Economía y Empresas > DIPUTADOS

Dilema parlamentario: hablar mucho, poquito o nada

Hay diferencias acerca de la necesidad limitar los discursos
Tiempo de lectura: -'
05 de julio de 2015 a las 05:00
Las sesiones del Parlamento pueden llegar a transformarse en una de las formas del tedio. Largos discursos que repiten argumentos ya formulados; réplicas y contrarréplicas después de las cuales nadie cambiará de opinión; legisladores que se extienden en sus conceptos cuando ven alguna cámara de televisión cerca.

El sentido común parece recomendar una brevedad más expeditiva antes que una interminable cadena de palabras que pocos escuchan. Pero los parlamentarios tienen diferentes formas de calibrar ese ejercicio oratorio que muchos consideran una de las bases de la democracia y otros reconocen como un exceso que puede ser revisado.

Por lo pronto, el presidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Sánchez, dijo que los integrantes de la institución deberían "darse una discusión sobre estos asuntos" y agregó que no le desagrada la posibilidad de establecer un sistema de "voceros" que transmitan en sala lo que sus sectores ya discutieron en las diferentes comisiones de la Cámara.

"No hay que cercenar el derecho de nadie a hablar. Pero no está mal analizar la posibilidad de que estemos siendo muy auto referenciales. A veces nos retroalimentamos entre nosotros y parece que tenemos la necesidad de hablar como si se tratara de una reunión familiar. Uno habla y el otro siente la obligación de responder", dijo Sánchez (Movimiento de Participación Popular) a El Observador.
Y agregó un detalle que parece indiscutible: "No conozco ningún caso de un legislador que haya cambiado su voto después de escuchar a un colega".

Por ejemplo, la reciente votación del Fondes insumió unas 14 horas de debate sin que ninguno de los 99 diputados cambiara su postura sobre esa iniciativa del oficialismo.

El coordinador de la bancada de Alianza Nacional, Jorge Gandini, dijo que el hecho de que ese día los legisladores hayan discutido hasta pasadas las tres de la mañana demuestra que no todos hablan para las cámaras de televisión. Y se manifestó a favor de que los legisladores hablen sin ningún tipo de cortapisas.

"La posición de un compañero de Paysandú no es la misma que la de uno de Montevideo y cada preocupación es irrepetible. No es bueno aplicar restricciones a la participación de los legisladores en los debates", consideró Gandini.

Tiempo
Cada vez que se discute un proyecto de ley, los denominados "miembros informantes" de las posiciones a favor y en contra de la propuesta tienen 45 minutos cada uno para hablar con la posibilidad de extender ese lapso hasta los 60 minutos.

Además, cada sector parlamentario tiene 30 minutos para expresar su postura e, individualmente, cada uno de los legisladores pueden discurrir durante 15 minutos. Los legisladores pueden pedir la palabra una vez más cuando creen que deben hacer una "aclaración" o cuando se sienten aludidos por alguno de sus colegas. Este mecanismo es utilizado con frecuencia.

El diputado colorado Tabaré Viera (Espacio Abierto) consideró que la cámara debería propender a limitar el tiempo que cada legislador tiene para hablar pero dejando que todos hablen.

"Uno siente que los argumentos se repiten y que lo que se dice en media hora se puede decir en cinco o diez minutos", dijo Viera.

Para el diputado del Partido Independiente, Iván Posada, el mecanismo del "vocero" no condice con "la idiosincrasia uruguaya" ya que la multiplicidad de sectores alienta la multiplicación de discursos.
"De cualquier manera, ya no se dan aquellas sesiones maratónicas del pasado que se extendían hasta la madrugada", recordó.

Además de la sesión plenaria de la Cámara, existe una "media hora previa" que muchos diputados aprovechan para plantear asuntos que no están en el orden del día.

Luego piden que sus palabras sean enviadas a las personas y a los medios de comunicación que consideren pertinentes. Mensualmente se despachan decenas de esas intervenciones que viajan por todo el país en sobres membretados con el logo de la Cámara de Diputados.

Más allá de las diferentes posturas sobre este asunto, los legisladores uruguayos parecen acostumbrados a hablar mucho y, aunque se quiera, hay pocas cosas más difíciles de cambiar que una costumbre.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...