El ascenso meteórico de Mala Tuya

Una voz femenina sobre una mezcla entre cumbia y samba se impone con paso firme en los boliches de Montevideo y el interior, en una explosión de popularidad inédita por estos lares. Pero aunque los comparan seguido con los argentinos de Agapornis (el grupo de cumbia pop que dominó el sonido bolichero de 2012), a los Mala Tuya los trae sin cuidado. Se formaron en diciembre y ya cuentan con 19 mil fans en Facebook. Que los comparen con quien quieran. “Nosotros nos ocupamos de divertirnos”, dice Juan Francisco Saralegui, uno de los vocalistas y autodefinido “animador” de la banda.

Compuesta por ocho muchachos tacuaremboenses, uno de Solymar y una chica capitalina, Mala Tuya apuesta a algo diferente de las versiones en cumbia de temas pop y rock a que se dedica Agapornis. “Nosotros ni los escuchamos”, afirma Saralegui, antes de proponer el estatus de “grupo de moda” con que cuentan los platenses como fundamento de la comparación. Porque estos uruguayos se vinculan más con el estilo brasileño del pagode, en el que trataron de componer desde el principio, aunque al final consiguieron algo diferente. Su origen se remonta al asado en que los amigos se pusieron a cantar y uno de ellos sacó un pandeiro. “Nos dimos cuenta de que era algo innovador”, dice Saralegui. De ahí en adelante el ascenso fue meteórico.

Su primera presentación en vivo fue en Montevideo a fines del año pasado. En el verano las actuaciones fueron casi nulas, y recién volvieron a los escenarios en los últimos días de marzo. Pero en ese lapso –y para su sorpresa– no pararon de crecer, mediante un uso extensivo de las redes sociales. La subida de canciones y videoclips con poco tiempo de diferencia les funcionó ampliamente, tanto que tocaron con gran suceso en la Semana de la Cerveza. Pero se dieron cuenta de lo que estaban logrando recién en su siguiente presentación, en Salto. “Veníamos cansados y tocar ahí nos pegó para arriba”, dice Saralegui. “Fue la primera vez que dijimos ‘Pah, esto está salado’. La primera vez que la gente se puso como loca”.

A su regreso a la capital –donde los integrantes del grupo estudian y donde conocieron a los dos integrantes del sur del país-, Mala Tuya se encontró con que el impacto se extendía. Si bien, según su cantante, la movida que generan en Montevideo es menor, la respuesta del público también es importante. Donde más suenan es en El Rancho (el boliche “agro” por excelencia de la ciudad), donde se presentaron en vivo –al igual que hizo Agapornis. Saralegui se ríe cuando nombra ese show entre sus actuaciones capitalinas, porque, explica: “Ahí pila de gente es del interior. Era como si estuviéramos tocando allá”.

A pesar de que se acercan a la cresta de la ola, Mala Tuya no se dedica demasiado a pensar en cómo aprovechar ese futuro. No planean un disco (las canciones pueden descargarse de su página de Facebook), pero sí un DVD a fin de año, y hasta aquel momento tienen ocupadas todas las fechas, incluso con varios toques por noche. Por ejemplo, hoy actúan en Carmelo y en Nueva Palmira. “Estamos viviendo el presente, disfrutando todo lo que podemos”. Por ahora el plan del grupo es ese: seguir con Mala Tuya mientras sea divertido.