Economía y Empresas > Negociación

Ejecutivo camino a definir salarios en supermercados y sector rural

Son dos grupos pesados de la ronda que en casi tres meses no logran ponerse de acuerdo
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30 de noviembre de 2016 a las 05:00

Aunque se trata de un extremo que empresarios y trabajadores la mayoría de las veces pretende evitar, todo parece indicar que los ajustes salariales en dos grupos de peso como supermercados y rurales serán sometidos a votación con las propuestas que presente el Poder Ejecutivo.

Van casi tres meses de negociaciones y esos dos grupos siguen estancados. Las reuniones se suceden y encontrar soluciones que dejen satisfechas a cada una de las partes se ha tornado en una misión imposible.

A diferencia de otros sectores como la construcción, donde las trabas principales se superaron una vez que el Poder Ejecutivo aceptó una nueva flexibilización de los correctivos por inflación, en supermercados y rurales las diferencias se centran de lleno en los porcentajes de ajustes.

En ambos casos, las partes volverán a reunirse esta semana, pero se da casi por descontado que será necesario poner a consideración las fórmulas que presente el Poder Ejecutivo. De hecho, en el grupo de negociación de los trabajadores rurales, el sindicato ya solicitó conocer por dónde irá la propuesta del gobierno. Y en el caso de los supermercados, aunque se trabaja casi que a contrarreloj para encontrar una salida, todavía no llega.

Ayer, en la reunión que mantuvo la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU), y la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys) en el Ministerio de Trabajo (MTSS), no hubo avances respecto al viernes pasado, cuando el sindicato había considerado "insuficiente" una propuesta realizada por las empresas y que tenía el aval del director nacional de Trabajo, Juan Castillo.

"Sigue trancado y no creemos que se destranque. Las empresas no presentan ninguna fórmula y van a acompañar al Poder Ejecutivo con lo que traiga", dijo a El Observador el dirigente de Fuecys, Washington Beduchaut.

"El Ejecutivo va a traer una propuesta económica un poco mejor, pero lejos de lo que nosotros pretendemos. Queremos los $ 20 mil (como salario mínimo del sector) ahora o a más tardar a partir del 1° de enero. Queremos un quebranto de caja que sea respetable y que esté en consonancia con el movimiento que tiene cualquier caja en el supermercado. No un quebranto miserable de $ 1.000" mensuales, afirmó.

La última fórmula que se colocó oficialmente en la mesa de negociación permite que la segunda categoría más baja en la escala salarial (auxiliar de ventas calificado) llegue a $ 20 mil en julio del año que viene, pero no la categoría más baja (auxiliar de ventas), que recién podría llegar a esa suma al final del convenio en 2018 y dependiendo de cuál sea el correctivo por inflación.

La escala salarial en los supermercados está dividida en cinco categorías: auxiliar de ventas, auxiliar de ventas calificado, auxiliar de ventas especializado, sub jefe y jefe de sección. El piso es de $ 16 mil nominales.

El sindicato y ASU tampoco se ponen de acuerdo en la eliminación del incentivo por presentismo. Esa partida mensual es actualmente de $ 2.400 y se pierde automáticamente por inasistencia o llegadas tarde que superen un total de 30 minutos por quincena.

El sindicato quiere incorporarla al salario, pero para ASU ese cambio no es viable. Tampoco existe acuerdo para la compensación mensual que se paga por quebranto de caja, que hoy es de unos $ 700 y Fuecys reclama que se lleve a $ 2.000.

Sector agropecuario

En el sector agropecuario (incluye ganadería, lechería, arroz y agricultura) tampoco se registran avances. Una de las diferencias centrales radica en la negativa de las gremiales a reconocer el correctivo por inflación del convenio pasado, dado que no quedó redactado.

A comienzos de este mes el gobierno habilitó que se pagara, siempre que las partes estuvieran de acuerdo y aun cuando no formara parte de la letra de los acuerdos, ya sea por error u omisión.

"Nosotros teníamos una plataforma de 12 puntos, la achicamos a seis y después nos concentramos en cuatro. Realmente no avanzamos en nada. Es el único sector que no reconoce el retroactivo a julio de 5,66%", dijo a El Observador la dirigente del sindicato de Trabajadores Rurales, María Flores.

La última propuesta salarial realizada por la Asociación Rural y la Federación Rural contempla el pago de un ajuste de 3% y luego el pago de dos partidas de $ 500 cada una en 2017 y 2018.

"Aceptamos que estamos en un sector en problemas, pero no nos dan nada. (...) El Poder Ejecutivo va a mandar su propuesta, la última de acercamiento y después seguramente se pasará a votación", dijo Flores.

También hay encima de la mesa otros aspectos extra salariales que alejan a las partes. Por ejemplo, para los peones de a caballo que empiezan a trabajar en un establecimiento el sindicato pretende que sean los patrones quienes suministren los recados. Hoy valen unos $ 20 mil y en la mayoría de casos se exige como requisito que sea el trabajador quien cuente con el recado al momento de ser contratado.

Un peón que recién ingresa a trabajar a un establecimiento rural percibe un salario de unos
$ 13.500 nominales y una partida de alimentación y vivienda de
$ 2.270. "Gana menos en un mes de lo que se pone a disposición de la empresa", dijo Flores. Desde 2008, los convenios salariales en el agro son sometidos a votación sin el respaldo del sector empleador.

El Ministerio de Trabajo había puesto hoy 30 de noviembre como límite para cerrar la ronda de negociación, pero como siempre ocurre, habrá algunos días más para que se firmen los acuerdos ya encaminados e intentar alcanzar una solución en los sectores donde todavía no lo hay.

Acuerdos en molinos, almacenes y servicios

A comienzo de noviembre, el gobierno accedió a otorgar el "trofeo más preciado" de la reivindicación de del PIT-CNT: correctivos por inflación pasada cada un año, la mitad del plazo de 24 meses que el gobierno había sugerido en julio del año pasado cuando presentó los lineamientos. En diálogo con El Observador, el director del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, Milton Castellano, dijo que esa flexibilización, más algunos cambios en la actitud negociadora de empresarios y sindicatos, ha permitido que poco a poco se hayan ido acelerando las conversaciones.

Hoy ya hay acuerdos cerrados o avanzados en sectores de la industria de la alimentación, como molinos, industria del dulce, panificados, y otros vinculados a servicios y logística. Se suman a los ya alcanzados en la construcción y el sector financiero privado semanas atrás. En las últimas horas también quedó encaminado un acuerdo en el sector de almacenes mayoristas e importadores. El salario mínimo llegará a $ 20 mil en julio de 2017 y habrá una partida especial de entre $ 3.000 y $ 5.000 que se pagará en dos cuotas. El PIT-CNT confía que otros sectores que están complicados puedan encontrar una salida a la brevedad.

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