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Brasil es un frágil sostén para el sector agropecuario uruguayo

El país norteño ha cobrado un fuerte protagonismo en las compras de lácteos y arroz de Uruguay pero, al mismo tiempo, ponen la mirada más lejos y hacen una apuesta al trigo de fuera de la región
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12 de agosto de 2016 a las 05:00
Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

La baja del dólar y el descalabro del Mercosur son dos de las tendencias más fuertes en la región y están teniendo una marcada influencia en el agro uruguayo. En particular la valorización de la moneda brasileña dio un espaldarazo clave en los últimos meses a las exportaciones uruguayas de arroz y de productos lácteos.

Surgió una demanda en momentos que otros mercados decayeron para estos rubros. El fracaso de la cosecha brasileña de arroz y la muy ajustada disponibilidad de leche elevaron los precios internos y las importaciones hacia los países vecinos.

Una acelerada apreciación del real frente al dólar –superior este año a la que se ha dado recientemente en Uruguay– también contribuyó a una mejor capacidad de pago para los importadores brasileños. Sin embargo, no es claro que estas corrientes comerciales se sostengan en el tiempo.

Brasil tiene intereses muy fuertes en juego y las preferencias arancelarias regionales son frágiles. Lo demostró en la última semana al abrir una cuota de importación sin arancel de trigo de fuera del Mercosur coincidiendo con su ansiado acceso al mercado de carne vacuna estadounidense. Y será Estados Unidos el principal beneficiario de este cupo para la importación del cereal. Hay, entonces, que aprovechar este envión de demanda desde Brasil pero sabiendo que, como todo gigante, puede hacer movimientos bruscos sin tomar en cuenta lo que puede generar a los que están cerca. Y hoy el Mercosur no es carta de garantía para reclamar casi nada. El desabastecimiento es lo que genera oportunidades.

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Precio récord del arroz en Brasil


En la zafra 2015/2016 la producción brasileña de arroz fue de 10,47 millones de toneladas, una caída de 16% o dos millones de toneladas respecto al ciclo anterior, según los datos de la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab). El consumo sería prácticamente el mismo lo que –según el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura– llevará a triplicar las importaciones hasta 1,3 millones de toneladas base cáscara.

Los socios regionales de Brasil han sido los principales beneficiados por la mayor demanda y por el encarecimiento del arroz brasileño en el frente exportador. El principal indicador de precios en Río Grande llegó a máximos nominales lo que –sumado a la depreciación del dólar– llevó a precios récord por encima de los US$ 15 por bolsa de 50 kilos. Luego de un fuerte empuje entre abril y junio, los valores se estabilizaron en julio, pero a niveles elevados.

Según los datos de Aduanas, entre marzo (comienzo del año comercial para el arroz en Uruguay) y julio, las exportaciones locales del cereal a Brasil representaron en volumen 23,9% del total contra 3,1% de igual período de la zafra anterior. De acuerdo a los cálculos de El Observador Agropecuario, es el mayor porcentaje para este período en las últimas seis zafras.

10,47 millones de toneladas fue la producción brasileña de arroz en 2015/2016; cayó 16%.

Los precios pagados por Brasil superaron los que se pueden conseguir en otros mercados, aunque preocupa en el sector local la menor demanda de otros destinos que cargan volúmenes importantes como Irak, que en las últimas licitaciones se ha volcado por arroces más baratos provenientes de Asia.
Las medidas sindicales de los funcionarios de la Receita Federal han trabado el ingreso del arroz y otros productos por lo que el volumen negociado, si bien es alto, es menor al potencial que podría haberse comprometido.

En el mercado de lácteos, especialmente en leche en polvo, Brasil también ha dado una mano importante al compensar la menor demanda desde otros destinos por la producción uruguaya. En el acumulado hasta julio, Brasil concentró 54% en volumen y 57% en valor de todas las exportaciones uruguayas de productos lácteos contra 36,1% y 30,9% de igual período de 2015.

Esto se da en un contexto en el que las colocaciones uruguayas de productos lácteos aumentaron 5,8% en volumen, cayendo 8,5% medido en dólares. En leche en polvo entera las exportaciones globales de Uruguay aumentaron 39% en volumen y 17% expresada en dólares. Las colocaciones a Brasil las explicó ese mejor desempeño en volumen. Las ventas uruguayas a ese mercado casi se duplicaron y representaron 67,6% del total frente a 47% entre enero y julio del año pasado.

