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Casciari, el irreverente autor que está enamorado de Uruguay

El escritor argentino ha generado una fiel base de seguidores
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09 de diciembre de 2015 a las 05:00
Hernán Casciari ha cumplido parte de uno de sus sueños. Este escritor y periodista nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, ha confesado sentirse uruguayo desde su infancia, aunque haya nacido a trescientos cuarenta kilómetros de este país. Pero ahora Casciari puede jactarse de tener en sus venas sangre uruguaya, aunque sea producto de una donación.

Es que el autor tuvo un infarto en Montevideo el pasado domingo, el día antes de su presentación en la sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta, donde realizaría dos funciones de su recital de cuentos Gaussian Blur, que estaban agotadas.

Casciari fue llevado al Hospital de Clínicas, donde según sus propias palabras lo "salvaron de la muerte". Para esto fue necesaria la aplicación de un stent cardíaco, un tubo de malla metálica que impide que las arterias tapadas que produjeron el infarto no se vuelvan a cerrar.

Si bien el escritor se recupera favorablemente, fue necesario que recibiera donaciones de sangre. El creador de la revista y el blog Orsai realizó un pedido a través de su cuenta de Twitter, y sus seguidores uruguayos, organizados a través de las redes sociales, cumplieron rápidamente con lo necesario.

El pibe que se hacía pasar por una madre


Casciari se hizo conocido en internet sin que nadie supiera que era él. En 2003, en plena era de popularidad de los blogs, comenzaron a aparecer una serie de relatos que contaban la vida de Mirta Bertotti, un ama de casa argentina que debe lidiar con una familia disfuncional, agrupados en el sitio Weblog de una mujer gorda.

Algunos creyeron que era real, otros descubrieron que era una ficción, pero los 200 capítulos de esa "blogonovela" fueron el primer gran éxito de Casciari, que luego se editó como libro y fue adaptado al teatro por Antonio Gasalla, como Más respeto que soy tu madre, y que le generaron una base de seguidores con los que interactúa constantemente a través de las secciones de comentarios de sus posteos.

Luego del fin de esta etapa, Casciari inauguró en 2004 el blog Orsai, en cual publica desde entonces relatos y cuentos en los que es capaz de combinar indistintamente la realidad con la ficción, porque según su filosofía, en las anécdotas se puede mentir.

Con esta mentalidad está escrita su autobiografía El pibe que arruinaba las fotos, publicada en 2009, y que se suma a sus cuatro libros de relatos como material literario publicado.

Casciari también ha incursionado en el mundo del periodismo, tanto como cronista (tarea que desarrolló en Argentina durante su juventud) como responsable junto a su inseparable amigo Christian "Chiri" Basilis –una presencia habitual en sus relatos biográficos– de la revista y editorial Orsai en Barcelona, donde reside desde el año 2000.

Entre 2011 y 2014 se publicó la revista del mismo nombre, que además de los textos de su creador también incluyó investigaciones periodísticas. Tenía la particularidad de que funcionaba a pérdida, solamente con lo pagado por los suscriptores, ya que la revista no tenía publicidad.

Tras el final de este proyecto, para el que Casciari renunció a sus trabajos como columnista en los diarios El Mundo, de España y La Nación de Argentina argumentando que los diarios impedían la libertad del autor por la limitación de espacio y las posibles limitaciones editoriales, el escritor volvió a trabajar para el periódico español.

Además de esto, el argentino se dedica a brindar charlas, talleres y recitales de cuentos como el que lo trajo a Montevideo, que ha quedado postergado hasta una próxima visita.

Cinco relatos destacados de Casciari



Publicado en enero de 2013

Casciari relata aquí la jugada del gol de Diego Maradona a Inglaterra en el Mundial de fútbol de 1986, en el que eludió a seis jugadores del equipo europeo, uno de los momentos más memorables de la historia de las copas del mundo. Lo hace enfocándose alternativamente en el árbitro, los jugadores ingleses que van quedando por el camino –y sus hijos– , así como en algunos de los compañeros de Maradona, para finalmente tomar el punto de vista del autor del llamado "gol del siglo", todo esto entrelazado con un relato paso a paso, movimiento a movimiento, de la jugada.


Publicado en octubre de 2005

La lógica de este texto es que los países tienen una edad que puede calcularse de una forma opuesta a la de los perros: se toma la "edad" de una nación y se divide entre catorce. Con este criterio, Casciari determina que los países latinoamericanos son un grupo de adolescentes ruidosos e inmaduros; China y Japón son dos octogenarios; y las naciones europeas son un grupo de cuarentones divorciados, con varios hijos desperdigados por el mundo con el que tienen relaciones diferentes (Inglaterra los mantiene, aunque varios de ellos se han emancipado; España los recibe periódicamente en su casa, pero se enoja porque le abren la heladera).


Publicado en octubre de 2013

No hay otra forma de describir este relato que emotivo. Una vieja diapositiva digitalizada y subida a Facebook reencuentra de forma sorpresiva (mientras desayuna en un hotel en Costa Rica) a Hernán Casciari con la imagen de su padre, fallecido en 2008. En el texto el autor describe como nunca realizó el duelo debido por la muerte de su progenitor, como nunca lo lloró realmente, algo que hace en ese momento, en el lugar menos pensado. Gaussian blur cuenta cómo procesó ese hecho (mentalmente era incapaz de mirar fotos de su padre) y como esa imagen inesperada le hizo mirarlo de nuevo fijamente.


Publicado en junio de 2012

En base a un video encontrado en internet, que muestra a Lionel Messi sufriendo faltas fuertes sin caerse ni dejar de seguir la pelota, lo que lleva a Casciari a compararlo con Totín, su perro de la infancia: un animal muy tranquilo, pero que se obsesionaba con una esponja amarilla a la que seguía con la mirada de forma intensa. El autor prosigue la comparación estableciendo que al futbolista no le interesan las ventajas que pueda obtener de las reglas del fútbol, solamente le importa la pelota y hacer goles, una rareza en el fútbol actual, donde siempre se habla del reglamento y los jugadores buscan ser más pícaros que el rival.


Publicado en octubre de 2005

"Desde la más tierna infancia, desde el principio, entendí que soy un uruguayo atrapado en el cuerpo de un argentino" comienza diciendo Casciari en este relato, en el que establece su cariño por Uruguay, las similitudes y diferencias entre los orientales y los argentinos, y su deseo secreto de haber nacido en la otra orilla del Río de la Plata. Este cariño se refleja también en otros cuentos, en particular en aquellos en los que habla de fútbol, donde también muestra su simpatía por el equipo celeste. El escritor menciona la hermandad que siente entre ambos países, una relación que Argentina no puede tener, considera, con otros países limítrofes.

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