Nacional > ANÁLISIS - GONZALO FERREIRA

El aplauso a Sendic, autodestructivo para el Frente

Con el respaldo al vicepresidente, el FA en vez de rescatarlo queda pegado a una figura que tiene la credibilidad muy dañada
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06 de marzo de 2016 a las 05:00
Terminó el discurso y las palmas sonaron muy fuerte. Tal vez ganó la emoción al razonamiento. Luego vinieron los abrazos. Tal vez ganó el "compañerismo" a la verdad. Pero después llegó lo más complicado: una declaración desenfocada que busca tirar hacia afuera las culpas del engaño del vicepresidente sobre su título universitario. Pero al que más daño hace es al Frente Amplio. Como quien intenta rescatar a alguien de un pozo y se cae con él, la coalición queda enlodada.

El 5 de marzo de 2016 quedará marcado como una fecha negra para la izquierda uruguaya. Tal vez algunos no lo puedan ver hoy. Otros frenteamplistas sí lo observaron y así lo hicieron notar ayer en las redes sociales, con mucha vergüenza y hasta indignación.

¿Por qué el Frente Amplio comete un error tan grande? Puede haber muchas respuestas. Una de ellas es la falta de conexión con la ciudadanía. Es algo de lo que advierten desde hace buen tiempo algunos politólogos y otros tantos dirigentes de la coalición. La dirigencia no se dio cuenta que al respaldar, aplaudir y adherirse a un discurso como el realizado por el vicepresidente, el partido de gobierno queda pegado a una figura que sigue sin dar explicaciones sobre sus títulos universitarios y que ya está muy dañada hacia adentro y fuera del oficialismo.



No hace falta ser muy perceptivo para darse cuenta de ello. A veces el microclima de la política no deja ver qué es trascendente y qué no para el gran público. Noticias que pueden parecer impactantes no lo son. Pero en otras oportunidades, como sucedió con el episodio de la licenciatura, el caso llegó a ciudadanos que pocas veces se interesan por la política. Pero además, la contundencia de la investigación y sobre todo de las declaraciones de Sendic en ella, no son fácilmente desmentibles.

Será imposible convencer a todo el que escuchó el audio con la entrevista de Patricia Madrid a Sendic que el diario mintió y que el vicepresidente es licenciado. Por más trayectoria académica que se quiera reconstruir.



Quedar pegado y en defensa de una persona que 10 días después intenta sin éxito demostrar que lo que él mismo declaró es mentira, es muy dañino para el partido político en su conjunto. Y de poco sirve las "abstenciones".

La gran duda es si el golpe será sólo para el Frente Amplio o también afectará al gobierno.

El presidente Tabaré Vázquez hasta ahora no se ha expresado. Con un quirúrgico silencio viene zafando. El jueves se reunió con Sendic. El entorno del vicepresidente hizo trascender que lo apoyó. Fuentes cercanas al presidente avalaron esa versión. Pero Vázquez no lo ha hecho públicamente y por eso no está pegado aún a este episodio. Hoy y mañana tendrá una prueba de fuego, al exponerse ante los medios en Paysandú. No podrá esquivar mucho más las preguntas sobre Sendic. Y si lo "abraza" públicamente con la misma contundencia que lo hizo el FA el riesgo es grande. Porque ahí no está en juego el futuro electoral del partido, sino también la imagen de la institucionalidad.

Las "campañas"

Es cierto que en los últimos meses surgieron como tromba decenas de golpes al vicepresidente, que por momentos se parecieron más a un bullying colectivo de una parte de la sociedad uruguaya, que a una reacción natural de molestia popular por la mala gestión del ahora vicepresidente cuando estuvo al frente de ANCAP. Lo puedo decir ahora porque lo escribí hace poco más de un mes. Pero en esos episodios los protagonistas no fueron los medios y en la mayoría de ellos tampoco la oposición. Los dos fueron acusados por parte del vicepresidente y del FA de formar parte de la "campaña feroz" y "chatarra".

Pero la investigación de El Observador sobre su título universitario no es ni una "campaña" ni tiene un objetivo ulterior de beneficiar ni perjudicar a nadie. Solo informar a los ciudadanos que un político agregó a su curriculum un título que no tenía.

El vicepresidente despreció en estos 10 días el mejor de los recursos que tenía a mano: el de la sinceridad y el reconocimiento. Ayer pidió perdón, pero fueron unas disculpas engañosas. Y hasta que no lo haga, no podrá cerrar la herida.

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