Aunque se desconoce el origen de la hipertensión gestacional, existen muchas teorías que sugieren que los procesos fisiopatológicos que conducen a esta y a la preeclampsia comienzan al principio del proceso mismo de embarazo, a pesar de que los síntomas maternos no aparecen hasta mediados o finales de la gestación.
De los factores que predisponen a una embarazada a la hipertensión, los más importantes son la obesidad pregestacional, la excesiva ganancia de peso durante el embarazo y la diabetes gestacional. En este sentido, numerosas evidencias científicas asocian estos tres factores con otro resultado fetal adverso: la macrosomía; es decir, un recién nacido con un peso por encima del normal.
Entre los elementos preventivos al alcance de la mujer embarazada, el ejercicio físico aparece como uno de los más atractivos ya que es de fácil acceso y, lo que es más importante, sin otro tipo efectos perjudiciales para el bienestar materno fetal, como demuestran numerosas investigaciones.
El presente estudio incluyó un total de 765 gestantes sanas. De ellas, 382 formaron parte del grupo control mientras que 383 desarrollaron un programa de ejercicio físico diseñado y desarrollado por profesionales de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la UPM, con una frecuencia de tres sesiones semanales durante todo su embarazo.
Los resultados mostraron que las mujeres que permanecieron en el grupo de control (no ejercicio) tuvieron 3 veces más posibilidades de desarrollar una hipertensión gestacional que las que formaron parte del grupo de ejercicio. Asimismo, tuvieron 2,5 veces más posibilidades de dar a luz recién nacidos/as con un elevado peso (macrosomía).
Según los investigadores, un factor de particular importancia puede haber sido responsable en gran parte de los resultados obtenidos: las mujeres del grupo de control fueron 1,5 veces más propensas a ganar excesivo peso durante su embarazo que las del grupo de ejercicio.
En opinión del profesor Barakat, "estos resultados no hacen otra cosa que confirmar el inmenso potencial del ejercicio físico como un privilegiado elemento preventivo de gran cantidad de anomalías propias de nuestros días, que en el caso del proceso de embarazo pueden determinar en gran medida la salud de las futuras poblaciones.
El equipo de investigación del INEF trabaja desde hace más de 15 años en colaboración con los Servicios de Ginecología y Obstetricia de diversos hospitales universitarios de la Comunidad de Madrid (Torrejón, Puerta de Hierro, Severo Ochoa de Leganés) estudiando los efectos del ejercicio físico durante el proceso de embarazo en las respuestas maternas, fetales, del recién nacido/a e incluso del infante en sus primeros años. Actualmente llevan a cabo un nuevo e interesante ensayo clínico en colaboración con la Universidad de Flores (Argentina) y Western Ontario (Canadá), estudiando los efectos del ejercicio en la placenta materna.
(Fuente: Agencia Sinc, www.agenciasinc.es)
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