Cuando el ministro de Economía y Finanzas (MEF),
Danilo Astori, y la presidenta de
ANCAP, Marta Jara, justificaron en conferencia de prensa hace dos semanas el ajuste de 8% promedio que tendrán los
combustibles a partir del enero de este año, citaron como principales argumentos una suba a futuro para el precio del crudo y la cotización del dólar, una parada de mantenimiento de la refinería de la Teja -que demandará unos US$ 80 millones- y el costo que aún está pagando la empresa por su elevada exposición por su deuda en dólares.
Sin embargo, en esa oportunidad no se mencionó qué postura iba a tomar el MEF respecto al ajuste del Impuesto Específico Interno (Imesi) sobre los combustibles que suele ajustarse por la evolución de la inflación en enero de cada año. Precisamente, hoy el portal de Presidencia publicó el decreto que habilita un ajuste de 8% para el lmesi, en línea con la evolución que ha experimentado el Índice de Precios al Consumo (IPC) en el último año (8%). Ello llevará a que por cada litro de nafta Súper que un consumidor paga en el surtidor, el Imesi trepará de $ 18,99 a $ 20,51 ($ +1,52) a partir de enero del próximo año. Actualmente, el Imesi representa el 44,7% del precio final que los consumidores pagan por un litro de gasolina.
A principios de este año, el MEF había optado por no ajustar el Imesi a los combustibles, una medida que ayudó ANCAP a mantener la tarifas de venta al público sin cambios, en momentos donde el precio internacional del crudo llegó a valores históricamente bajos. Lo contrario había instrumentado en enero de 2015, cuando el MEF subió el Imesi un 13,4% -casi cinco puntos por encima de la inflación- para corregir un rezago en la actualización de ese impuesto.