Casi como nunca la próxima temporada de verano tiene el horizonte despejado. El comportamiento favorable de distintas variables económicas, tanto domésticas como regionales se alineó y las proyecciones apuntan a que será una de las mejores zafras de la historia para el turismo. Sin embargo, a último momento hay un imponderable que empezó a desentonar y no es nada menor: el clima.
En plena cuenta regresiva para la llegada de turistas, dos episodios de vientos y tormentas fuertes en menos de una semana golpearon la zona balnearia de Maldonado y Rocha. En esos lugares, hoy se trabaja con el tiempo contado para tratar de reparar los daños y tener la infraestructura en condiciones antes del 15 de diciembre.
Aunque la dimensión de las roturas está lejos de ser algo que pueda truncar la temporada, es un problema que nadie esperaba. La necesidad de encontrar soluciones rápidas obliga a las intendencias a agudizar el ingenio en un escenario marcado por restricciones financieras y arcas flacas.
La Intendencia de Maldonado evaluó en US$ 2,5 millones el piso de los costos que deberá afrontar para reconstruir la costa del departamento, luego de la turbonada y de los temporales de las últimas semanas.
Solo la puesta a punto de la costa de Piriápolis demandará un desembolso de US$ 900 mil, según informó a El Observador el intendente de Maldonado, Enrique Antía. El resto se destinará a reparar otros puntos del departamento que también se vieron afectados. Los trabajos incluyen arreglos de escaleras, reconstrucción de muros, entradas en las playas, veredas y calles, entre otros.
En Maldonado están jugados a que la mayor parte de los recursos pueda llegar desde el gobierno central. El último presupuesto departamental contempló un fondo de emergencia con recursos propios por US$ 10 millones que se gastó en su totalidad en los temporales anteriores.
Antía mantuvo contactos esta semana con el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, y ahora espera la respuesta del Poder Ejecutivo. "Tenemos todo destruido y hay que hacer una fuerte inversión. No hay una acceso a la playa que esté sano", comentó Antía, a modo de ejemplo.
Para ganar tiempo, la intendencia resolvió contratar de forma directa a unas 10 empresas que tendrán a su cargo la reparación de pasarelas y accesos a las playas, entre otras tareas.
"Las transferencias de recursos (de OPP), que además son para obras puntuales, están todas gastadas". (...) Nos va a costar mucha plata, que hoy no la tenemos y que la tendremos que ir transfiriendo de otros rubros. Apostamos a que el gobierno nacional esté a la altura que merece Maldonado para el respaldo en esta instancia. No dudamos que va a ser de esa manera", afirmó Antía el viernes en conferencia de prensa.
Los números de la comuna fernandina no incluyen los daños que sufrió el trazado de la ruta 10, entre los kilómetros 177 y 180, próximo a José Ignacio, y que es jurisdicción del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).
En ese sentido, se planteó al gobierno la creación de una comisión con participación de la intendencia y las carteras de Transporte y Vivienda para definir cómo recuperar la ruta. En algunos trayectos, el agua rompió la banquina y se llevó los médanos que la separaban del mar.
El ministro de Transporte, Víctor Rossi, admitió que los tiempos no alcanzan para un llamado a licitación y explicó que se analiza utilizar de forma "excepcional" algún otro instrumento para dar una respuesta rápida. "Ese es uno de los problemas que tenemos en el Estado y el Ministerio", afirmó.
En Rocha, las dificultades mayores se presentan en Aguas Dulces, donde el Océano Atlántico redujo a escombros algunas casas construidas de forma irregular sobre la playa. En el resto de los balnearios, también hubo destrozos importantes en las calles, al igual que en la caminería rural, cuyo mantenimiento ya viene retrasado por las condiciones climáticas adversas. Un ejemplo es el camino de ingreso a Barra de Valizas, que recién comenzará a asfaltarse la semana próxima.
Hoy la intendencia hace malabares con la plata que tiene para "actuar rápido". En diálogo con El Observador, el director de Obras, Juan José Pertusso, explicó que se están redireccionando gastos y cambiando prioridades para poder hacerlo.
"Por ejemplo, si tenemos una cuadrilla en Rocha o la zona rural, se manda para los balnearios. Hay que actuar ya", afirmó. Todavía no se tiene una evaluación económica final de los daños. La urgencia pasa por la limpieza de la costa, que llevará varios días, y en una segunda etapa, se pasará de lleno a las calles, que en su mayoría son de balasto y erosionan con facilidad.
También deberán repararse 30 casetas de guardavidas que, en parte, se financiarán con recursos municipales y US$ 10 mil que se comprometió a aportar el Ministerio de Turismo.
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