Ahora, el gobierno mexicano lo busca en el sur, con hombres, helicópteros y tanques de guerra. A tres meses de su espectacular fuga de prisión, el paradero del mayor capo narco del mundo, Joaquín El Chapo Guzmán, sigue siendo un misterio. Diez mil soldados están abocados a la causa y hay orden de detención librada a 199 naciones.
Cuando en julio Guzmán, líder del cartel del Sinaloa y uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes, se fugó de la cárcel de Alta seguridad llamada el Altiplano, muchos dudaron de que se fuera a través de un túnel que, luego se mostró, recorría varios kilómetros, constaba de oxigenación y luz y terminaba en su celda.
Algunos analistas consideran que Guzmán es un narco que al gobierno le sirve para equilibrar las disputas entre narcos que provocaron decenas de miles de muertos. Aunque tiene decenas de causas por asesinato, Guzmán es considerado un moderado al lado de grupos ultraviolentos como los Zetas.
De todas formas, el gobierno ha desplegado todo lo que tiene para dar con el narco, que efectivizó en julio su segunda fuga de una cárcel de alta seguridad.
La Secretaría de la Defensa Nacional desplegó carteles y lonas en distintos puntos de la ciudad, principalmente en la entrada de los cuarteles de la frontera sur, donde están impresas las fotografías del narco.
Entre las fotografías se encuentran la que le habrían tomada tras su detención en 2014, donde aparece con pelo y bigote y otra en la que aparece sin cabello ni bigote y con el uniforme de preso.
Según trascendió, el gobierno montó una estrategia con el Poder Judicial y las 31 entidades federativas para realizar la búsqueda.
El gobierno ofrece 60 millones de pesos por información que lleve a su captura o paradero, mientras que blindó la zona fronteriza con Guatemala.
La Policía sigue haciendo requisas en autos, camionetas y colectivos para dar con el prófugo. Incluso tanques de guerra han sido trasladados a la zona sur.
Los analistas aseguran que en la búsqueda participa activamente la DEA (agencia antidrogas de EEUU). Cuando se supo de la fuga, la fiscal general, Loretta Lynch, anunció que EEUU ayudaría en la búsqueda de uno de los hombres que más cocaína ha llevado al mercado estadounidense. Asímismo, se ha solicitado la colaboración del FBI en la detección de bienes y vínculos del líder del Cartel de Sinaloa.
La percepción de los analistas acerca de la participación de EEUU se confirmó en parte a través del diario colombiano El Tiempo, que aseguró que agentes especiales del FBI y de la DEA "pidieron a las autoridades de Colombia toda la información disponible sobre los movimientos, hombres y contactos del cartel de Sinaloa en el país".
En los primeros momentos tras la fuga se establecieron 101 filtros de revisión en las principales carreteras y autopistas federales de 22 Estados. Instan además a llamar al 088, y se comprometen a mantener el anonimato de quien aporte alguna pista. Pero por ahora, el Chapo sigue alimentando su imagen mítica.
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