Con 3%, Netflix propone un futuro gris y latino

El encargado de liderar el proyecto es el uruguayo César Charlone, director de El baño del papa (2007) y responsable de la fotografía de Ciudad de Dios (2003) entre otros proyectos.

Charlone provee su enfoque de documentalista que combina intimidad y adrenalina desde el episodio inaugural de 3%, cuyo relato presenta un futuro donde un grupo de jóvenes debe atravesar un arduo proceso de selección para ingresar a una sociedad de mejor estatus socioeconómico.

Como en otras historias ambientadas en sociedades claramente fracturadas, el primer capítulo de 3% se ambienta en dos secciones de una ciudad de Brasil indeterminada en un futuro no muy lejano.

Por un lado se encuentra la ciudad, que aunque muestra claros signos de pobreza, está construida con una paleta de colores llamativos que hace a uno suponer si esta nueva serie no se vincula con un futuro posible para los descendientes de los personajes de Ciudad de Dios.

Por otro, el instituto donde el grupo de jóvenes atravesará el proceso de selección para vivir en una sociedad elitista, con la promesa de una vida con todas las satisfacciones disponibles al alcance de la mano.

Es allí donde sucederá la mayor parte de la acción del primer episodio y en el que se verán las escenas más cautivantes, a medida que el grupo de personajes va disminuyendo al no aprobar las primeras pruebas.

Con referencias estéticas que recuerdan a la saga de Los juegos del hambre y hasta Niños del hombre (2006), la serie provee los elementos de suspenso y entretenimiento necesarios para capturar al espectador por unos capítulos más.

A su vez, se posiciona como una familiar cercana de la producción inglesa Black Mirror, que recientemente estrenó su tercera temporada en la misma plataforma de streaming.

Al igual que la serie británica creada por Charlie Brooker, 3% imagina un uso aberrante de la tecnología para la humanidad, que en este caso es utilizada para medir el potencial de los posibles candidatos elegidos para una mejor vida. Sin embargo, Charlone no quiere perder el origen latino de la historia y la provee de máquinas que no funcionan, como si quisiera destacar que, aún en el futuro, el tercer mundo se diferencia del primero.

Los actores Bianca Comparato y João Miguel, en tanto, componen un dúo efectivo de heroína y antagonista. La primera empieza a construir lentamente el rol de una protagonista compasiva en un mundo sin esperanza, mientras que el segundo ya se muestra como antagonista con fallas que serán interesantes para explorar más adelante.

Entre el creciente afluente de propuestas narrativas de Netflix, es probable que la serie no provoque el mismo entusiasmo que sus contrapartes estadounidenses. Sin embargo, sí significa un puntapié decente y entretenido para el aterrizaje de la plataforma en la producción televisiva en Sudamérica.