Luego de la repentina muerte de Carrie Fisher, las cuestiones laborales empiezan a asomar luego del duelo familiar y de sus amigos. La actriz estadounidense, en su rol de la Princesa Leia era pieza clave de la saga Star Wars, gracias a la que se hizo célebre en 1977, y a la que había vuelto en 2015 con la séptima película de la serie, El despertar de la Fuerza.
Y si bien Fisher ya había completado su trabajo para el episodio VIII (que se estrenará a fines de este año), se contaba con su trabajo para la novena película, prevista para 2019. Si bien su ausencia deja una gran interrogante sobre el futuro de su personaje, Disney, el estudio responsable de la saga, ya tenía un plan económico para este tipo de eventualidades.
Según el sitio Insurance Insider, Disney cobrará una póliza de US$ 50 millones, una de las más altas de la industria, y que serán pagados por el banco inglés Lloyd's. Este seguro estaba estipulado en el caso de que un accidente o su fallecimiento impidieran a la actriz completar su trabajo en la nueva trilogía de películas.
Queda además la duda de si Disney optará por "revivir" al personaje, como sucedió con Wilhuff Tarkin, encarnado por el fallecido Peter Cushing en Rogue One: una historia de Star Wars; o simplemente referirá a su ausencia de otra forma.