· Cuidar calidad por sobre cantidad: Es importante comprender que el embarazo no es momento para perder peso ni para mantenerlo, y que tampoco es cierto que la embarazada deba comer por dos. Simplemente el requerimiento de energía diaria aumenta unas 300 kcal en el segundo trimestre y unas 475 kcal en el tercero, y se debe mantener una alimentación lo más sana posible, limitando el consumo de grasas saturadas, trans, azúcares simples en exceso y aumentando el de cereales integrales, legumbres, frutas, verduras, lácteos descremados, carnes magras, etc.
· Llevar una dieta fraccionada: consumiendo pequeños volúmenes de alimentos 6 veces al día. Esto favorece la digestión y evita el sentimiento de pesadez, hinchazón y acidez propias del embarazo.
· Consumir nutrientes clave: como ácidos grasos omega 3, fundamentales en el desarrollo del sistema nervioso del bebé, también protegen a la madre de sufrir preclampsia y depresión post parto. Se encuentra en pescados azules, frutos secos y algunos aceites. La ingesta de pescado crudo está desaconsejada en el embarazo. Otro nutriente importante es el hierro, que ayuda a prevenir la anemia en madre y feto y se encuentra en carnes rojas, hojas verdes y lentejas. El zinc es otro nutriente clave sobre todo en las primeras etapas del embarazo. El calcio es necesario para contrarrestar la resorción ósea y se encuentra principalmente en leche y derivados de la misma. Para aumentar su absorción, es importante también tener una buena ingesta de vitamina D. El ácido fólico es imprescindible para el correcto desarrollo del tubo neural del feto, se encuentra en hojas verdes, frutos secos, legumbres y cereales integrales.
· Tener una hidratación suficiente: evita la retención de líquidos, favorece la digestión y ayuda a controlar el estreñimiento. La recomendación es beber entre 2 y 3 litros de agua diarios.
· Controlar los métodos de cocción: se deben lavar muy bien las frutas y verduras y cocinar por completo carnes y huevos para evitar la contaminación con bacterias. Se aconseja evitar las frituras y preferir medios de cocción como vapor, horno y plancha.
· Condimentar las comidas: puede ser una buena estrategia para dar sabor y disminuir el agregado de sal, ya que esta favorece la retención de líquidos.
· Consumir 5 porciones de frutas y verduras por día: para garantizar variedad de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.
· Evitar algunos alimentos: como productos de repostería y comida rápida, y nunca consumir alcohol, ni siquiera en mínimas cantidades.
· Comenzar antes del embarazo y continuar después: ya que una alimentación saludable prepara el organismo de la mujer para la gestación y, tras el parto, contribuye a la pérdida de peso, la salud de la madre y la nutrición del niño durante la lactancia.
Para leer más sobre nutrición y vida saludable, ir a comermejor.com.uy
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