Los neoyorquinos votaron ayer en una de las primarias claves para los candidatos presidenciales de
Estados Unidos, con la demócrata Hillary Clinton y el republicano
Donald Trump como favoritos ante rivales urgidos de mantenerse con vida en la carrera hacia la Casa Blanca.
Clinton tiene una ventaja de 53,5% contra 41% de su rival
Bernie Sanders, según el promedio de los sondeos realizados por RealClearPolitics. La misma medición otorga 52,6% a Trump contra 22,9% del gobernador de Ohio, John Kasich, y 17,9% al senador ultraconservador de Texas, Ted Cruz.
El Estado de Nueva York es el que más delegados atribuye después de California, cuyas primarias tendrán lugar en junio. En la primaria demócrata hay 291 delegados en juego, y 95 entre los republicanos.
Clinton, exsecretaria de Estado y exsenadora de Nueva York durante ocho años (2001-2009), confía en dar un golpe de autoridad que la encamine a la nominación demócrata.
Trump votó cerca de la lujosa torre que lleva su nombre y en la que vive en Manhattan. "Vamos a devolver a Estados Unidos su grandeza", declaró.
A nivel nacional, Clinton está cabeza a cabeza con Sanders, con 50% contra 48% de intenciones de voto, según un nuevo sondeo.
Pero debido al sistema electoral estadounidense de primarias por estado, Clinton aventaja a Sanders con 1.790 delegados contra 1.113. Se requieren 2.383 delegados para obtener la nominación en la convención demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.
Del lado republicano, Trump cuenta con algo menos de 750 delegados, unos 200 más que Cruz.
Entre los republicanos se requiere llegar a 1.237 delegados para asegurarse la nominación en la convención de julio, por lo que Trump está aún lejos de ese número mágico. En caso de que ningún candidato obtenga la mayoría de delegados requerida, la convención quedará abierta y no se vería obligada a nominar a Trump.