En Brasil la oferta de leche es muy ajustada, lo que se trasladó a una suba fuerte en los precios internos. El indicador del Centro de Estudios de Investigación Económica Aplicada (Cepea, por sus siglas en portugués) marcó en julio un precio al productor –incluyendo fletes e impuestos– de R$ 1,499 por litro (US$ 0,47), un aumento de 12,9% respecto a junio y de 30,7% frente a igual mes del año pasado.

23,9% son las exportaciones de arroz uruguayo del total adquirido por Brasil entre marzo y julio.

Se trata del mayor nivel de la serie histórica de Cepea iniciada en el año 2000. El incremento en el precio se dio a pesar de un leve aumento –de 1,42% en junio– del Índice de Captación de Leche de Cepea. En el segmento de derivados, la leche UHT en el mercado mayorista de San Pablo llegó a un nuevo récord en julio con un incremento en el año de 73,2%.

El último informe de Cepea indicó, sin embargo, que en la última semana de julio el precio de la leche UHT bajó, mostrando que los valores podrían haber llegado a un techo.

Para el sector local es clave seguir esta evolución de precios en Brasil y recuperar el espacio perdido en otros mercados para compensar una eventual desaceleración de las compras en el principal socio del Mercosur. Sea por la propia dinámica del mercado o por los reflejos proteccionistas amplificados por los legisladores de los principales estados productores de leche en ese país.

Por otra parte, hay factores de estacionalidad que llevan a pensar que las compras brasileñas pueden no sostenerse en forma permanente. "En este momento el mercado que permite pagar este precio al productor es Brasil, sabemos que se puede cortar en cualquier momento" sintetizó el director de la cooperativa Claldy, Erwin Bachmann, al programa Tiempo de Cambio.

La situación sigue siendo riesgosa. "Sabemos que estamos nuevamente dependiendo de un solo mercado y, si ese se corta, el resto del mundo paga precios mucho más bajos", explicó. En materia de quesos habitualmente Brasil "compra hasta el mes de setiembre", agregó Bachmann.

Por otra parte, la primera semana de agosto terminó con una señal fuertemente negativa desde Brasil luego que el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, comunicara a su par argentino, Ricardo Buryaile, que su gobierno creará una cuota de 750 mil toneladas para la importación de trigo sin aranceles desde fuera del Mercosur.

Hasta ahora las compras de trigo fuera del bloque pagan una tasa de 10% del Arancel Externo Común (10%), lo que da una ventaja a los socios del Mercosur.

Esta cuota de 750 mil toneladas fue creada durante la Ronda Uruguay del GATT, pero nunca fue cumplida, incluso cuando Estados Unidos impuso un reclamo 10 años atrás ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Brasil solamente ha exonerado del AEC a las importaciones de trigo en años recientes cuando la oferta argentina era insuficiente para cubrir su demanda.

El anuncio de Maggi se dio apenas cuatro días después que Brasil y Estados Unidos acordaran el intercambio bilateral de carne vacuna luego de casi dos décadas de negociaciones, lo que deja en claro que el trigo pudo ser una de las monedas de cambio.

Si bien el volumen de la cuota representa 12,5% de las importaciones brasileñas en las seis últimas zafras, hay que tener en cuenta que en los últimos años las compras han ido bajando. Y que las 750 mil toneladas sería un volumen superior al saldo exportable de trigo uruguayo para 2016/2017. Un número nada despreciable en términos relativos.

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El dólar manda


El dólar en Brasil comenzó agosto con mínimos en más de un año, acumulando un descenso en lo que va de 2016 de casi 20% contra algo menos de 2,5% en Uruguay. Y los frigoríficos son de los que más han sentido este ajuste en los últimos meses en sus ventas externas y en sus balances debido a la exposición que tienen en la divisa estadounidense.

En julio, por ejemplo, las exportaciones brasileñas de carne vacuna retrocedieron 9,2% en términos interanuales. Con colocaciones por 82.200 toneladas, fue el peor registro para el mes de julio desde 2011 cuando Brasil exportó 65.892 toneladas. Medido en dólares, las ventas externas brasileñas de carne vacuna retrocedieron 21,8% con una facturación de US$ 325,5 millones.

Entre enero y julio, las exportaciones crecieron 12,8% en volumen y 1,9% en dólares, respecto a igual período de 2015.

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