Calidad uruguaya con lujo neoyorquino

Desde esos comienzos, su infancia entre Montevideo y la estancia familiar en Paysandú se entrelazó con sus diseños. Cuando la marca Candela se hizo realidad, la esencia principal se encontró en esa unión de lo urbano y lo natural. La búsqueda de la practicidad y la calidad a través del uso de materiales nobles como el cuero y la lana merino, mezclados con la femineidad de las sedas y el encaje.

En 2011 Candela hizo su debut en la Semana de la Moda de Nueva York, y desde entonces la diseñadora ha mostrado allí sus colecciones. Se ha ganado fanáticas en actrices como Jennifer Lawrence y Kate Hudson, además de aparecer en un sinnúmero de revistas especializadas.

Este año, Perezutti Hearst (casada con Austin Hearst, nieto del magnate de los medios William Randolph Hearst), decidió poner su nombre sobre sus diseños. El viernes pasado, en el marco de la Semana de la Moda, presentó la grifa Gabriela Hearst, una colección que, según contó la creadora, es la hermana mayor de Candela.

“La colección nueva se ubica en un nivel de diseñador, mientras que Candela es contemporánea”, explicó a El Observador Perezutti Hearst desde Nueva York. “Estéticamente son para diferentes personas. Candela es más joven y Gabriela Hearst es una mujer. Las miro como si fuesen hermanas”, agregó.

Mientras Candela es más creativa, fresca y propone vestirse diferente, la nueva colección apunta a la mujer que sabe lo que quiere, que busca calidad y lujo, pero sin llamar la atención.

La diseñadora ideó Gabriela Hearst hace dos años, pero recién ahora pudo llevarla a cabo. El diseño y la confección le demandaron seis meses, frente a los cuatro que le toman normalmente una colección de Candela. Y para apuntar a un producto superior, realizó la confección de las prendas en Italia, donde manejan tejidos nuevos para la diseñadora, como el cachemire de doble cara, presente en abrigos y sweaters.

La colección abre el abanico a todo tipo de prendas: desde trajes, faldas y vestidos a botas y carteras. “Cuando ves toda la colección, y lo digo con toda humildad, se nota la calidad. Ves el esfuerzo de cada pieza”, afirmó Perezutti Hearst. Sin embargo, se trata de un lujo accesible, a medio camino entre Candela y otras marcas como Céline o Hermès.
Además de llevar su nombre, la presentación de la colección fue realizada en su casa en West Village. “Es un esfuerzo muy personal. Desde detalles en los sweaters, que llevan en la muñeca el monograma de la marca en el mismo lugar donde yo tengo un tatuaje de las iniciales de mi padre. Es algo muy personal y no hay nada más personal que invitar personas a tu casa”, explicó.

En el evento que duró 9 horas contó con la presencia de medios como Vogue, InStyle, Wall Street Journal y Harper’s Bazaar y tiendas de lujo como Barney’s y Bergdorf Goodman.
Con este nuevo emprendimiento, la diseñadora, según contó, ya no puede esconderse detrás de otro nombre. “Acá tenés que estar expuesto”, afirmó. Esto la tiene “aterrorizada”: “Si pudiera tener una marca que tuviera mi nombre y no necesitara estar tan expuesta, lo haría. Pero en el mundo que vivimos hoy un diseñador tiene que saber cómo hablar. Solo con el trabajo no funciona”. “Pero a todo el mundo le gustó... por suerte”, continuó entre risas. De hecho, el resultado fue más que positivo y esta semana confirmará una asociación con dos cadenas de lujo.

La última colección de Candela, por su parte, estará en sus puntos de venta a partir de la semana que viene.

Ropa para 10 años

Si bien participa de la Semana de la Moda, no suele ir a eventos y solo ve muy pocos desfiles. “Trato de no ver mucho, porque no hay manera de que no te influya. Y lo que estoy tratando de hacer es ir a nuestro propio ritmo. No ser demasiado fashion. Me gusta mirar a la gente en la calle”, contó. Sin embargo, sí sigue y compra de diseñadores como Valentino o Stella McCartney. “¡Pero ahora que tengo a Gabriela Hearst no sé si voy a comprar tanta ropa!”, se rió. “Todo me lo pondría. El concepto detrás de la colección era tener el ropero ideal”, afirmó.

Y en su ropero, la calidad es fundamental. “Quiero que la ropa me dure toda la vida y que la usen mis hijas”, afirmó.

Inspiración uruguaya

“Uruguay está siempre en lo que hago”, dijo la diseñadora. Tanto a nivel global como en el detalle: en cada prenda se pueden encontrar botones de madera o herrajes que sugieren al campo uruguayo. En su opinión: “Todo lo que estética o visualmente uno absorbe cuando es chico va al subconsciente y eso se expresa. Hace 15 años que vivo en Nueva York; así que la combinación de todo eso hace que tenga un punto de vista particular. Que sea rústico, que esté bien hecho, que se apunte a la calidad y no a la cantidad, son cosas bien uruguayas”.