Economía y Empresas > El Real barato

Chuy al vaivén de la moneda

Devaluación del real cambia panorama en la frontera, mientras beneficia a los supermercados brasileños pone en riesgo continuidad de comercios nacionales
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27 de septiembre de 2015 a las 05:00
Un kilo de café a $ 70, pasta de dientes a $ 30, aceite a $ 25. Con esos precios, ni la distancia ni la lluvia fueron limitantes para los uruguayos que esta semana viajaron al Chuy a hacer un surtido. Son tiempos de cambio para la frontera ante la devaluación de la moneda brasileña. Pero lo que para unos es beneficio para otros es una maldición. Por ahora solo una cosa es cierta: el Chuy de ropa y calzados ha sido reemplazado por el de cebollas y morrones.

"Nunca había visto llevar a la gente tomate y papa en su surtido y eso que me he criado en la frontera. Es patético. Es turismo de superviviencia", dijo a El Observador Mauricio Rey, dueño del restaurante Tango. Carros repletos de productos de limpieza, bebidas y comestibles desfilaban por la avenida al tiempo que autos con chapas uruguayas copaban la estación de nafta Ipiranga.

"Por años, trabajó solo la frontera del lado uruguayo y Brasil servía como estacionamiento. Eso sufrimos por 15 años. Ahora la situación cambió" - Teresa Rodrigues, presidenta de asociación de comerciantes de Chuy Brasil

En el supermercado Muni, uno de los más frecuentados del lado brasileño, fue preciso abrir dos cajas registradoras más ante la llegada de tanto público, contó la gerenta del lugar desde hace más de 20 años, que prefirió no dar su nombre.

"Acá viene gente a mansalva, pero a comprar las cosas para su casa. A como está hoy el real, cortando pasto ya tenés una solución para la comida", dijo la alcaldesa del Municipio del Chuy, Mary Urse.

Al atardecer, una mujer subió a un ómnibus con destino Montevideo cargada de bolsas de nylon. Miró fijo los asientos y estratégicamente empezó a colocar las bolsas por cada recoveco. "¿Te molesta que deje la bolsa acá?", le dijo a otra pasajera que miraba por la ventana, al tiempo que le colocaba una bolsa debajo de su asiento. "Es hasta pasar la Aduana. Si te preguntan, no digas nada", agregó. Al ver que la mujer miraba preocupada, dijo: "Vengo de San José", y regresó a su asiento como si con eso bastara.

Carne de cañón

Mientras que, del lado brasileño, la frontera celebra con renovada actividad la pérdida de valor de la moneda brasileña, el lado uruguayo sufre las consecuencias de cargar con la moneda encarecida.
Los comerciantes dicen que los altos precios han espantado a los turistas y que, dada la alta carga tributaria, es imposible competir con los precios que hay del otro lado de la frontera. "Dentro de Uruguay, la frontera es carne de cañón de la situación que vive Brasil y está en peligro de extinción", expresó Rey.

Para la alcaldesa del Chuy, "lo que más se nota es la falta de trabajo", situación que abarca a cerca del 50% de trabajadores de estaciones de servicio y freeshops. Aseguró que un gran número de personas llega al municipio a diario en busca de empleo, pero que, ante la ausencia de fábricas en la zona, la única fuente laboral existente son los comercios.

"Hay una falsa sensación de que la frontera está explotando a nivel de movimiento. Se cree que el Chuy funciona de ambas partes, pero son los supermercados que están desbordando", dijo Rey. Su restaurante –uno de los dos que todavía persisten del lado uruguayo– ya perdió el 70% de las ventas dado que, del otro lado, el público puede consumir "la misma milanesa" por un 30% menos.

En los freeshops la situación es "límite". Las ventas han bajado casi un 60% en el último año y el personal ha disminuido en un 7% del personal, según contó a El Observador Carlos Javier Calabuig, presidente de la Asociación de Freeshops del Chuy. "Si bajamos un 10% o un 15% más, estamos en un colapso fuerte donde vamos a tener que tomar medidas financieras, porque no se puede seguir subsidiando la empresa", lamentó.

A la incertidumbre sobre lo que pase con la moneda se suma el anuncio de freeshops del lado brasileño, previsto para fin de este año. "Por años trabajó solo la frontera del lado uruguayo y la de Brasil servía como estacionamiento. Eso sufrimos durante 15 años, pero ahora la situación cambió", dijo a El Observador Tereza Rodrigues, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Chuy Brasil. Ante este panorama, los empresarios están en trámites para conformar una Cámara de Comercio que nuclee a los comerciantes uruguayos de las zonas de frontera, con el objetivo de aliviar los impuestos para "que se puedan pagar" y que les permita "competir con Brasil", sostuvo la alcaldesa.

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