La intendencia cortó la avenida 8 de Octubre para tapar uno de los pozos que generaba peligro en el tránsito

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El boom automotriz produce más pozos y tapa caños de saneamiento

La vibración en las calles provocada por los vehículos hace que las tapas de los colectores se hundan
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09 de mayo de 2015 a las 20:14

La cantidad de vehículos y la frecuencia del tránsito en Montevideo suma otro problema a la ciudad. Al ya conocido tema de la falta de estacionamiento o de la polución del aire por los escapes de autos y ómnibus, se agrega ahora la afectación de la estructura de la red de saneamiento, que también comenzó a sufrir los embates del crecimiento del parque automotor.

La vibración de los autos y el repiqueteo constante de las ruedas de los vehículos en el asfalto, que se intensifica cuando se trata de camiones, comenzó a generar en los últimos años un efecto de desprendimiento de las tapas de los colectores del saneamiento. Así lo aseguró a El Observador el director de Saneamiento de la Intendencia de Montevideo (IMM), Jorge Alsina, quien aseguró que esta situación es un problema frecuente en la capital.

El desprendimiento sucede, por ejemplo, en las calles que originalmente eran empedradas y a las que luego se les puso carpeta asfáltica. Durante muchos años ese cambio no fue un problema, pero con el aumento del parque automotor, el asfalto comienza a moverse y es entonces que aparecen las tapas desniveladas.

Aunque la causa del problema es el volumen de tránsito, este efecto también trae dificultades a la circulación. Esto se debe a que, alrededor de la tapa, se va formando una especie de pozo. A medida que ese pozo se agranda, “el golpeteo de las ruedas termina por romper la tapa”, explicó Alsina.

La tapa, una vez rota, termina siendo un lugar por el que entran los residuos y obstruyen los caños del saneamiento. Pero, “más que para el saneamiento el problema es para el que circula o para el peatón”, dijo el director municipal a El Observador, quien aseguró que esos desprendimiento han llegado incluso a provocar accidentes de tránsito.

El trabajo de la lluvia

Quienes circularon por la intersección de 8 de Octubre y Félix Laborde en la tarde del sábado 2 de mayo, no pudieron más que prestar atención al pozo –con parte del pavimento hundido–, que estaba justo en esa esquina, y hacía peligroso el tránsito.

Horas más tarde, en el sitio se colocaron balizas y personal de la intendencia comenzó a trabajar para solucionar el problema, y luego poder rellenar el orificio.

Lo mismo había sucedido en diciembre de 2014 en Agraciada y General Luna: aunque el problema no se percibía en la superficie, la IMM debió cerrar la calle durante un mes para hacer las reparaciones del colector, ya que se corría peligro de hundimiento.

Según explicó Alsina a El Observador, este tipo de problemas se generan por la combinación de dos factores principales, que son la existencia de una fisura en una de las bóvedas de saneamiento y las grandes cantidades de lluvia. “Si la conexión de la unión con la bóveda de ladrillo no queda bien resuelta cuando se ejecuta la obra, con el tiempo hay movimiento. Se filtra el agua y de a poco empieza a lavar el terreno. Lo descubrís cuando llega al pavimento”, indicó.

El agua se va filtrando entre la calle y el terreno por donde el pavimento tiene roturas. Va buscando un punto de salida y empieza a entrar donde hay un punto débil, agregó Alsina. Un problema que es “un clásico” sobre todo en los colectores de la red Arteaga, que tiene más de 100 años de antigüedad y abarca unos 200 kilómetros de colectores. También sucede cuando la canalización de otros servicios públicos afecta la estructura de los colectores, dijo el director de Saneamiento.

El año pasado –que fue uno de los más lluviosos de los últimos 100 años– se registraron 66 hundimientos de pavimento, pero las consecuencias se comenzaron a percibir más en 2015, según datos de la Intendencia de Montevideo. En lo que va del año, ya se registrados ocho situaciones como la de 8 de Octubre, y que la IMM califica como “grandes”(se rompe y ahueca el pavimento).

Solo en el municipio C, entre el 5 de mayo de 2014 y el 5 de mayo de 2015 se registraron 399 problemas de conexiones rotas, y en el municipio B, para el mismo período, fueron 216. Las conexiones obstruidas, que fueron 785 y 647, respectivamente, también son muestra de problemas en la red de saneamiento y aumentan con las lluvias.

“Si tenemos unas 40 o 50 denuncias de problemas de conexiones diarias, con las lluvias del 7 de febrero del año pasado tuvimos casi 300”, aseguró Alsina.

Si bien la IMM no hace revisiones anuales del estado de los colectores, es en esas condiciones que se detecta y previene los posibles desplazamientos del terreno, como sucedió en Agraciada.

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