La semana pasada tuvo lugar la reunión por Liba en Múnich por parte de la coalición internacional

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EEUU amplía ofensiva contra el EI con bombardeos en Libia

La ofensiva a un campo de entrenamiento del grupo terrorista dejó más de 40 muertos
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20 de febrero de 2016 a las 05:00
El que avisa no traiciona. Estados Unidos había dicho que si debía ampliar la operativa contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) –de alta presencia en Siria e Irak– en Libia, lo iba a hacer sin dudarlo. Es así que ayer un ataque aéreo estadounidense contra un campo de entrenamiento yihadista en suelo libio mató a más de 40 personas, entre las que "probablemente" figura un dirigente del EI, coincidieron fuentes libias y estadounidenses. El ataque se dio en la ciudad de Sabratah, al oeste de Trípoli.

Estos yihadistas habían estado planeando atentados contra intereses occidentales y estadounidenses, dijo el Pentágono.

Las imágenes de televisión difundidas por la prensa local mostraron un edificio reducido a escombros y una cantidad importante de armas ligeras entre los cascotes, algo que no es de extrañar ya que en Libia cada familia tiene armas en casa.

El diario The New York Times, que citó fuentes anónimas de seguridad occidentales, afirmó que el objetivo era un conocido yihadista tunecino que se había trasladado a Libia tras combatir con el EI en Siria e Irak.

"Estados Unidos realizó un ataque aéreo temprano esta mañana contra un campo de entrenamiento del EI cerca de Sabrata, Libia, que probablemente mató al responsable del EI Noureddine Chouchane", especificó un funcionario del Departamento de Defensa.

Los atentados atribuidos a Chouchane son el perpetrado en julio en una playa cerca de Sousse, en el que murieron 38 turistas, y el del museo del Bardo de Túnez, en marzo, donde murieron 21 turistas y un policía.

Ambos ataques fueron reivindicados por el EI, que está siendo bombardeado por aire en Irak y Siria por una coalición internacional bajo liderazgo estadounidense.

El aviso de Obama

Responsables del Pentágono afirmaron, por su parte, que aún se evalúan las consecuencias de la operación, lanzada tres días después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, asegurara que su país trabaja con sus socios de la coalición "para garantizar que si existe una oportunidad de impedir que el EI arraigue en Libia, la aprovecharemos".

Este es el segundo bombardeo de Estados Unidos sobre Libia desde que el pasado verano los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk iniciaran un diálogo bajo la tutela de la ONU para tratar de poner fin a la división y llenar el vacío de poder que amenaza al país.

El 16 junio de 2015, aviones de combate estadounidenses atacaron un edificio en la ciudad oriental de Derna, vecina a la frontera con Egipto, en un intento por acabar con el argelino Mujtar bel Mujtar, líder de la Organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y uno de los yihadistas más buscados del mundo.

Pese a que el argelino, apodado "el tuerto", no fue alcanzado, la operación fue considerada un éxito al morir en ella Seif Alá Ben Hasine, uno de los líderes del grupo radical tunecino Ansar al Sharia, vinculado al EI.

El ataque se produce, además, entre insistentes noticias sobre la posibilidad de una nueva intervención militar extranjera –a la que se oponen los países vecinos–, similar a la que 2011 contribuyó al derrocamiento de la dictadura de Muamar al Gadafi.

La eventual intervención preocupa en particular a Túnez, país que junto a Francia es el principal exportador de voluntarios al EI con cerca de 5.000 yihadistas emigrados a Siria e Irak, según cifras oficiales.

Gran parte de los que han regresado a Túnez han viajado después a Libia, donde han contribuido a desarrollar la rama del EI en este país.

Preocupaciones

El gobierno tunecino –junto al argelino– está inquieto, además, por la división militar en Libia, donde hay tres grandes fuerzas, una en Trípoli, otra en Tobruk y la milicia al mando de Ibrahim Jibran, encargada de defender las instalaciones petroleras, que se combaten entre sí y luchan contra los yihadistas sin coordinación.

Esta situación ha sido aprovechada por los extremistas, que en el último año han consolidado posiciones en Derna, su principal base, y ampliado el territorio bajo su control, que ahora incluye barrios en Bengasi y la ciudad de Sirte, su bastión más importante en la costa del Mediterráneo.

A principios de enero lanzaron, asimismo, una ofensiva contra los importantes puertos petroleros de Sidrá y Ras Lanuf, que a duras penas fue repelida por la milicia privada que los defiende y han abierto campos en la zona de Sabratah.

Esta localidad, que acoge uno de los conjuntos de monumentos romanos más impresionantes del Mediterráneo se ha convertido en la primera etapa de los yihadistas, que llegan a Libia desde todo el Sahel a través de la porosa frontera con Túnez.

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