En Hungría cerraron la estación de trenes y los migrantes reaccionaron con violencia.

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Cerraron el paso a los migrantes en Hungría y hubo protestas

Desbordadas, las autoridades procuran detener el avance de las multitudes por Europa
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02 de septiembre de 2015 a las 05:00
Cientos de inmigrantes indignados se manifestaron ayer en el exterior de la estación de tren de Budapest pidiendo que se les permita viajar a Alemania, en un momento en el que las leyes de asilo de la Unión Europea están al borde del colapso por las tensiones provocadas por una oleada migratoria sin precedentes.

Alrededor de 1.000 personas agitando sus pasajes, aplaudiendo, abucheando y silbando, gritaban "¡Alemania, Alemania!" en el exterior de la estación. Después se sentaron, mirando fijamente al bloqueo policial levantado en la entrada.

Las autoridades húngaras cerraron la estación ferroviaria y después la reabrieron, pero prohibieron la entrada a los inmigrantes. Unos 100 policías con cascos y porras vigilaban la escena. Docenas de inmigrantes que estaban en su interior fueron obligados a salir.

La decisión de prohibir que los inmigrantes subieran a trenes con rumbo al oeste fue un cambio de rumbo con respecto al día anterior, cuando Hungría y Austria permitieron que trenes repletos de inmigrantes indocumentados partieran hacia Alemania, una violación de las normas de la UE, que cada vez cuesta más aplicar.

La llegada de cientos de miles de inmigrantes ha desconcertado a Europa, que anteriormente había eliminado los controles fronterizos para viajar entre 26 países de su área Schengen pero que exige a los solicitantes de asilo que permanezcan en el país al que llegaron hasta que se procese su aplicación.

La gran mayoría de los refugiados que huyen de la violencia y otros inmigrantes que escapan de la pobreza llegaron a Europa primero por las costas del sur y del este.

Datos divulgados ayer por la Organización Internacional para las Migraciones indican que más de 350.000 personas llegaron a Europa a través del Mediterráneo, donde fallecieron cerca de 2.500. La mayoría (al menos 234.000 fueron a Grecia), mientras que 114.200 arribaron a Italia.

Pero no solo por el mar llega gente, y eso es lo que sucede ahora con Hungría, que está en una concurrida ruta de tránsito terrestre desde Medio Oriente y África hacia Alemania, pasando por Grecia y los Balcanes. Más de 140.000 personas han cruzado hacia Hungría desde Serbia solamente este año.

En su mayoría, estos migrantes están determinados a continuar y buscar asilo en países más ricos y más generosos del norte y el oeste.

Las tres destinaciones más demandadas por los que entran al continente suelen ser Alemania, Suecia y Reino Unido. Pero la mitad de las demandas de asilo efectuadas en el primer trimestre de 2015 fueron radicadas en Alemania, es decir 73.000 (un 40% del total), mientras que Hungría recibió 32.000 (18%), Italia 15.000 (8%), Francia 14.800 (8%), Suecia 11.400 (6%), Austria 9.700 (5%) y Reino Unido 7.300 (4%).

Los líderes europeos quieren que la UE haga más por organizar el flujo sin precedentes, ayude a separar a los solicitantes de asilo de aquellos que pueden ser enviados a casa con seguridad y comparta la carga de aceptarlos en todo el bloque de 28 naciones.

Repartir o no repartir

La crisis ha polarizado Europa, que por un lado está comprometida con el principio de ofrecer refugio a quienes estén en peligro, pero por otro lado tiene un sector creciente de la opinión pública que cree que demasiada inmigración lleva a la baja de los salarios y a diluir las culturas nacionales.

La canciller alemana, Angela Merkel, repitió ayer que los refugiados con solicitudes de asilo válidas deberían ser distribuidos entre los países de la UE según su capacidad para acogerlos. "Para aquellos refugiados que están siendo perseguidos o han huido de la guerra, debería haber una distribución justa en Europa basada en la fortaleza económica, la productividad y el tamaño de cada país", dijo en una conferencia de prensa conjunta en Berlín con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.

Por ahora, sin embargo, no hay un mecanismo para distribuir a los refugiados o para aplicar el denominado "reglamento de Dublín", que requiere que los solicitantes de asilo apliquen en el país europeo al que llegan en primer lugar.

Berlín dijo que este reglamento aún tiene que ser puesto en marcha. "El que llegue a Hungría debe registrarse allí y pasar allí el procedimiento de asilo", indicó un portavoz del Ministerio del Interior alemán.

También el canciller federal de Austria, Werner Faymann, indicó que su país podría negarse a continuar financiando algunos proyectos comunitarios si los demás socios no aceptan el sistema de cuotas.

Pero del otro lado se encuentran los países del Grupo de Visegrado, que incluye a la República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría. Los jefes de gobierno de esas naciones se reunirán pasado mañana pero ya indicaron que se oponen al reparto de los que llegan.

"Las cuotas obligatorias no solucionan nada, sólo son un apoyo al crimen organizado", declaró ayer líder eslovaco, Robert Fico.

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