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El chico que creció

Zayn Malik puso el punto final en su carrera junto a One Direction con un disco que deja clara su intención de revelarse como adulto
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29 de marzo de 2016 a las 05:00
En el mundo de las boybands, nada indica el fin de su trayectoria que el alejamiento de uno de sus miembros. Podrán continuar y hacer discos posteriores (como sucedió con Spice Girls y Backstreet Boys), pero la esencia –y el éxito– ya no son el mismo. Cuando Zayn Malik anunció el 25 de marzo del año pasado que se separaba de One Direction "para ser un joven normal de 22 años", la fecha de caducidad del quinteto inglés se veía en el horizonte.

Así, el devenido cuarteto realizó su estipulado quinto disco, Made in the A.M., donde la falta de Malik cambió apenas la dinámica de las armonías. Pero sus integrantes no demoraron en anunciar un interludio en su ajetreada carrera.

Lo cierto es que parece que ese descanso será más largo que un año: Louis Tomlinson es ahora padre y participará del reality The X Factor, que los dio a luz como grupo, Liam Payne está componiendo y probablemente edite un trabajo en solitario, Harry Styles hará su transición a la actuación y Niall Horan parece estar meramente disfrutando del descanso.

Pero mientras sus excompañeros se mantendrán firmemente dentro de los márgenes del mainstream, Zayn aspira a salirse del de la luz del foco. Por eso la promesa de un perfil más artístico e interesante era sobre la cual forjó su primer trabajo solista.

La fórmula y la actualización

Si alguien escribió el manual de cómo transformarse de miembro de una boyband a un artista respetado fue Justin Timberlake. Él se alió con los productores Pharrell Williams y Timbaland para crear su disco debut con temas que tenían la frescura moderna del R&B y las melodías pegadizas del pop. Con este trabajo, el éxito continuó sonriéndole hasta hoy.

La formula de Malik fue similar. Para deshacerse del baño de caramelo que cubría a su imagen y tratar de ganarse la aceptación de un nuevo tipo de público más joven que adolescente y más urbano que popular, sus pasos fueron medidos.

Su primera entrevista exclusiva y en solitario no fue ni con Rolling Stone, ni Billboard –medios más mainstream y pop– sino con The Fader, una revista especializada en lo último e interesante del R&B y hip hop. Allí, Malik dejó claro que lo suyo no era el pop/rock edulcorado, las letras sensibles y románticas y el código de apariencia estipulado por contrato de One Direction.

Así, se dejó la barba, se tiñó el pelo de todo color posible, y demostró su inclinación hacia el R&B, y una onda más cool. One Direction, claramente no lo era.

Malik se asoció con el productor James "Malay" Ho, colaborador del cantautor R&B Frank Ocean y uno de los productores del reconocido disco Channel Orange (2012). Ocean marcó el camino del R&B confesional, del crooner herido acompañado por buenos ritmos, pero eso era lo que se llevaba en 2012. Ahora en 2016 lo cool es The Weeknd, cantante canadiense que forjó una fructífera carrera sobre un R&B sombrío, lánguido y narcótico (ver crítica abajo).

Mind of Mine, editado el viernes pasado y firmado simplemente como Zayn, quiebra definitivamente toda relación con su pasado cancionero y revela esas aspiraciones artísticas de Malik.

Es un disco cuya fuerza es discontinua, pero que logra su cometido: marcar un borrón y cuenta nueva en la carrera del inglés.

Crítica - Mind of Mine

En muchas maneras, Mind of Mine de Zayn Malik recuerda a Purpose de Justin Bieber. Ambos son intentos de abandonar su imagen adolescente y de remarcar la llegada a la adultez, de perseguir la última tendencia musical y urbana –ayudados por colaboradores de primer nivel–, y de abandonar las metáforas para hablar sobre sexo sin tapujos. En One Direction el tema era tratado con la sutileza de un cirujano, pero para su debut Malik decidió zambullirse de lleno entre las sábanas.

Empezando por su primer single, el muy bueno Pillowtalk, donde asemeja a su cama como un "paraíso" y una "zona de guerra". Y donde va directo al grano y dice "fucking" (aunque en Spotify hay una versión para menores donde dice "loving"). En esta la misma línea también aparecen Wrong, Bordersz y Tio.


Es en estos temas donde la influencia de The Weeknd se hace evidente, desde su más oscuro R&B a sus falsetes a lo Michael Jackson (escuchar High for This y Can't Feel My Face), todo eso es germen de lo que sucede en Mind of Mine. En este sentido, Like I Would es lo más parecido que tiene Zayn a una canción bailable, así como Can't Feel My Face fue para The Weeknd.


Aunque el disco triunfa al demostrar su nueva personalidad artística, tiene un puñado de buenos temas (además de los ya mencionados, Rear View, Flower y Fool for You) y la voz de Malik se destaca ampliamente, su sonido le debe mucho a sus referencias. Tanto que no logra desmarcarse de la larga sombra que proyectan ni evadir la repetitividad que aqueja a un tercio del disco.

Lo que logró Bieber con Purpose fue crecer sonoramente y atrapar hasta a sus detractores más acérrimos gracias a hits puros y duros. Pero a Zayn, según dijo, ya no le interesa amasar popularidad. Lo que busca Mind of Mine es la credibilidad como artista. Y eso es incluso más difícil.

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