Cuando todavía no se difuminó la onda expansiva generada por las explosivas revelaciones del exjefe del
FBI, James Comey, el jueves pasado, sobre el presidente
Donald Trump, ayer martes volvieron a sobrevolar sobre la Casa Blanca los fantasmas de la denominada trama rusa.
Es que el testimonio del fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, era esperado con expectativa en el mismo comité de Inteligencia del Senado en el que Comey había comparecido hace una semana. Y pareció dejar más dudas que certezas.
Por lo pronto, si Trump esperaba una decidida defensa y una exculpación de parte de uno de sus funcionarios más cercanos, no lo consiguió.
Si bien Sessions negó cualquier vinculación con funcionarios rusos que hubieran podido incidir en el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, el fiscal pareció cuidarse al momento de hablar de sus conversaciones con el presidente sobre el tema.
Además, ratificó un punto importante de la declaración de Comey: que el exdirector del FBI le pidió no reunirse a solas con el presidente, y que a pesar de eso, Sessions no le hizo caso.
Por momentos enfático y por otros bastante molesto, el ex senador republicano por Alabama comenzó por explicar en el Congreso las razones por las que se abstuvo de tomar parte en la investigación sobre el nexo con los rusos.
Sessions argumentó que lo decidió porque había hecho campaña en favor del magnate republicano.
"Me inhibí de la investigación no por haber cometido ninguna mala conducta durante la campaña, sino por las regulaciones del Departamento de Justicia", se apresuró a aclarar el fiscal general en su testimonio.
Con eso, Sessions negó la versión de que se inhibió de actuar en el caso luego que omitió revelar que tuvo dos encuentros con el embajador ruso previos a la audiencia de confirmación de su cargo.
Sessions fue tajante y aseguró a los senadores que no está en condiciones de revelar qué habló con el presidente. "No estoy en condiciones de discutir con ustedes, ni confirmar ni negar la naturaleza de conversaciones privadas que pude haber tenido con el presidente sobre este u otros temas", insistió.
La semana pasada Comey había puesto en duda la actuación de Sessions, y si efectivamente se había mantenido fuera del caso de la trama rusa.
El exjefe del FBI supervisaba una investigación sobre el exasesor de seguridad nacional, Michael Flynn, por sus contactos no revelados con Rusia, cuando fue despedido por Trump. Acto seguido, otro exdirector del FBI, Robert Mueller, fue designado fiscal especial para investigar el caso.
El fiscal general también bajó el perfil a un supuesto encuentro con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, durante una recepción en un hotel de Washinton.
"No lo recuerdo", dijo, aunque de inmediato admitió que "posiblemente" lo hubiera cruzado. Empero, dijo que de haber tenido una charla con el diplomático, esta no hubiera sido sobre "ningún tema inapropiado".
El fiscal tampoco recordó si existieron contactos con otros responsables de la campaña de Trump con funcionarios rusos.
Durante su comparecencia, Sessions negó que se haya reunido con representantes del
gobierno de Vladimir Putin. "Cualquier sugerencia de que he participado en cualquier colusión con el gobierno ruso para herir a este país o tratado de socavar la integridad de nuestro proceso democrático, es una mentira abominable y detestable", se defendió.
Como para agregarle dramatismo al tema, distintas versiones periodísticas sostienen que Trump piensa en destituir al fiscal especial Mueller, lo cual sería un nuevo escándalo, porque despediría al segundo funcionario a cargo de la investigación.
De todos modos, Rod Rosenstein, vicefiscal general y que supervisa el caso tras la exclusión de Sessiones, dijo que no hay motivos para hacerlo.
Contactos
El fiscal general, Jeff Sessions, negó haber tenido reuniones con altos funcionarios rusos.
Investigación
Sessions compareció en el comité de Inteligencia del Senado, el mismo donde declaró el exjefe del FBI, James Comey, que investiga la trama rusa.
Comey
Comey había dicho que el presidente Trump le sugirió que dejara sin efecto la investigación sobre el ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.
Sin motivos para sacar a Mueller
El número dos del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, aseguró este martes que el presidente Donald Trump no tiene motivo ni intenciones de despedir a Robert Mueller, el fiscal especial e independiente que investiga sobre la posible colusión entre Rusia y el comité de campaña de Trump para influir en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Un amigo de Trump había afirmado el lunes que el presidente estaba considerando despedirlo.
Rosenstein tiene teóricamente la posibilidad de interrumpir la misión de investigación que confió a Mueller pero, interrogado en el Senado sobre un eventual proyecto secreto para minar dicha investigación descartando al fiscal, respondió: "No existe ningún proyecto al que esté vinculado".
Preguntado sobre qué haría si Trump le pidiera destituir a Mueller, respondió: "Solo cumpliré instrucciones si estimo que son legales y adecuadas".