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El casamiento de Forlán, desde atrás de la valla

Frases, personajes, jugadas y otras particularidades del casamiento del 10 de Uruguay con Paz Cardoso. Mirá las fotos que publicó el delantero
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03 de julio de 2013 a las 14:05

La casa y la llegada del prometido. La casa de la familia Cardoso en Carrasco norte es discreta, si se tiene en cuenta el contexto del barrio. No es una mansión la que está ubicada en Santa Mónica y Máximo Tajes. Hasta allí llegó el martes Diego Forlán a las cinco y diez de la tarde, a bordo de su Mercedes Benz negro. El 10 de la selección nacional se bajó vestido de jeans, tomó un traje y se metió con saludo y sonrisa para los presentes. En las puertas del lugar ya había cinco funcionarios de seguridad trajeados a negro. Algunos eran argentinos y otros, mucho más conocidos de los montevideanos por trabajar en boliches de Pocitos. Siempre de buenos modos, todos impedían –junto a la vallas- el paso al jardín que oficia de garaje y da a la puerta de la residencia.

Frente a ellos había una guardia policial minúscula que no tuvo trabajo en toda la noche. Para los periodistas, hasta ese momento, quedaba el frío de la tarde y la esperanza de conseguir una palabra de los protagonistas.

Silenzio stampa. Que no habría declaraciones durante el día quedó claro cuando Mercedes Anzoategui, una relacionista pública nacida en Argentina que trabaja con Alejandra Forlán en su fundación, repartió tarjetas a todos los periodistas y curiosos en las cuales se leía lo siguiente: “Montevideo 2 de Julio de 2013. Muchas gracias por acompañarnos en un momento tan especial. Por material fotográfico e información de prensa, por favor contactarse con (una dirección de correo y un teléfono). Muchas gracias, Diego y Paz”.

Los móviles de los tres canales privados locales estaban apostados en el lugar. Desde Argentina llegaron publicaciones como Hola y Caras. Estaba claro que, para ellos, no era solamente Diego Forlán el que se casaba, era el ex novio de Zaira Nara. “Esa chiquilina tendría que haber aguantado cincuenta días más”, dijo un fotógrafo porteño.

Buenos vecinos. Una buena alternativa ante la falta de información oficial era hablar con los vecinos, pero ese recaudo también fue tomado por la organización del evento. Una chica de 17 años –habitante de la casa contigua a la de los Cardoso- dijo que sus vecinos le habían pedido, por favor, “no divulgar ningún tipo de información ante la prensa”. No hubo manera. De todas formas, la chica no pudo con su curiosidad y dejó el calor hogareño para ser testigo del revuelo en la cuadra y hasta hacer buenas migas con un fotógrafo argentino que trabaja para una revista de la farándula.

Un símbolo de paz. Cerca de las seis de la tarde, los novios salieron en el Mercedes Benz negro de Diego hacia la Parroquia de San José de la Montaña en Cooper y Máximo Tajes para recibir la bendición por parte de Jorge Presentado, el cura de toda la vida de Paz. Mientras tanto, Anzoategui temía por una avalancha de periodistas argentinos desaforados como zombies salidos de The Walking Dead. Sabiendo lo que nos gusta a los uruguayos que alaben nuestra educación y respeto, Mercedes repetía que las cosas con los profesionales uruguayos son más sencillas y no así con los argentinos. Nada de otro mundo ocurrió: los periodistas argentinos respetaron las reglas de juego locales.

Taller de prensa rosa y el fantasma de Zaira. Igualmente, Paula Galloni, enviada por la revista Gente y entrevistada favorita de los movileros uruguayos, reconoció que, en el caso de que se tratara de una estrella del deporte argentino, los medios serían mucho más agresivos para tratar de conseguir cualquier tipo de fotografía o declaración. “Esto de dar fotos cuando no se deja entrar a los eventos, es tal cual como se hace en Argentina. En Argentina o en Chile los periodistas son más invasivos, si no nos dan la nota vamos y buscamos y pedimos una y otra vez. Somos más hincha”, dijo. Mientras tanto, un Renault Clio con cuatro jóvenes abordo, pasaba rápido por Santa Mónica al grito de “¡Aguante Zaira Nara!”.

A la uruguaya. Mientras el frío seguía en aumento, desde la casa llegaron latas de Coca Cola, sándwiches y masitas para periodistas y cualquiera que estuviera afuera esperando. En total, unas treinta personas. No duraron más de tres minutos. Diego y Paz volvieron una hora después pero no en el Mercedes Benz deportivo que despertaba en los hombres tantos suspiros como Diego en las cuatro adolescentes que aparecieron por el lugar. Llegaron en la camioneta de Pablo Forlán, padre de Diego, lo que despistó a los fotógrafos quienes luego reconocieron que la jugada estuvo bien planificada. Atrás, en una camioneta Peugeot, llegó el resto de la familia con Alejandra Forlán incluida. Alejandra fue la primera que enfrentó el frío y se mostró dispuesta a hablar con la prensa. Estaba feliz por la ocasión y no era para menos. Paz era una candidata ideal para Diego. Quedó claro cuando ella declaró a El País que al ser la chica también de Carrasco, “tenemos otra relación, de más afinidad y cosas en común. Es más parecida a nosotros”. Declaraciones que, si hubieran salido de otra boca, más que una señal de victoria venida de una hermana satisfecha, hubieran causado revuelo y hasta algún cuplé en carnaval.

La foto. Pasadas las siete y media de la noche los invitados, vestidos de fiesta, comenzaron a llegar y pasar la seguridad luego de decir su nombre y su número de cédula de identidad. Según la organización había entre cincuenta y setenta invitados; ninguno de ellos jugador de la selección. Eran cerca de las nueve de la noche cuando se escucharon aplausos desde dentro de la casa. Los periodistas apostados supimos que Diego Forlán ya era hombre casado. Luego llegó la publicación en Twitter de Forlán posando junto a su novia. Esta foto indignó brevemente a los fotógrafos argentinos porque era la fotografía que todos querían tener en exclusiva y ahora ya estaba en las redes sociales. Pasadas las diez de la noche comenzó a llegar una segunda tanda de invitados a la fiesta. Con ella los periodistas fuimos desapareciendo, los curiosos se congelaron y la fiesta terminó en paz. Una celebración uruguaya.

Además, este jueves, la relacionalista pública Anzoátegui envió a los medios las imágenes de la boda.

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