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Botsuana: diamante en bruto

No es solo un nombre simpático. Es además un país africano sin salida al mar que registra un nivel de vida y una estabilidad que están entre los más elevados del continente, sustentados en el título de mayor productor de diamantes del mundo
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08 de marzo de 2013 a las 18:11

La contracara es la expansión del sida en su territorio. Botsuana también es conocido por sus elefantes.

El año pasado al rey de España, Juan Carlos I, se le ocurrió ir a cazar elefantes a Botsuana y generó un escándalo por el costo de ese safari en plena crisis económica de su país. Salió posando en una foto con un ejemplar muerto, sonriente y con el rifle colgando –más escándalo–, y todavía se rompió la cadera en ese viaje de lujo para burla y decepción de sus súbditos. Y así Botsuana pasó a ser un poco más conocido en el mundo entero.

El monarca español, que se vio obligado a pedir disculpas, le hizo sin querer queriendo una campaña publicitaria sin precedentes a esta excolonia británica a partir de la caza de un mamífero que puede pesar 7 toneladas y medir hasta 4 metros. El elefante africano es, cabe consignar, más corpulento que el asiático pero este, al parecer, goza de más fama gracias a las películas. Por cierto, Botsuana cuenta con la concentración de elefantes más grande de África con 130 mil ejemplares y su población crece el 5% anual. Por eso la caza controlada, por la que se puede llegar a pagar hasta 40 mil euros, ha sido permitida aunque el gobierno botsuano ha anunciado, tras el escándalo del rey, que la prohibirá a partir de enero de 2014.

Eso está por verse: la caza es un elemento crucial en el PIB nacional.

En enero, otro animal hizo resonar el nombre de Botsuana, como si fuera parte de un guion en que cada tanto un cuadrúpedo debiera resaltar esa parte de África.

Esta vez fue la muerte de un burro o la foto de un burro muerto. Resultó que un usuario de Twitter subió una foto filtrada de Google Street View de un burro tendido en una carretera de Botsuana, al parecer sin vida tras ser atropellado por un coche que la empresa usa para sacar fotografías. La imagen recorrió las redes sociales y el popular sitio de búsqueda y de mapas debió salir a brindar una explicación. Se trataba, aseguraron desde Mountain View, de un burro que jugueteaba revolcándose en el suelo. Además, agregaron otra foto donde se ve el mismo burro, parado y mirando a la cámara. La explicación, claro está, no convenció a los internautas.

Pero este país africano, escasamente poblado, además de tener buenos paquidermos y burros famosos en la web también muestra cifras y avances que no son los de una nación típicamente africana, si bien la pobreza y, especialmente, el sida acampan en buena medida como en otras zonas del continente.

Entre holandeses y británicos

Botsuana tiene una población menor que la de Uruguay. Incluso, con sus poco más de 2 millones de habitantes, está menos densamente poblada, con 2,7 personas por kilómetro cuadrado (en la banda oriental es casi 19 habitantes por kilómetro cuadrado). El 70% del territorio botsuano comprende el desierto de Kalahari y el 40% lo forman reservas naturales bajo custodia del gobierno, donde se encuentran generalmente los elefantes y donde cazadores tribales han visto afectada su actividad.

El lema del país es paradójico: pula, que en setsuana –el otro idioma que se habla en el país además del inglés–, significa lluvia, y debe haber pocos países en el mundo tan seco como este. Botsuana, que no tiene salida al mar –está “encerrado” por Sudáfrica, Namibia, Zimbabue y Zambia–, posee un terreno sumamente árido que dificulta las actividades agrícolas y ganaderas. La población se concentra, sobre todo, en la zona sur y este, donde pasa el delta de Okavango, el delta interior más grande del mundo.

El nombre Botsuana deriva del batswana, el principal grupo étnico del país.

Cuando el Reino Unido se despidió para no volver, esta novel nación africana se encontraba entre las 20 más pobres del mundo y tenía un PIB per cápita de apenas unos 70 dólares. Hoy, 40 años después, el PIB per cápita es de 14.500 dólares

Cuando arribó el hambre colonialista al continente en el siglo XIX, los batswana, intercambiaron hostilidades con los colonos bóeres holandeses, hasta que recibieron la ayuda del Reino Unido. Los británicos, ni lerdos ni perezosos, instauraron en 1885 el protectorado de Bechuanalandia en lo que es hoy Botsuana, y así frenaron la expansión de los holandeses y también de los alemanes. Además, hicieron lugar a los pedidos de los lugareños, en 1907, de no ser incluidos en la Unión Sudafricana.


El proceso cívico y político hasta la independencia en 1966 resultó ser bastante pacífico, muy diferente a varias naciones africanas.

Durante el régimen del apartheid en Sudáfrica, Botsuana se erigió en un paraíso para los activistas contrarios a ese gobierno, especialmente, en las décadas de 1970 y 1980. Eso sí, la administración botsuana debió moverse con cautela ante la dependencia económica de su vecino. Hasta el día de hoy, el intercambio comercial entre ambos países es muy fuerte. En la actualidad, los botsuanos deben lidiar con los inmigrantes que escapan de la miseria de Zimbabue, país arruinado y con una corrupción rampante.

Crecimiento acelerado

Botsuana alcanzó la independencia el 30 de setiembre de 1966, un año después de redactar la primera Constitución y de celebrar las primeras elecciones. En 1965 también se estableció que Gaborone fuera la capital de país, ciudad estratégica por encontrarse en el límite con Sudáfrica. De hecho, perteneció a esta nación hasta que un acuerdo colonial la dejó dentro de los límites de Botsuana.

