"Por un tiempo no voy a hablar con la prensa", dijo el martes el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, enojado porque los medios -a su entender- estaban haciendo "una carnicería" del club. Hacía pocas horas había despedido al director técnico, Pablo Bengoechea, y 48 horas después debía declarar ante la Justicia como testigo en el marco de la causa que investiga estafa y lavado de dinero en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). De todas maneras, este jueves rompió el silencio, primero en un programa partidario y horas después a la salida del juzgado.
"Hemos comparecido como testigo, he venido solo, sin abogado. La institución que yo presido fue la primera institución en denunciar hechos irregulares. El estudio que presido nunca manejó un solo peso de Figueredo", dijo este jueves Damiani a la salida del juzgado en rueda de prensa.
"El estudio en el que participo nunca realizamos ninguna tarea de ocultamiento de los bienes. Nosotros no manejamos ni un solo peso de Figueredo. No participamos en ninguna tarea de ocultamiento y fuimos los primeros en reportar a las autoridades la poca información que teníamos y la traje para acá", agregó. Damiani aseguró que "en los primeros días de junio" reportó las sociedades anónimas que creó a pedido de Figueredo ante la Unidad de Investigación y Análisis Financiero (UIAF) del Banco Central. "Fuimos los primeros (en presentar los reportes) tengo entendido, antes que los bancos", destacó.
Peñarol fue uno de los siete clubes en denunciar en diciembre de 2013 a la cúpula de la Conmebol por estafas, lavado de dinero y apropiación indebida. El delegado del club, el abogado Jorge Barrera, redactó la denuncia junto al abogado Víctor Della Valle, expresidente del Club Nacional de Fútbol. La denuncia, que fue ratificada solo por la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, luego de que la Conmebol amenazara a los clubes denunciantes con sanciones, apuntaba explícitamente a dos dirigentes del fútbol sudamericano: el uruguayo Eugenio Figueredo, entonces vicepresidente de Conmebol, y el argentino Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino.
La Justicia uruguaya resolvió investigar el caso, pero hubo dos imprevistos. Grondona falleció el 30 de abril de 2014 y un año después, el 27 de mayo de 2015, fue detenido Figueredo en Suiza por orden de la Justicia de Estados Unidos, junto a otros siete dirigentes de FIFA acusados de corrupción y lavado de dinero.
La causa en Uruguay continuó. A pedido del fiscal Juan Gómez, la jueza Adriana de los Santos logró la extradición de Figueredo y lo procesó con prisión por estafa y lavado de dinero el 24 de diciembre.
Damiani declaró como testigo porque el estudio contable que preside, Damiani & Asociados, le había vendido a Figueredo sociedades anónimas que el dirigente luego utilizó para lavar dinero.
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