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Buscan mayor integración de discapacitados al sistema educativo regular
Cada comienzo de año los padres de niños y adolescentes con discapacidad intelectual se encuentran con trancas e imposiciones a la hora de inscribir a sus hijos en jardines, escuelas o liceos, sin importar si son públicos o privados. "Cada vez que se dice que no a un niño se está diciéndole que no a sus derechos", dice Mercedes Viola, de la fundación Prointegra, una organización sin fines de lucro que trabaja por la integración de las persona con discapacidad en la sociedad, y que esta semana presentará el programa "ProEdu – Inclusión Educativa en Calidad".
Según relató Viola a El Observador, el proyecto surge para apoyar a las instituciones educativas públicas o privadas en el proceso hacia la inclusión: que los niños con discapacidad puedan asistir a escuelas y liceos regulares, sin ser excluidos de las actividades del resto de los alumnos. El modelo con que trabajará ProEdu es el mismo que se aplica en Córdoba, Argentina, desde hace 25 años y consiste en acompañar el proceso del alumno discapacitado pero desde el lado del docente, brindándole apoyo y capacitación gratuita, además de realizar un seguimiento del alumno en el curso. "La idea es ir generando clima para que en Magisterio y el Instituto de Profesores Artigas (IPA) se vaya integrando este tipo de educación", explicó la voluntaria.
"Hay veces que aceptan a tu hijo como si fuera un favor que te están haciendo, cuando en realidad es un derecho y hay que cumplirlo", Mercedes Viola, fundación Prointegra
La decisión de tomar o no a un alumno con discapacidad "queda a criterio de la institución educativa", dijo Viola, que tiene una hija con síndrome de Down. "La escusa es que no saben cómo implementar esa educación", sostuvo. "Terminas en cualquier institución que te digan que sí y sino la alternativa son las escuelas especiales", agregó Viola.
"En muchos lugares a veces te dicen que sí pero (los discapacitados) están en un grupo aparte o no los dejan hacer todas las materias. Inclusión es que pueda estar en todas las actividades", explicó Viola. Lo que se reclama es el derecho de ingreso y egreso; que las instituciones no pongan condiciones como que el alumno discapacitado sólo puede cursar primaria, sin permitirle continuar con el ciclo básico. En ProEdu saben que el esfuerzo que deberá hacer la persona discapacitada para aprobar el curso es mayor al que deberán hacer sus compañeros, pero la esencia está en que tengan la oportunidad.
"Hay veces que aceptan a tu hijo como si fuera un favor que te están haciendo, cuando en realidad es un derecho y hay que cumplirlo", relató Viola. Cada vez que a un discapacitado no se le permite inscribirse en una escuela o liceo el sistema educativo uruguayo incumple con la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad de la ONU, que fue ratificada por Uruguay. "Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles", dice el texto de la convención.
En los centros educativos "la resistencia está", sostuvo Viola. "Ya sea porque es algo nuevo, temores a no saber cómo hacer las cosas o el miedo a salir de la zona de confort", agregó. La voluntaria de la fundación Prointegra recordó que los padres cuyos hijos con discapacidad no sean aceptados en el instituto educativo en que lo desean inscribir pueden realizar la denuncia en el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
