Del azúcar al biocombustible, ALUR inauguró millonaria planta

Con una inversión de US$ 147 millones –récord para un proyecto individual para la empresa creada en 2006–, el emprendimiento en Paysandú permitirá la producción de 70 millones de litros de bioetanol por año, además de 60 mil toneladas anuales de raciones para ganado lechero y de carne.

La planta tiene su impronta, donde destacan los tres enormes silos con capacidad para 6.000 toneladas de granos cada uno y los dos tanques donde se almacena el etanol como producto final. Un laboratorio de última tecnología se encuentra al lado de la planta, mientras que la enorme caldera se ubica en dirección al río Uruguay. Los accesos, al igual que el estacionamiento, aún no están prontos. Se espera que ALUR comience a operar a fin de año.
Como destacaron casi todos los que hablaron en el sencillo acto montado a la entrada de la fábrica, esta planta apunta a la diversificación de la matriz energética del país. De León, titular de ALUR, dijo que el proyecto viene a generar un “cambio estructural en la infraestructura energética” e indicó que a partir de 2015 se va a sustituir el 10% de las importaciones de petróleo a partir de los biocombustibles.

Los biocombustibles han ganado en ALUR un gran protagonismo desde hace cuatro años, dejando al azúcar ya en un segundo plano. En 2010, ALUR comenzó a procesar biodiesel y etanol en las plantas de Paso de la Arena, en Montevideo, y en Bella Unión, cuyo proyecto produce 30 millones de litros de bioetanol anualmente. ANCAP mezcla el etanol en 10% con las gasolinas y lo mismo con el biodiesel, en 2%, con el gasoil. Con la planta en la Heroica, se podrá superar un 10% de mezcla con gasolinas, dijo el presidente de ALUR.

De León aseveró que Uruguay pasó de ser un importador a un exportador de energía eléctrica y resaltó que ahora se está utilizando materia prima nacional y que se va camino a dejar de importar raciones para alimento animal. En ese sentido, espera que ALUR se convierta además “en la principal productora de alimentos para ganados del país”.

El jerarca agregó que en 15 departamentos de Uruguay hay 180.000 hectáreas de cultivos vinculados a ALUR y que esto tiene “un fuerte impacto social”. “Hay unas 4.000 personas conectadas con este proyecto”, mencionó. La construcción de la planta sanducera demandó la mano de obra de 600 trabajadores y se vincularon a ALUR unas 60 empresas uruguayas, concluyó De León.

El recuerdo de Chávez
Tras hablar uno de los coordinadores del Pit Cnt, Fernando Pereira, el propio De León, el presidente de ANCAP, José Coya, y el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, le tocó el turno al presidente José Mujica, que fue el deleite de los cientos de espectadores que llegaron para verlo portando banderas del Frente Amplio y sus agrupaciones.

Una parte de ellos, especialmente unos obreros de la construcción, abuchearon al intendente Bertil Bentos –blanco y que no habló en el acto– cuando fue nombrado. El mandatario recordó en primer lugar a su colega venezolano, el difunto Hugo Chávez, y le agradeció los favores que Venezuela le hizo al país en términos petroleros. “Hay que recordar uno que no está, que es Hugo Chávez, con la mano que nos dio”, dijo Mujica para aplauso de los convocantes.

Chávez fue clave para que Pdvsa ingresa como socia de ALUR en 2006 adquiriendo el 10% del paquete accionario de la incipiente empresa que pasó a gestionar el ingenio azucarero de la ex Calnu en Bella Unión. El presidente, luego, aprovechó para criticar la falta de celeridad y efectividad de las empresas del Estado, las que para ganar en practicidad concretan proyectos a través del derecho privado. “Por qué para desarrollarnos no podemos seguir con el logo ANCAP”, se preguntó Mujica en alusión a ALUR. “Es porque somos prisioneros del Derecho Público” y no se realizan las modificaciones necesarias, añadió.

“Es imperdonable que un país pequeño no tenga empresas públicas efectivas”, enfatizó Mujica. Para eso propuso revisar el Derecho Público, para que “no sea una trampa”, y lograr que las empresas uruguayas sean transnacionales. “Que tenga la capacidad de pelear con el mundo entero, en una apuesta al porvenir”.

LAS CLAVES
Inversión. La planta de Paysandú de ALUR demandó una inversión de US$ 147 millones.

Producción. Permitirá la industrialización de 70 millones de litros de bioetanol por año. La fase industrial empleará en forma directa a 100 trabajadores.

Agricultura. El complejo demandará alrededor de 200 mil toneladas de granos por año, equivalentes a 50 mil hectáreas de cultivos.

Alimento. ALUR estima que procesará 60 mil toneladas de raciones para alimento animal.