Cuatro preguntas para entender el atentado en Las Vegas

El mundo se despertó este lunes asombrado por la magnitud del tiroteo durante un concierto en Las Vegas, que dejó al menos 58 muertos y más de 500 heridos.

La clave para empezar a entender la destrucción que causó es hacerse una imagen: un hombre, desde una habitación de hotel, que con 10 rifles automáticos, dispara durante 10 minutos hacia miles de personas. En la confusión inicial, la gente corrió despavorida hacia todos lados sin saber de dónde venían los disparos. Incluso algunos pedían que el público se tirara al suelo, lo cual, en un escenario así, solo lo hizo blanco más fácil.

La oscuridad de la noche, la altura donde se ubicaba el tirador, el hecho de estar en un hotel gigante hizo que la Policía tardara mucho más de lo habitual en identificar de donde venían los tiros. A Stpehen Paddock le dio el tiempo para disparar durante 10 minutos y luego suicidarse, antes de que llegaran a buscarlo.

Sobre el mediodía uruguayo, la noticia sorprendió: Estado Islámico se atribuía el atentado, o al menos eso decía una agencia de propaganda cercana al grupo terrorista.

Pero el enunciado es difícil de defender, por varios factores. El principal es el perfil del asesino: un jubilado, blanco, con buen pasar económico, y que solía frecuentar los hoteles de Las Vegas para apostar. Es una novedad que Estado Islámico se atribuya atentados en condiciones tan dudosas, pero es lógico en el contexto que se encuentra el grupo terrorista: cercado en Siria e Irak y forzado a desplazarse al desierto, busca cualquier herramienta para mantenerse a flote.

Cada tiroteo masivo en EEUU ha desatado el debate sobre la tenencia de armas. Luego de ocho años de presidencia de Barack Obama, un enfático defensor de los "background checks" o control de antecedentes sobre la venta de armas, la presidencia de Donald Trump ha dado un marcado giro. Apoyado por la influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), defiende el derecho que tienen los estadounidenses, establecido en la segunda enmienda de la Constitución, a portar armas.

Sin embargo, en este caso parece no ser tan simple la ecuación, ya que Paddock tenía un permiso para cazar en Alaska. A medida que se sepan más detalles de su vida seguramente el debate empezará a encontrar un rumbo más claro.

El presidente de EEUU había utilizado la masacre en la discoteca Pulse, en Orlando, en 2016, como argumento clave para pedir un control al ingreso de musulmanes al país. Si se descarta la autoría del Estado Islámico, Trump tendrá un punto difícil de eludir: los terroristas estadounidenses han asesinado más gente dentro del país que los extranjeros musulmanes.