El Reino Unido ve cada vez más cerca el fantasma de la recesión económica. Los tres principales sectores de la economía británica (los servicios, la industria y la construcción) han sufrido en julio un severo frenazo por la victoria del brexit en el referéndum del pasado 23 de junio.
"Aunque es demasiado pronto, la caída mensual en todos los sectores eleva las posibilidades de que la economía británica tenga una suave recesión", ha indicado el economista jefe de Markit, Chris Williamson. La firma pronostica que el PIB británico se contraerá 0,4% en el tercer trimestre, un ritmo no visto desde 2009.
Los datos más preocupantes llegaron desde el sector servicios, el más importante de la economía británica con 80% del PIB del Reino Unido. La actividad sufrió la mayor contracción en siete años al caer al desplomarse el índice de gestores de compra PMI hasta los 47,7 puntos, desde los 52,3 puntos. Cualquier lectura inferior a 50 puntos indica recesión.
La industria, el segundo sector económico británico, también ha visto como los pedidos se congelaban en las semanas posteriores al brexit. Ya el dato preliminar avanzaba el efecto negativo del resultado de la votación. Pero el informe final, divulgado el pasado lunes, confirmó que la actividad industrial retrocede al mayor ritmo desde principios de 2013. El PMI de este sector se hundió en julio hasta los 48,2 puntos, desde los 52,4 enteros del mes pasado.
Los analistas de Capital Economics tratan de hacer una lectura positiva dentro de la avalancha de referencias negativas. "Es posible que estos datos reflejen el efecto inicial del resultado de la votación, dado que las encuestas se realizaron en las primeras semanas posteriores al referéndum. Hay otras referencias que no son tan pesimistas", señalan. El sector constructor tampoco ha escapado al frenazo provocado por la incertidumbre del brexit. La actividad del tercer sector en importancia del PIB británico cayó en el último mes al ritmo más acusado en más de siete años.
"Está claro que nos enfrentamos a un período de crecimiento mediocre, que contrasta drásticamente con la anterior tendencia expansiva que hemos disfrutado en los últimos tres años", advierte Dean Turner, economista de UBS.
El Banco de Inglaterra redujo la semana pasada su tasa referencial de interés de 0,50% a un mínimo histórico de 0,25%. Al explicar las decisiones del comité de política monetaria, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, precisó que no se espera que el Reino Unido caiga en recesión, como predicen algunos analistas, pero sí se prevé "muy poco crecimiento" en la segunda mitad de este año.
Los analistas barajan también que el Banco de Inglaterra ponga en marcha un paquete de estímulos más amplio, que incluiría la reanudación del programa de compras de bonos y nuevas subastas de liquidez. El PIB de Reino Unido creció 0,6% en el segundo trimestre, según la primera estimación oficial publicada por la estadística inglesa. El dato superó las previsiones del mercado, aunque apenas recogió el impacto de la votación al celebrarse en la última semana de junio.
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