Debilitado programa de cuidados

En el caso de las personas mayores, anticipa la construcción de casas de salud y centros regionales de residencia, así como servicios de acompañantes para quienes los necesiten y otras formas de asistencia. La meta es asegurarles una vejez más confortable y mejor atendida a quienes deben recluirse en instituciones por declinación física o intelectual o sufren sus efectos en sus hogares, frecuentemente en entornos familiares que no pueden atenderlos. Los centros estatales en que viven muchos ancianos sin recursos hacen lo mejor que pueden dentro de las limitaciones de estructura y presupuesto con que operan. Pero se está lejos del confort y decoro en que merecen pasar sus últimos años de vida.

El problema no es solo uruguayo, ya que afecta a la mayor parte del mundo. Solo cuatro países –Noruega, Dinamarca, Islandia y Alemania– tienen una cobertura completa en los cuidados de larga duración para mayores de 65 años. Esto representa apenas el 5,6% de la población mundial de ancianos. En vastas regiones del planeta, 48,1% carece totalmente de cobertura y 46,3% sufre agudos déficits asistenciales. Uruguay figura en esta última categoría. El Estado provee servicios insuficientes en sus centros, en tanto que son desparejos en el sector privado. Existen instituciones de primer nivel en materia habitacional y de atención médica, alimentaria y en otros órdenes, pero están restringidas a familias de altos niveles de ingresos, ya que algunas llegan a costar el equivalente a US$ 4.000 mensuales. Otras residencias privadas muestran diferentes niveles en los cuidados que brindan a los internados, que van de aceptables a deficientes.

Durante la campaña electoral, Vázquez planteó su sistema de cuidados como punto medular de su segunda presidencia, tanto para atender a la niñez más desprotegida como a las personas mayores que no pueden enfrentar el costo de instituciones privadas. Pero los diputados y los senadores frenteamplistas resolvieron cortar los fondos que el gobierno había previsto dedicar a ese objetivo. Casi la mitad de los $ 700 millones reasignados del proyecto de Presupuesto le fueron retirados al Sistema Nacional de Cuidados. En otras 10 áreas las quitas fueron menores, pese a estar igualmente más necesitadas de recursos fiscales que una educación pública que sigue a la deriva y sin perspectivas de levantar cabeza, lo que mal justifica el trasvasamiento. Vázquez tendrá que ver ahora cómo se las arregla para evitar un deterioro de su debilitado programa. Pero lo resuelto por el bloque parlamentario del Frente Amplio dificultará sacar al país de la posición de injusticia social que ocupa entre las naciones con déficit asistencial a los ancianos.