Durante el régimen del apartheid en Sudáfrica, Botsuana se erigió en un paraíso para los activistas contrarios a ese gobierno, especialmente, en las décadas de 1970 y 1980

Desde aquel año hasta nuestros días se realizaron ocho elecciones que fueron ganadas por el mismo partido, detalle que permitió que existiera una importante estabilidad política, para envidia del resto del continente. Nunca, sí, nunca, hubo un golpe de Estado en suelo botsuano. Una rareza en una África cargada de guerras civiles, continuos coups d´État y de choques entre tribus rivales.

Cuando el Reino Unido se despidió para no volver, esta novel nación africana se encontraba entre las 20 más pobres del mundo. Tenía un PIB per cápita de apenas unos 70 dólares. Al cabo de más de cuatro décadas, el PIB per cápita llega hoy a los 14.500 dólares, uno de los más altos de África. Solo es superado en ese aspecto por Guinea Ecuatorial, Seychelles y Gabón, según datos de la CIA World Factbook. Para mejorar a tal punto, Botsuana debió crecer a tasas del 9% anual y convertirse en una de las economías que más rápido creció en el planeta, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los organismos internacionales han destacado la prudente y ordenada política macroeconómica de este país africano que tiene en el diamante –es el principal productor mundial– la fuente de sus mayores ingresos. Sobre todo, se destaca la altísima calidad de esta piedra preciosa en Botsuana. Los expertos aseveran que el 70% de los diamantes botsuanos son calidad gema, o sea la mejor. Las minas fueron descubiertas en 1969, tres años después de la independencia.

La producción de diamantes representa alrededor del 40% del PIB nacional gracias a unos 10.000 millones de dólares que deja cada temporada este mineral.

Entre el 70% y 80% de las exportaciones de Botsuana tienen que ver con el diamante. La industria del diamante emplea en Botsuana el 10% de la población y sus ganancias representan dos tercios del presupuesto gubernamental. En otra diferencia con los vecinos africanos, el subsuelo rico en minerales –en territorio botsuanés también hay oro, níquel, cobre y carbón– no ha sido motivo de guerras civiles en Botsuana.

En el debe

Esa riqueza generada por los diamantes, y en menor medida por el turismo de caza de animales salvajes –la otra importante fuente de ingreso del país–, ha permitido al gobierno invertir en políticas educativas y sociales. Se destina el 10% del PIB a educación, con lo que se ha logrado que el país tenga el 80% de alfabetización. Los indicadores también han destacado la baja corrupción en Botsuana. El estudio de The Heritage Foundation de 2012 sobre libertad económica colocó a Botsuana en el puesto 33 entre 179 naciones analizadas. Superó a países como España, Bélgica o Francia. En África solo lo aventajan las islas Mauricio, ubicadas en el octavo puesto.

Sin embargo, en algunos puntos Botsuana no escapa a la realidad africana, un continente en el que aún sobreviven más de 300 millones de personas con un dólar diario.

La esperanza de vida, de 54 años, acompasa la media de África, de 55 años, según Naciones Unidas. El desempleo de cerca del 20% refleja la falta de diversidad laboral en un país demasiado aferrado a las materias primas. La población por debajo de la línea de pobreza se encuentra en 30,6%, según el Banco Mundial (lejos, de todos modos, de Liberia y Chad con el 80%). Pese a la mínima deuda externa, sigue muy dependiente del comercio con Sudáfrica. El déficit fiscal del Estado es alto debido, en buena medida, a un excesivo gasto militar. Botsuana no mantiene ninguna contienda bélica pero, argumentan los que están a favor de ese estipendio, colabora en numerosas fuerzas de paz.

Los ingresos aún son muy desiguales entre la población urbana y rural. Allí encajan los alrededor de 60 mil nativos bosquimanos que, como cazadores y recolectores, viven en el desierto de Kalahari desde hace 20 mil años. Hay estudios que aseguran que son la población humana más antigua que habita la tierra. Como el resto de las tribus, se manejan de forma independiente –clave para la estabilidad botsuana–, pero con la dificultad de que no pueden moverse por los parques nacionales para cazar.

La incidencia del sida es otro asunto que debe afrontar el país. En Botsuana es un problema grave. Es una característica patética de casi todas las naciones de África.

En el mundo hay unos 33 millones de personas infectadas con el virus del VIH y en el África subsahariana, donde se enmarca Botsuana, son 22,5 millones los afectados. En este país, de poco más de 2 millones de habitantes, el 23,9% padece esa infección. El 83% del total de muertes por el sida acontece en África, donde esta enfermedad mata 10 veces más que la guerra.

En el mundo hay aproximadamente 33 millones de personas infectadas con el virus del VIH y en el África subsahariana, donde se enmarca Botsuana, hay 22,5 millones de ellas

El gobierno, gracias a las regalías que le brinda el diamante, ha dispuesto la entrega de medicamentos gratuitos a los ciudadanos en el combate contra el sida, además de un programa de prevención de transmisión del virus de madres a hijos.

La mortalidad infantil, en la que el sida tiene mucho que ver, ha aumentado al 20%. Algunos analistas aseveran que el ascenso de este país como ejemplo para África puede afectarse por la influencia del sida. Es el gran desafío de Botsuana.

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