Cazador de leyendas

Sí, siempre sigo a mi signo. También me resulta muy curioso el horóscopo chino. Y me sorprende cómo ambos reflejan aspectos de mi personalidad.

Dicen que los de Virgo se caracterizan por ser conservadores, reservados y perfeccionistas ¿te sentís identificado?

Sí, totalmente. Muchos te pueden decir que soy una persona reservada y perfeccionista, sobre todo en lo que tiene que ver con el trabajo o con mis sueños. Incluso en algún punto de mi vida he sido demasiado autocrítico o hasta injusto conmigo mismo. No me siento conservador, por el contrario, siempre traté de romper un poco las reglas, en el buen sentido de la palabra.

¿Siempre te gustaron las historias de terror?

Sí, desde pequeño. La familia de mi padre tenía campo y era muy común ir a pasar allí las vacaciones. Y en fogones o charlas con vecinos nos contaban historias que en Montevideo no se escuchaban, como la del lobizón o la luz mala. En ese momento comencé a darme cuenta de que me atrapaban esos temas. Era algo masoquista, porque sabía que me daba miedo e igual me quedaba a escuchar.

¿Tuviste alguna experiencia paranormal que te marcara?

Mi mayor experiencia paranormal la tuve a los 14 años jugando a la tabla ouija con amigos. Estábamos teniendo contacto con una entidad que nos había revelado que era un hombre de 86 años. Por el tipo de respuestas que daba, percibimos que era una presencia negativa, que además parecía tener un problema conmigo. En un momento veo que todos me observan como asustados y cuando me miro al espejo me veo pálido, con ojeras y con un rostro sumamente avejentado. Me acuerdo que tenía como un sudor frío y después me desvanecí por una fracción de segundo. Cuando volví a retomar la conciencia, estaban todos arriba mío preguntándome si estaba bien. Ellos habían visto lo mismo que yo en el espejo. Después de esta experiencia, por unos años no volví a tocar la ouija.

¿Cómo surge Voces anónimas?

La idea de hacer Voces anónimas surgió en noviembre del 2004. Estaba trabajando en un magazine que se llamaba Estilo y, junto con un posproductor, se nos ocurrió hacer un piloto. Tiramos diferentes temas y en el medio de esa tormenta de ideas le propuse hacer un programa de leyendas urbanas. Siempre había deseado ver algo como Voces anónimas pero no existía. Había uno muy bueno en la radio que se llamaba Caras y más caras, conducido por Gustavo Rey. Los viernes tenía un espacio que se llamaba "Más allá de la media noche", en el que contaban historias de terror. Me acuerdo que apagaba las luces para escucharlo y me encantaba, se me erizaba la piel. Incluso a veces llamaba y contaba algún relato.

¿Los hechos son 100% reales o se le agregan elementos para que parezcan aun más impresionantes?

Nosotros contamos leyendas que son conocidas en una ciudad o barrio y a veces, en ese tipo de casos, se genera un teléfono descompuesto en el que lo que se sabe hoy se viene degenerando desde hace varios años. Pero lo que mostramos es lo que se cuenta. Si vas al parque Rivera te van a hablar de La Llorona, si vas al museo Blanes te van a hablar de Clara García de Zúñiga. El programa no intenta probar ni refutar, solamente contar y que la gente en sus hogares decida si cree o no. Lo más interesante es el debate que se genera.

¿Por qué creés que a la gente la atrapan tanto los fenómenos paranormales?

Porque querer saber qué hay más allá de lo conocido es algo que nos acompaña desde que tenemos uso de conciencia. Cuando a vos te dicen "no abras esa puerta porque lo que hay allá es peligroso", vas y la abrís.

Para vos, la mejor película de terror de todos los tiempos es...

El intermediario del diablo (The Changeling). Es una obra maestra en el cine de terror. También me impactó mucho El exorcista.

¿Cuál quisieras que fuese tu próximo proyecto?

Con Voces anónimas se están abriendo las puertas del cine, y eso me encanta. Pero también me gustaría poder escribir alguna novela. Me fascina escribir, de chico redactaba cuentos, participaba en concursos y leía mucho.