Cutcsa capacita a exreclusos como conductores de ómnibus

La empresa ya ha contratado liberados y facilitó su inclusión en dos de sus proveedores. Pero el convenio con el Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados va a más: entre 20 y 40 personas serán seleccionadas para limpiar las unidades de Cutcsa en las terminales el año que viene.

El patronato debió negociar con la Intendencia de Montevideo (IMM) para que habilitara de forma excepcional a los cinco liberados para iniciar los trámites para la obtención de la libreta profesional. El mismo proceso se realiza para la inscripción de cuidacoches.

La pretensión de la directora del patronato, Patricia Peralta, es lograr una normativa especial para regular estos casos a nivel nacional. Para esto solicitó una entrevista con el Congreso de Intendentes, pero nunca fue recibida por sus miembros. “Entonces debemos hacerlo intendencia por intendencia”, dijo a El Observador.

La experiencia con Cutcsa servirá de ejemplo para implementar el mismo convenio con Cita, cuyo referente, Julio César Sánchez Padilla, integra la comisión honoraria del patronato.

“Preferimos empezar de a poco para generar confianza. Ambas partes se tienen que acostumbrar. Para las empresas es difícil tomar personal porque se tienen muchos prejuicios. Si empezamos con 20 en un lugar, quizá no se favorezca la inserción. Para ir venciendo los temores hay que ir generando confianza”, señaló Peralta.

El Ministerio del Interior estimó que la reincidencia en el delito de las personas egresadas de centros penitenciarios cayó de 70% a 53%. El patronato ya ha beneficiado a 650 exreclusos. De estos, reincidió menos del 6%.

La oportunidad

La historia de Juan Daniel Canet comienza con un error. Para salir de problemas económicos se prestó para una rapiña. “Yo estaba a una cuadra”, contó a El Observador. Pero su participación fue suficiente para ser procesado con prisión por coautoría de rapiña. ¿Cuál fue el mayor precio que pagó? Perdió gran parte de la infancia de sus hijos. Al ingresar a la cárcel de Canelones su hija menor tenía 8 meses. “Cuando me la llevaron por primera vez no me conocía”, lamentó. Sus otros hijos tienen ahora 9, 10, 15 y 18 años.

Canet solo necesita hacer el cambio de categoría de conductor ante la IMM, puesto que ya poseía un permiso profesional y pudo renovarlo. Antes era taxista y un mes después de haber recuperado la libertad fue recontratado por sus antiguos jefes. Pero el trabajo en Cutcsa le reportará el doble de su salario actual. “Tengo la fe y la voluntad de que voy a salir adelante”, dijo a El Observador. En la cárcel hizo un curso de albañilería y de medio oficial.

Cursos y empleo
Un empleo como conductor de ómnibus es ejemplo del “trabajo real” que busca generar el patronato para los liberados, puesto que garantiza su reinserción en la sociedad. “El otro día me llegó una carta de una persona que agradecía por el trabajo (asignado), pero que dejaba el lugar a otro compañero porque había conseguido uno mejor. En este trabajo tenés que valorar cada caso”, comentó Peralta.

El patronato ofrece capacitación a los internos hasta dos años antes de su liberación –en el Compen, en el Centro Nacional de Rehabilitación Femenino y en la Unidad de Punta Rieles– y asistencia hasta tres años después. Mediante un convenio con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) se establecieron 20 cupos para cursos de informática y auxiliar contable y está previsto aumentar la cantidad en 2015. Además, el Inefop ya capacitó a 80 personas en sanitaria. También se trabaja con el Fondo de Capacitación de la Construcción.

En general, la directora del patronato explicó que la población más joven es la que más cuesta insertar en el mercado laboral porque es “la menos capacitada”.