El baile contemporáneo en frasco chico

Compuesto por tres obras de "pequeño formato", el ciclo fue configurado tras una convocatoria realizada en noviembre de 2014, que propuso a directores, artistas y coreógrafos la posibilidad de experimentar ideas variadas a través de la danza.

Con una selección de seis obras, el productor Federico Quintana y la programadora Florencia De Freitas coordinaron un primer Microdanzas en otoño de este año, con tres piezas de Martín Inthamoussú, María Inés Dantes y Valentina Díaz. "Son estilos diferentes dentro de una misma corriente artística", comenta el productor Federico Quintana. "La gente puede ver diferencias entre las obras porque tienen argumentos y elencos distintos, pero se van a llevar un mismo concepto, el de la danza moderna, que busca representar, que comunica un mensaje y tiene algo para decir sobre lo que pasa en la sociedad", agrega.

En esta oportunidad, el ciclo comenzará con Estructuras, que, con coreografía de Ximena Castillo, explora las estructuras establecidas, los hábitos adquiridos y el lugar de las mujeres entre las imposiciones culturales.

Con una tónica de cuestionamiento, Estructuras procurará escudriñar en los estereotipos de género y cómo tanto hombres como mujeres los perpetúan. Contando con un trabajo de interacción entre los bailarines y distintas fuentes de luz, la pieza contrasta con Hambre, de Mariana Torres, y su escenografía despojada.

En el caso de esta segunda obra de "pequeño formato", la coreografía se centra en lo femenino, "pero no apuntando a la sociedad sino a cómo vive la mujer sus propios logros. Se vincula más a los sentimientos, a lo interno", comenta Quintana, refiriendo al inconformismo que generan la rutina y el deseo, traducido en movimiento.

El cierre estará a cargo de Exhibidos, de Lía Spatakis, definido como una "investigación coreográfica" sobre la exposición de las personas en las redes sociales. En este caso, señala Quintana, se recurre a marcos de puertas con los que los bailarines interactúan, generando un juego entre la exhibición y la ocultación, lo público y privado.

Aunque los últimos años han evidenciado un avance de la danza moderna, Quintana comenta que la corriente estaba "muy rezagada", y que continúa la dificultad de "sensibilizar más al sistema político sobre las condiciones en las que se produce". En este sentido, Microdanza se define no sólo como un espacio de difusión, de exploración, sino también como un "paso intermedio": "es un escalón para que quienes no pueden producir una obra de una hora en las condiciones actuales puedan hacer obras de pequeño formato con un buen producto que les permita seguir trabajando y llegar al nivel de un programa único".