La sesión de la Asamblea general fue excepcionalmente co-presidida por el presidente del organismo, Julian Hunte, y el del Consejo de Seguridad, el embajador alemán Gunter Pleuger.
"La respuesta de la comunidad internacional a una situación similar no debe ser tan inadecuada como la que hubo en Ruanda en 1994", declaró en su breve intervención.Louise Fréchette, secretaria general adjunta, destacó por su parte que "la acción o inacción del Consejo de seguridad es determinante". "La comunidad internacional faltó a sus compromisos en abril en 1994. Nadie prestó la atención requerida a los signos anteriores a los hechos y nadie hizo nada para detenerlos cuando comenzaron. La tristeza es verdadera pero no sirve a los hombres, mujeres y niños que fallecieron en atroces condiciones", dijo. "Cualquiera sea la calidad de nuestros sistemas de alerta, serán inservibles si los Estados miembro, una vez advertidos, son incapaces de mostrar su voluntad política de actuar", destacó. "En este momento, por ejemplo, tenemos muchas señales de que algo horrible está pasando en la región de Darfur, en Sudán", dijo Fréchette.
Retomando las declaraciones del secretario general Kofi Annan, que conmemoró en Ginebra ante la Comisión de Derechos Humanos el genocidio Ruandés, Frechette declaró que era "vital que los miembros de las organizaciones humanitarias internacionales y los especialistas en derechos humanos tengan, sin ningún retraso, acceso total a la región"."Si este acceso es negado, la comunidad internacional debe estar lista a actuar de forma rápida y apropiada", afirmó. "No podemos volver al pasado o hacer que los crímenes cometidos en Ruanda no hayan ocurrido. No podemos reparar los fracasos pero la herencia de abril de 1994 es la de una ONU mejor equipada, incluso para impedir los genocidios y actuar con determinación cuando fracasa la prevención", opinó.
(AFP)