Director de Sirpa renunció porque Fulco "descalifica" a trabajadores

Edgard Bellomo y Gabriela Fulco se conocieron hace más de una década, entre el 2002 y el 2003, cuando él presidía y ella integraba la Comisión de Seguimiento del Sistema Penitenciario. Durante el gobierno pasado, Bellomo dirigió el Programa Mesas Locales de Convivencia del Ministerio del Interior, mientras que Fulco fue asesora en asuntos carcelarios del ministro del Interior, Eduardo Bonomi. El 20 de mayo, Fulco asumió como presidenta del Sistema Penal de Responsabilidad Adolescente (Sirpa) y Bellomo como uno de los directores que integran la Comisión Delegada del organismo. Pero "una sucesión de desencuentros que han ido menoscabando la confianza" entre ambos llevó a que Bellomo presentara ayer su renuncia, como explicó ante el directorio del INAU y como expresa la carta que dejó luego en la sede del Sirpa.

"Confieso no haberme sentido parte de un equipo, ni representado en algunas de las acciones y pronunciamientos, más allá de los condenables sucesos del pasado 24 de julio en Ceprili. En ningún momento entendí inapropiado denunciar una conducta con apariencia delictiva. Solamente procuré, sin éxito, la realización previa de una investigación administrativa exhaustiva interna, a mi juicio tan necesaria y obligatoria para una autoridad pública como la denuncia ante la Justicia", expresó el exdirector en la carta. "Cabe señalar que llegamos hasta la puerta misma del juzgado para la ratificación de la denuncia el 10 de agosto, pero se nos informó que ingresaría solamente la presidenta de la Comisión Delegada (Fulco), acompañada de la ministra (Marina Arismendi)", agregó.

Bellomo había dicho a El Observador el lunes que "si Fulco hace lo que hace es porque tiene los avales que tiene" y que "los más altos representantes del gobierno nacional lo están respaldando".

"Si bien lo expresado es importante, el punto determinante de mi alejamiento es que no comparto –ni estoy dispuesto a avalar con mi permanencia– un estilo de confrontación que no es capaz de atender a otras opiniones, especialmente si provienen de aquellos a los que no se considera suficientemente calificados", agregó en la carta. Fulco cuestionó reiteradas veces la falta de capacitación de los funcionarios. Bellomo se refirió a ello explícitamente. "La falta de capacitación puede resultar una limitante a la hora de la gestión, pero no puede ni debe ser motivo de descalificación".

"La experiencia y el esfuerzo de decenas de técnicos y funcionarios, sindicalizados o no, no ha sido tenida en cuenta y eso no es bueno. El Uruguay por el que vengo militando desde 1970 requiere de consensos o, al menos, entendimientos y acuerdos. Del tendido de puentes y no la destrucción de los mismos", aseguró Bellomo.

Fulco confrontó con el sindicato, al que cataloga de "necio" (ver página 8). En contrapartida, el sindicato pidió su renuncia en reiteradas oportunidades y la acusa de autoritaria. La senadora frenteamplista Ivonne Passada también ha cuestionado la falta de diálogo de Fulco y recordó el "compromiso del movimiento sindical para que más de 150 gurises se insertaran en el mundo laboral".

Por su parte, Bellomo concluyó la carta asegurando que "la dificultosa tarea de la construcción permanente de la 'Patria del Futuro' necesita de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sin exclusiones; también de los niños y jóvenes que están bajo nuestra responsabilidad, de sus familiares y de nuestros funcionarios".

Consultada por El Observador sobre la renuncia de Bellomo, Fulco respondió que "es una excelentísima persona", y atribuyó su renuncia a su discrepancia con la denuncia presentada.