para, con determinados históricos de ventas, poder tener esas situaciones mucho más acotadas”, agregó Mayone. El empresario dijo que en el caso de algunos colegios compraron el doble de lo que vendía la institución y de todas maneras “se quedaron cortos”.

Martínez, por su parte, comentó que esta fuerte demanda también responde a un fenómeno “aspiracional”, fruto de la propuesta novedosa de la marca. “Los locales son más lindos, la ropa es más linda, y los chicos quieren tener la camiseta nuestra y no ir más con la vieja”, sostuvo. La gerenta comercial añadió que cada colegio “es un mundo” y que la misma prenda se comporta diferente en distintos lugares. “Cada colegio tiene sus usos y costumbres, y hasta que no los conocés es muy difícil”, dijo.

En tanto, Mayone indicó que todos los negocios tienen una curva de aprendizaje, que se intensifica si se trata de “producción en vivo”. “En algunos casos, la información que se suponía era de lo más precisa resultaba ser completamente distorsionada de lo que pasó en la realidad”, apuntó.