El DeLorean de Volver al futuro, una de las aves del juego Angry Birds, la Torre de Pisa y los cuatro Beatles son algunos de los proyectos disponibles para votar en la web lego.cuusoo.com y, eventualmente, tenerlos en las estanterías de las jugueterías.
Con la misma idea de financiación democrática de proyectos que tiene Kickstarter, Lego lanzó la plataforma de incubadores Cuusoo. En realidad, ya estaba funcionando en Japón, pero recién ahora se abrió el llamado de diseño del resto del mundo.
El mecanismo es sencillo. Cualquier persona que tenga un proyecto de Lego lo sube a la página web con una breve explicación e imágenes. Luego, si 10.000 usuarios (sí, es necesario registrarse) votan el diseño, la empresa de los ladrillitos evaluará oficialmente su producción en masa.
De esta forma, es posible encontrar proyectos de alta calidad, como el ya mencionado DeLorean, el cual incluye pequeñas figuras de Marty McFly y el doctor Emmett Brown. Pero, también aparecen ideas de nula calidad, como un templo llamado “Azteca/Inca/Maya”, que por su simpleza de concepción (engloba tres civilizaciones muy diferentes) y realización (es una pirámide trunca con un cubo arriba), haría resucitar a estos indígenas.
Lo mejor de esta incubadora es que las personas cuyos diseños sean elegidos por Lego, obtendrán 1% de las ventas totales de ese juego. Esta cantidad puede ser muy elevada si se tiene en cuenta el éxito mundial de la compañía que, por ejemplo, tiene cuatro parques temáticos.
Entre los proyectos que ya pueden votarse, hay desde sillas plegables hasta un tablero de Dominó, pasando por el robot futurista VF-1 Valkyrie de la serie de manga japonés Macross. Este es uno de los diez diseños más votados hasta el momento, con 208.
Como es de esperarse en una iniciativa de este tipo, gran parte de las propuestas tienen una temática nerd, como el monstruo Rancor de la saga Star Wars, y decenas de modelos de robots, alienígenas y personajes de animé.
En años anteriores, Lego financió Shinkai 6500, un modelo en miniatura del submarino tripulado de investigación homónimo, que pertenece a la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología de la Tierra Marina.
Luego, en la segunda edición, financiaron la producción de Hayabusa, otro modelo en escala, pero esta vez de la nave espacial no tripulada desarrollada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.
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